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País Vasco Un año después del desarme, ETA escribe su inminente final

Coincidiendo con el primer aniversario de la entrega de los arsenales, el grupo ya desarmado prepara los últimos detalles para anunciar su disolución, algo que podría ocurrir en las próximas semanas. Mientras, el Gobierno del PP mantiene su actitud inmovilista y se niega a realizar cualquier cambio en su política antiterrorista.

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Pintadas con el logotipo de ETA en Goizueta. Reuters

bilbao, Actualizado:

Pasos insólitos para un proceso igual de increíble. Doce meses después de una entrega de armas nunca antes vista, los últimos militantes de ETA ultiman detalles para acabar, de una vez y para siempre, con estas siglas. Lo harán ante la más absoluta indiferencia del gobierno del PP, que ha decidido mantener su política antiterrorista en los mismos niveles que existían cuando este grupo mataba. Los expertos internacionales que trabajan en este tipo de procesos no terminan de entenderlo.

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Este domingo se cumple un año de la entrega de armas realizada en Iparralde, la porción del País Vasco que se encuentra en territorio francés. Las imágenes que dieron vuelta al mundo fueron realmente asombrosas: 172 activistas sociales se pusieron chalecos reflectantes de color amarillo y se presentaron en los distintos puntos que ETA había especificado en un comunicado. Allí custodiaron los arsenales que hasta entonces disponía esa organización y que a partir de ese momento pasarían a manos de las autoridades judiciales francesas. Nunca antes había ocurrido algo similar: ningún proceso de paz de ninguna parte del mundo había ofrecido una escena de este tipo. 

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La explicación estaba a unos 500 kilómetros de esos zulos, y se remontaba algunos años atrás: desde que ETA anunció en octubre de 2011 que ponía punto final a su actividad armada, el gobierno del PP se mantuvo en una posición firme: ni un paso atrás en materia de política antiterrorista o carcelaria. Ya fuese antes, durante o después del desarme, las cosas siguieron como antes. Como cuando ETA asesinaba. 

“La posición del gobierno de Rajoy genera dificultades para poder encontrar soluciones”

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En ese contexto, la disolución será tan particular como el desarme. Según coinciden en señalar distintas fuentes, todo indica que ETA dejará de existir antes de que acabe el presente curso político en el mes de junio. A día de hoy, los últimos miembros de la organización ya desarmada mantienen abierto un periodo de debate, en el que deberán fijar cómo se producirá su desaparición. 

Uno de los términos que está sobre la mesa es la denominada “desmovilización”, la cual estaría enmarcada en los estándares que aplica la ONU en materia de resolución de conflictos. Se trata del denominado “DDR” (Desarme, Desmovilización y Reintegración) que ya se ha aplicado en otros contextos de violencia. Precisamente, el Foro Social Permanente –una plataforma que busca consolidar el escenario de paz en Euskadi- organizará este miércoles unas jornadas en Donostia que permitirán conocer otras experiencias de “DDR” y su posible aplicación en el caso vasco. 

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Agentes de la Policía francesa examinando uno de los zulos con armamento y munición de ETA cuya ubicación se reveló  el 8 de abril, en el llamado Día del Desarme. REUTERS/Regis Duvignau

No se trata de un aspecto más. Si algo tienen claro los mediadores internacionales es que el gobierno de Rajoy no variará ni un ápice su actitud ante el “tema vasco”. Dicho de otro modo, nadie espera que La Moncloa rompa su inmovilismo y se implique en el proceso de paz, lo cual es observado con preocupación por quienes siguen de cerca este asunto. “La posición del gobierno de Rajoy genera dificultades para poder encontrar soluciones”, señaló a Público el portavoz del Foro Social, Agus Hernán. 

Mediación internacional

En ese contexto, cobran especial importancia los mediadores del Grupo Internacional de Contacto (GIC) que lidera el abogado sudafricano Brian Currin. Sus miembros –todos ellos de reconocido prestigio- siguen muy de cerca el proceso de disolución de ETA, e incluso mantienen contactos permanentes con distintos actores vascos para estar al tanto del inminente desenlace. No en vano, el papel del GIC puede resultar clave de cara a la verificación del final de ETA. Según ha podido confirmar este periódico, actualmente sus integrantes mantienen contactos con distintos actores para tratar de establecer cómo se cerrará este capítulo de la historia de Euskadi y de España. 

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“No sabemos qué termino va a utilizar ETA para anunciar su desaparición"

“No sabemos qué termino va a utilizar ETA para anunciar su desaparición: disolución, desaparición, desmovilización o, como dijeron en su último documento, cierre de un ciclo”, indicó a Público el portavoz del Foro Social. En cualquier caso, Agus Hernán remarcó que el debate interno “está a punto de concluir y la opción que están barajando es concluyente y clara: ETA va a proceder a su desaparición”. 

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Hacha invertida

Este domingo, coincidiendo con el primer aniversario del desarme, la organización Bake Bidea y los denominados “Artesanos de la paz” –los activistas civiles que se ofrecieron para facilitar el desmantelamiento de los arsenales- inaugurarán un monolito en la localidad de Baiona (País Vasco francés) para recordar aquel histórico día. Se trata de una obra del escultor Koldobika Jauregi, quien escenifica el nuevo escenario con un hacha –uno de los componentes del logo de ETA- invertida, de la cual surge un árbol. El paso de la violencia hacia la paz. El final que hoy, un año después del desarme, está más cerca que nunca.

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