A Pedro Solbes ya no le bastan compromisos genéricos. Quiere 'garantías reales' de que los propuestas del programa electoral son financieramente asumibles y de que tendrá el control del área económica del Gobierno.

Sólo si se cumplen estos dos requisitos aceptará la petición de José Luis Rodríguez Zapatero para continuar como vicepresidente económico -en caso de que el PSOE gane los comicios de 2008- y acompañarle como número dos en la candidatura de Madrid.

Así lo confirmaron a Público varios interlocutores conocedores del proceso de reflexión que Solbes ha abierto después de la conversación que mantuvo con el presidente del Gobierno el viernes de la semana pasada.

Los ministros económicos

En 2004 la idea original de Zapatero era nombrar ministro de Economía a Miguel Sebastián, pero éste lo rechazó al creer que no estaba suficientemente preparado para esa responsabilidad.

El propio Sebastián recomendó a Solbes, opción que defendió de forma determinante Luis Ángel Rojo, ex gobernador del Banco de España. Solbes, que era vicepresidente económico de la Comisión Europea, puso como condición tener rango de vicepresidente del Gobierno.

Pero, entonces, no pudo designar a ninguno de los ministros del área económica. En Fomento entró Magdalena Álvarez, por la cuota andaluza; en Vivienda, primero María Antonia Trujillo, por la cuota extremeña, y después Carme Chacón, por vinculación directa con Zapatero y también como referente del PSC; en Industria, primero fue José Montilla y después Joan Clos, ambos por la cuota catalana; en Agricultura, Elena Espinosa fue propuesta por José Blanco, igual que Elena Salgado, ahora en Administraciones Públicas -con la reforma de la financiación autonómica pendiente-.

Jesús Caldera, en el macroministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, es caso aparte. Caldera, intocable por su vinculación directa con el presidente, ha visto reforzada su posición con el balance incuestionable de su gestión ministerial y la encomienda renovada de coordinar el programa electoral del PSOE.

Hecha esta excepción, Solbes quiere, cuando menos, influir y ser consultado en esos nombramientos para poder formar un 'equipo coherente'. Pero, sobre todo, según las fuentes consultadas, reclama reforzar el poder real de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos para evitar que cada ministro actúe por libre.

El programa electoral

A pesar de su condición de vicepresidente, Solbes chocó durante esta legislatura con 'las interferencias' de Miguel Sebastián como director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno.

Sebastián ya no está, pero uno de sus hombres de confianza, Carlos Mulas, que continúa como subdirector de la Oficina, está integrado ahora en el núcleo duro creado por Jesús Caldera para elaborar el programa electoral del PSOE.

Solbes condiciona también su continuidad a 'los objetivos' que se fijen para la próxima legislatura y, aunque todavía no han aflorado, en fuentes socialistas se reconoce que la elaboración de este apartado está siendo objeto de diferencias internas.

También hay una cuestión de formas. Solbes repudia 'las improvisaciones' y los 'anuncios precipitados' como, a juicio del Ministerio de Economía, fueron el cheque-bebé o la gratuidad de la atención bucodental para los niños.

Sin recambio claro

La posibilidad de que Solbes pueda decantarse por dejar la política, que no está totalmente conjurada, abriría un boquete importante a Zapatero.

Aunque no con la misma intensidad que en 2004, precisa de 'gente de peso' en su Gabinete. Solbes, si bien adolece de la vis política de Rodrigo Rato o Carlos Solchaga, es garantía de calma en los ámbitos económicos, más cuando la perspectiva es que la situación en la próxima legislatura no será tan boyante como hasta ahora.

La caída en desgracia de Sebastián, tras su fracaso como candidato a la Alcaldía de Madrid, le priva de una alternativa clara.