Las obras obligan al Congreso a convocar un pleno en el Senado
El traslado, que tuvo ya un precedente en 2005, se producirá el 16 de julio para facilitar los remates en la cubierta del Palacio de la Carrera de San Jerónimo
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El presidente del Congreso de los Diputados. Jesús Posada, pronunciará dentro de un mes las palabras rituales "se abre la sesión" con el que se inician todas las sesiones plenarias de la cámara en un escenario inédito: el salón de plenos del Senado. La mudanza a las instalaciones de la Cámara alta se justifica por las obras que se llevan a cabo en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo, concentradas principalmente en la renovación de la cubierta del edificio desde hace unos meses.
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Es la primera vez que se acomete la remodelación de esta parte del histórico inmueble, inaugurado en 1850 durante el reinado de Isabel II. Desde entonces siempre ha sido sede parlamentaria en las distintas etapas de la historia de España del último siglo y medio. La obra en la cubierta pretende recuperar el diseño original del autor de la obra, el arquitecto valenciano Narciso Pascual y Colomer, degradada en las últimas décadas por la colocación de diversos equipamientos técnicos.
La celebración del pleno de la Cámara baja en las instalaciones del Senado se desarrollará, según el calendario previsto por la Mesa, a partir del martes 16 de julio y está previsto que se prolongue hasta el día siguiente, aunque no tiene fijado el orden del día. Aunque el mes de julio es inhábil para la actividad parlamentaria (así se recoge la propia Constitución) en las dos últimas legislaturas y en la actual se programa actividad legislativa para romper la imagen de inactividad durante semanas. Algo similar ocurre con el mes de enero.
La realización de este pleno del Congreso en las instalaciones de la Cámara alta "no supone ninguna alteración significativa respecto a los que se celebran en su espacio habitual; tampoco conlleva un gasto adicional ya que se utilizan los servicios propios del Senado", según fuentes conocedoras del traslado consultadas por Público. De hecho, al recinto de la Plaza de la Marina Española, además de los propios diputados y diputadas, apenas se desplazarán unos pocos funcionarios, entre letrados, servicio de prensa y redactores del diario de sesiones.
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La sesión, con todo, tendrá un desarrollo peculiar, al menos en lo referente a las votaciones. El pleno se celebrará en el Hemiciclo nuevo que cuenta con servicios técnicos similares a los del Congreso, pero mientras que en éste hay micrófonos y sistema de votación para los 350 diputados actuales - en realidad hay hasta 400 "puestos", en el Senado este número es menor ya que la infraestructura de su hemiciclo está prevista para los 266 senadores actuales. Por lo tanto, en el caso de asistir la totalidad de los diputados no hay suficientes "botones" de votación.
Eso fue lo que ocurrió el 28 de julio de 2005 cuando, bajo la presidencia de Manuel Marín, el Congreso celebró una sesión plenaria en el Senado, la primera ocasión que sucedía tal circunstancia. El traslado también se debió a obras de modernización del viejo edificio de la Carrera de San Jerónimo. En concreto, se varió la altura del frontal de los pupitres para permitir la colocación de una pantalla de ordenador y un teclado bajo el propio pupitre corrido para cada escaño. Hubo, además, que levantar el suelo para colocar un nuevo cableado por todo el Hemiciclo. La votación se resolvió, según consta en el diario de sesiones, no a mano alzada sino poniéndose en pie, en cada votación -(sí, no y abstención), los diputados y, además, por filas "empezando por la última", según especificó el propio Marín. Fue una única votación para convalidar un real decreto ley sobre medidas contra los incendios tras la tragedia del ocurrido en Guadalajara unos días antes. Ese pleno duró tres horas y diez minutos.
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En esta ocasión, según explican las citadas fuentes, "el sistema puede ser similar ya que la diferencia de escaños y sus correspondientes botones de votación se mantiene, claro". En principio, la sesión parlamentaria será más larga que la celebrada en julio de 2005 ya que se prevé que llegue hasta el miércoles, incluyendo una sesión de control al Gobierno. Sus contenidos dependen de la marcha del actual trabajo legislativo de la cámara.
Con el traslado se permitirá que los trabajos en la cúpula del edificio que se encuentran encima del hemiciclo, incluido el lucernario, se desarrollen con mayores medidas de seguridad. Otras fuentes parlamentarias dijeron a Público que es la parte más delicada de los trabajos de renovación de la cúpula ya que afecta directamente a elementos únicos del diseño original.
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Entre los trabajos de modernización se encuentra la recuperación original de la sala de comisiones que se encuentra en la segunda planta del edificio del Palacio. Con el aumento de actividad parlamentaria tras la aprobación de la Constitución, durante la I Legislatura esta zona se dividió en dos salas, las actuales Olózaga y Calatrava (en ésta se celebraron las sesiones de la comisión de investigación del caso Naseiro). Con las sucesivas ampliaciones del complejo parlamentario han ido dejándose de utilizar y muchos diputados actuales desconocen incluso su mera existencia.
Las obras en el edificio continuarán hasta la entrada del otoño. La inversión es de alrededor de 4,5 millones de euros, con una rebaja sustancial respecto a la licitación inicial que se fijó en torno a los 7 millones de euros. El coste no lo asume el presupuesto del Congreso de los Diputados ya que el edificio pertenece a Patrimonio del Estado. Es el departamento de Hacienda y Administraciones Públicas, a través de la dirección general del Patrimonio del Estado, quien asume los costes, fijó las condiciones y resolvió la adjudicación a la empresa Dragados.
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La complejidad de la obra ha hecho necesaria la instalación de un aparatoso andamiaje que rodea el perímetro del edificio y lo supera en altura para colocar, a su vez una cubierta que proteja los trabajos de recambio de la cúpula de las inclemencias del tiempo. La parte frontal del andamiaje que da a la Carrera de San Jerónimo ha sido cubierta con una lona que reproduce la fachada con sus leones para no distorsionar el entorno y aislar la zona de trabajo.
La seguridad de estas obras se vio alterada hace unas semanas cuando unos activistas de Greenpeace lograron escalar hasta el frontispicio y colocar una pancarta en contra de la aprobación de la nueva ley de Costas. Paralelamente, el Congreso acaba de aprobar una inversión de 700.00 euros para dotar tecnológicamente el espacio que resultará de unificar las salas Olózaga y Calatrava para poder adecuar su utilización en similares condiciones que el resto de salas de comisiones. Con ese presupuesto también se adquirirá nueva tecnología de audio para mejorar la megafonía del Hemiciclo, según el pliego del contrato publicado por la Mesa de la cámara.