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Pacto de Estado contra la Violencia de Género El fulgurante cambio de Rajoy con la violencia machista: de no conocer sus causas a colgarse la medalla del pacto

El presidente se jactaba en 2015 de que "de cada 10 mujeres que denuncian, ocho arreglan el problema". También se excusó así de haber recortado un 31,1% los presupuestos para luchar contra esta lacra: "El Gobierno hace lo que puede".

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Mariano Rajoy junto a Dolors Montserrat, Cristina Cifuentes y Fernando Martínez-Maíllo durante un acto de apoyo al Pacto de Estado contra la Violencia de Género. /EFE

MADRID, Actualizado:

Más vale tarde que nunca, dice el refrán. El Gobierno de Mariano Rajoy, responsable del brutal hachazo a los presupuestos para luchar contra la violencia machista -y a muchas otras partidas-, se vende hoy como paladín defensor de las vidas de las mujeres, a las que, entre otras cosas, intentó restringir el acceso al aborto.

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El Pacto de Estado contra la Violencia Machista es uno de los estandartes de los que presume el Ejecutivo, y la conciencia de la necesidad de luchar contra esta lacra social sirvió a Rajoy para intentar blanquear su comparecencia como testigo ante el tribunal de la Gürtel, el miércoles, para dar cuentas de la financiación ilegal de su partido. El director de campaña que dijo desconocer los presupuestos electorales sobre los que en otros tiempos ofrecía ruedas de prensa, pasó en apenas media hora de la Audiencia Nacional a un acto sobre esta materia, y este viernes volvía a referirse a la violencia machista en su discurso de cierre de curso político.

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No obstante, hace apenas año y medio, en diciembre de 2015, Rajoy reconocía sin titubear que desconocía las causas de la violencia contra las mujeres: "Es difícil saber cuáles son las causas"; "supongo que serán muchas y muy variadas", sentenció el presidente en el plató de La Sexta Noche, en respuesta a María Morcillo, mujer de 55 años residente en Galicia y entonces en paro.

Entre anécdotas sobre su visita al 016 y a un centro de la Comunidad de Madrid para la prevención de la violencia contra adolescentes -"Una cosa que ha aparecido ahora"-, Rajoy defendió la importancia de concienciar a las víctimas para actuar y ofreció un dato para "animar" a estas mujeres a actuar: "De cada diez mujeres que denuncian, ocho arreglan el problema", afirmó.

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Desgraciadamente, las cifras tampoco dan la razón al presidente: Casi la mitad de las mujeres asesinadas en 2016 habían denunciado a su agresor 41%, y esto sólo hace referencia a las víctimas que entrar dentro de los parámetros del Gobierno.

Eso, por no hablar del papel que a su juicio deben desempeñar las instituciones: a su entender, "las administraciones hacen mucho", y el Gobierno "hace lo que puede". En este marco, Rajoy debe incluir la disminución entre 2010 y 2015 de las partidas para la lucha contra esta violencia, pasando de los 34,4 millones a los 23,7, una reducción del 31,1%.

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La inversión en la lucha contra la violencia machista se mantiene hoy por debajo de los niveles de 2010

De hecho, la inversión se mantiene hoy por debajo de los niveles de 2010, a pesar de la presión de la oposición de diversas organizaciones. El Gobierno rechazó enmiendas del PSOE a los Presupuestos Generales del Estado para 2017 por valor de 109 millones de euros, mientras las organizaciones feministas pedían invertir más de 120 millones. La presión logró arrancar al PP otros cuatro millones, llegando hasta los 3,7.

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Por seguir con los datos, 134.462 mujeres denunciaron el año pasado ser víctimas de violencia machista, una media de 391 denuncias al día, según se extrae del informe anual de 2016 del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Supone un incremento del 8,7% en el número de víctimas y del 10,6% en el número de denuncias respecto a 2015, cuando Rajoy afirmó que "de cada diez mujeres que denuncian, ocho arreglan el problema".

Por otro lado, 2017 comenzaba con la peor cifra de mujeres asesinadas por violencia machista (al menos 15 mujeres antes del 22 de febrero) y esta cifra ha seguido creciendo. De hecho, la última víctima mortal de esta lacra fue asesinada el martes, en Sevilla, apuñalada por su pareja.

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De la "violencia en el entorno familiar" a la manipulación 

Con todo, antes del Pacto de Estado, el PP ya había sido acusado de utilizar de manera electoralista la violencia machista -la SER recogió en 2015 el vídeo denunciado por 30 asociaciones feministas-. El Partido Popular rebajaba el número de mujeres asesinadas en 2014 por sus parejas o exparejas a 51, aunque en realidad fueron 54. Los conservadores lo atribuyeron a un error, sin concretar si pensaban tomar alguna medida para subsanarlo.

La exministra de Sanidad Ana Mato se estrenó en su cargo confundiendo la violencia machista con "violencia en el entorno familiar"

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En 2011, la entonces ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, se estrenó en el cargo con una polémica: su departamento hizo pública una nota de prensa para condenar el asesinato de una mujer en Roquetas, pero lo hizo refiriéndose a la "violencia en el entorno familiar".

Pese a las críticas, al día siguiente, en el Congreso de los Diputados, Mato siguió en sus trece y aseguró que 'da igual el nombre' del fenómeno. "Al final es un asesinato y nosotros queremos tolerancia cero contra todo tipo de actuación contra cualquier mujer, contra cualquier persona en el ámbito doméstico, en el ámbito de violencia de género o como se quiera llamar. Lo importante no es el nombre, lo importante es que todavía hoy hay muchas mujeres que mueren a manos de las personas que en teoría más deberían quererlas", espetó.

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Por otra parte, a quien sí defendió Rajoy este viernes, en su comparecencia posterior al Consejo de Ministros, fue a Juana Rivas, la madre de Maracena (Granada) que permanece en paradero desconocido con sus hijos después de que un juzgado ordenara el pasado miércoles la entrega de los dos niños al padre, que vive en Italia y que fue condenado en 2009 por maltratarla. "Hay que ponerse en el lugar de esta madre", afirmaba. "A las personas conviene atenderlas, a las personas conviene comprenderlas y luego está todo lo demás", sostenía.

Blanqueo a costa de las víctimas de la violencia machista

Ni Rajoy fue testigo en un juicio -"La sesión en la que he participado"-, ni, al parecer, la acusación particular ejercida por ADADE tuvo que pedir hasta en tres ocasiones que Rajoy compareciera -"Estoy contento de haber colaborado con la justicia", afirmó en el acto sobre violencia machista al que acudió justo después de declarar en la Audiencia Nacional. O al menos, así podrían interpretarse las breves palabras pronunciadas por Rajoy para blanquear su declaración como testigo, que ya han cosechado las críticas de la mayoría de grupos de la oposición.

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En su línea habitual de no dar puntada sin hilo, el presidente del Gobierno incluso se refirió al PP, el partido que en 2013 fue expulsado de la acusación particular del caso Gürtel por ayudar a Bárcenas y que está procesado por la destrucción de sus discos duros, como una formación de "colaboradores fieles de la justicia española". "En el PP ha habido sus problemas y sus historias, como en otras fuerzas políticas", decía Rajoy, aprovechando para señalar al resto de formaciones con sus palabras.

016. Teléfono de atención a víctimas de violencia machista. Es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica.

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