Los partidos catalanes arrancan la campaña de las europeas con la mirada puesta en la investidura de la Generalitat
Pese al intento de centrar los mensajes en la Unión Europea y su futuro, la resaca de los comicios catalanes y, sobre todo, la incertidumbre sobre cómo se resolverá la gobernabilidad autonómica marcan los primeros actos hacia un 9J en los que proliferan los llamamientos a frenar la extrema derecha.
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barcelona, Actualizado:
El pistoletazo de salida oficial de la campaña para las elecciones europeas del 9 de junio ha llegado cuando solo han pasado 11 días de unos comicios al Parlament que han sacudido la política catalana. Con la incertidumbre de qué sucederá en la cámara autonómica y de si será posible o no investir a un president del Govern antes del límite del 25 de agosto —si no se consigue habrá una repetición electoral en octubre—, los focos políticos y mediáticos apuntan mucho más hacia el futuro de la Generalitat que no a unos debates europeos que no despiertan precisamente entusiasmo ciudadano.
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Pese a que los programas y los discursos de este jueves han intentado —y lo seguirán haciendo las próximas dos semanas— potenciar las cuestiones comunitarias en un momento decisivo para el futuro de la Unión Europea —con la amenaza del crecimiento de la extrema derecha y la necesidad de afrontar la emergencia climática—, nada hace pensar que puedan eclipsar la política autonómica en Catalunya. Aunque esta esté abocada a unas largas negociaciones.
El calendario tampoco ayuda, puesto que el 10 de junio, el día siguiente a la votación, se constituirá el nuevo Parlament y, por lo tanto, previamente se tendrá que negociar quién lo preside y quien ocupa los otros lugares de la Mesa. Pero, además, la participación en los comicios europeos ha sido tradicionalmente baja en Catalunya, un hecho que se ha acentuado en aquellas ocasiones en las que no han coincidido con elecciones municipales, justamente como sucede ahora. Con el futuro de la Generalitat como cuestión de fondo, los llamamientos a la movilización para frenar la extrema derecha han sido la tónica entre los partidos catalanes en el inicio de campaña.
El PSC intentará aprovechar el viento de cola favorable del 12M para conseguir ser la fuerza más votada, un hecho que no consigue en unas europeas en Catalunya desde 2009, puesto que en 2014 se impuso ERC y en 2019 lo hizo Junts. El partido ha arrancado la campaña con un acto modesto en su sede nacional, en la calle Pallars de Barcelona, en el que el primer secretario, Salvador Illa, ha acompañado a su principal candidato, Javi López —número tres de la candidatura del PSOE—.
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A raíz del triunfo en el Parlament, Illa es consciente que ocupa el espacio central de la política catalana y esta semana ha comprobado como el establishment apuesta por su investidura en la reunión del Cercle d'Economia. Sin menciones explícitas a la gobernabilidad catalana, en el acto ha definido el 9J como una disyuntiva entre "más Europa o más ultraderecha" y se ha mostrado convencido que Catalunya será el "dique de contención" de la extrema derecha. En la misma línea, Javi López ha afirmado que los socialistas son el "refugio de los demócratas europeos para parar la extrema derecha" y ha defendido una Europa que promueva "la igualdad y el estado de derecho".
La omnipresencia de Puigdemont en Junts
A pesar de que no se presenta a las elecciones europeas, Junts mantendrá la apuesta de potenciar la figura de Carles Puigdemont, su máximo cebo movilizador. Ya en el acto de inicio de campaña, celebrado en Barcelona y con intervenciones telemáticas del cabeza de lista, Toni Comín, y el propio expresident, han sido diversas las referencias a él y, por ejemplo, el secretario general del partido, Jordi Turull, ha asegurado que "está en disposición" de ser presidente de la Generalitat a raíz de los resultados del 12M. Sin una altamente improbable abstención del PSC, la aritmética dice lo contrario.
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Comín, directamente, ha manifestado que "somos el comando Puigdemont en Bruselas" y en la presentación de la campaña —hecha unas horas antes— también ha insistido que el factótum de la formación conseguirá la investidura. La reivindicación de un referéndum de autodeterminación acordado será una de las grandes banderas programáticas de la campaña de la formación, muy pensada en clave de política interna. Con todo, Puigdemont ha advertido del "riesgo de españolización" de las elecciones y ha defendido la necesidad "de europeizarlas". No es casual que antes del 12M advertía del mismo riesgo.
ERC quiere combatir la "sociovergencia"
Después de encadenar tres retrocesos electorales —municipales, generales y autonómicas—, ERC afronta las europeas con la voluntad de "remontar", aunque es consciente que son unos comicios en los que cuesta movilizar a la ciudadanía y más cuando llegan tan pocas semanas después de las catalanas. Se da la paradoja de que la formación lidera la alianza Ara Repúbliques, en la que participan otras formaciones soberanistas de izquierdas que viven un momento de ascenso electoral, como son el BNG y EH Bildu. Los republicanos también aspiran a movilizar a su electorado para intentar parar el previsible crecimiento de la extrema derecha en el próximo Parlamento Europeo.
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Los comicios llegan en un momento de transición del partido, que celebrará un congreso extraordinario el 30 de noviembre y en el que varios de sus principales dirigentes están de salida. Son los casos de la secretaria general, Marta Rovira, el propio president del Govern, Pere Aragonès, o el viceconseller Sergi Sabrià, a la espera que Oriol Junqueras decida si su retirada de la presidencia de la formación después del 9 de junio será temporal o no.
A pesar de que la formación ha defendido que quiere "hablar de Europa", en palabras de su cabeza de lista, Diana Riba, la política autóctona también ha impactado directamente en el mensaje de inicio de campaña y la candidata ha hecho un llamamiento a combatir la "sociovergencia", horas después de que PSC y Junts hayan tumbado el decreto que regulaba el alquiler de temporada y de habitaciones.
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"A la hora de votar en el Parlamento Europeo, se ponen muy de acuerdo y muy rápido a la hora de comprar discursos de la internacional reaccionaria", ha afirmado Riba, que también ha añadido que "si Puigdemont acuerda su presidencia con el PSC, que es imprescindible, ERC no bloquearemos, pero que se pongan de acuerdo". Aragonès ha asistido al acto, sin intervenir, cosa que sí que han hecho Junqueras y Rovira, en el último caso telemáticamente desde Suiza.
Los comuns piden un "voto antifascista"
También los comuns han lamentado la decisión de tumbar el decreto de los alquileres y su líder en el Parlament, Jéssica Albiach, ha asegurado que la regulación de los arrendamientos de temporada será una "condición imprescindible" para un acuerdo de gobierno con ellos, en un mensaje claramente dirigido al PSC. Después de retroceder el 12M y conseguir solo representación en Barcelona, en la campaña la formación intentará desmarcarse del Partido Socialista, con propuestas claramente de izquierdas.
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Hará falta, pero, que las haga creíbles, porque ya ha dejado claro por activa y por pasiva que apoyará la investidura de Illa y esto le puede llevar a diluir algunas de sus demandas. Así, por ejemplo, este jueves el diputado en el Parlament David Cid ha insistido que "solo estaremos en un gobierno que descarte el Hard Rock", pero 24 horas antes su candidato a las europeas y número dos de la lista de Sumar, Jaume Asens, había dicho que las negociaciones con el PSC se tenían que hacer sin líneas rojas.
En un acto de inicio de campaña hecho en Girona, Asens ha reivindicado la necesidad de hacer "un voto antifascista" ante el auge de la extrema derecha que pronostican las encuestas. "Hace falta que nos movilicemos para que la Europa solidaria y democrática gane a la Europa del miedo, el odio, la xenofobia y el racismo", ha añadido, para "cerrar la puerta de Europa a la internacional reaccionaria que quiere destruir las bases constructivas de la democracia y quitar la libertad a la ciudadanía".