Paz, piedad y perdón
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El último discurso pronunciado por Manuel Azaña, en Barcelona, el 18 de julio de 1938 y conocido como el de las tres P, "Paz, piedad y perdón" fue ayer recordado por el presidente del Gobierno, el director de la edición de las obras completas de Azaña, Santos Juliá, y el presidente del Centros de Estudios Políticos y Constitucionales, José Álvarez Junco.
Los tres coincidieron en señalar que el que mejor retrata al presidente republicano es este discurso desgarrado, en el que Azaña lanza una nueva llamada de atención a la Sociedad de Naciones para que intervenga en un conflicto, que, según él, se estaba prolongando por culpa de la intervención de países extranjeros.
"Angustia y, paradójicamente, reconforta -según el presidente del Gobierno- escuchar su propia voz en Barcelona. Es la voz de la concordia, vibrante, de quien reclama la fraternal reconciliación aun en pleno fragor de la contienda".