inna AFINOGENOV - pa' QUé ME INVITAN
No es solo Melilla: el trato a los migrantes que van a EE.UU.
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MADRID,
Lo de disponer de un tercer país que te "resuelva los asuntos" o evite asaltos violentos de migrantes de manera más o menos exitosa, no es algo propio de España, ni de Europa. La situación en las fronteras entre México y Guatemala y entre México y Estados Unidos, con las caravanas migrantes que se dirigen a EE.UU. principalmente de Haití, Honduras, Guatemala y El Salvador, es insostenible desde hace años ya. Se trata de una tragedia humanitaria que sucede día tras día, y de la que, sin titulares sensacionalistas o "imágenes escalofriantes", no es que nos vayamos a enterar.
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¿Qué pasa ahí? Centenares de personas emprenden un camino hacia Estados Unidos huyendo principalmente de la pobreza y de la delincuencia y encuentran zanjas en cada paso que hacen, tanto naturales, como creadas especialmente para detenerles. Esas zanjas forman parte de la política de contención que EE.UU. casi que obligó a imponer a México en la época de Trump y sigue aplicando ya con Biden. La caravana de migrantes va por Guatemala caminando, cruza nadando el río Suchiate que separa Guatemala de México y llega a la ciudad mexicana de Tapachula que ya es oficialmente conocida como ciudad-prisión.
La frontera sur y norte de México desde hace años está militarizada, hay cuatro bloqueos a lo largo de toda la zona: más de 28.000 elementos de las Fuerzas Armadas, la Marina, la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migraciones, conforman un 'anillo de seguridad' en el que encierran virtualmente a los migrantes recién llegados. Todo con el fin de no dejarles seguir. Entonces, miles de personas o bien quedan a la espera del asilo en México, o son directamente deportadas. La contención es institucional y se enmarca dentro del Plan de Migración y Desarrollo de las Fronteras Norte y Sur aplicado por el gobierno de AMLO desde junio de 2019.
Organizaciones civiles denuncian que ni el Instituto Nacional de Migración, ni la Guardia Civil son cuerpos militarizados, con lo cual, no les pueden detener ni devolver, pero se enteran a través de testigos, de que en la práctica se comportan como militares y aplican estrategias como 'expulsión exprés' hacia Guatemala. No hay ni siquiera cifras oficiales de esas expulsiones. La semana pasada desde la Defensa Nacional de México informaron que desde que se puso este plan en marcha, se logró "detener" a más de medio millón de personas que buscaban llegar a EE.UU. En tres años.
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Pues que enfadaron a Donald Trump por ser demasiado hospitalarios. Trump consideró intolerable la cantidad de migrantes irregulares que entraban desde México y amenazó a AMLO con imponer aranceles a las importaciones mexicanas si no resolvía el asunto. Aparentemente, tras haber hecho cálculos de lo que habría supuesto esa medida para la economía de México, decidieron que mejor hacerle caso a Trump y hacer ese trabajo por él. Algo que fue muy criticado en su momento.
Y después llegó la pandemia y el denominado 'Título 42'.
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El 'Título 42' es una medida sanitaria aprobada por Trump que originó, inesperadamente, la mayor campaña de deportación masiva en décadas. Básicamente, bajo pretextos de seguridad sanitaria, se permitió la deportación exprés de migrantes indocumentados sin posibilidad de solicitar asilo.
La única estrategia que parece existir de momento es la de mover el problema cada vez más abajo. Y si se tratara del segundo mandato de Trump, todavía…(todos recordamos sus políticas de tolerancia cero y a niños enjaulados). Pero es que Biden tenía otras propuestas. Y no pasó nada. Al asumir, Biden canceló el programa adoptado por Trump que suponía la devolución a México a los migrantes indocumentados, pero poco después lo restableció por una orden judicial. Desde que bajaron los contagios y las muertes por el Covid, todo el mundo esperó que levantara el 'Título 42', pero un tribunal decidió mantenerlo en vigor.
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Lo de atajar las causas de fondo fue una de las principales promesas de Biden en campaña. Presentó todo un plan de ayudas por 4.000 millones de dólares para apoyar a países centroamericanos y de esa manera disminuir el flujo migratorio. Y resulta que en todo este tiempo desde que aprobaron ese plan, los países centroamericanos no han visto nada de esos 4.000 millones. Eso según la reciente denuncia de López Obrador que calificó de inexplicable el hecho de que hayan encontrado 30.000 millones para la guerra en Ucrania, de forma urgente… y esos 4.000 millones para sus vecinos los sigan buscando.
Lo que parece claro, es que Estados Unidos. lleva años dejando la solución de ese problema en manos de México. Durante el mandato de Trump, directamente, bajo amenazas económicas. Pero el país no puede asumir semejante flujo migratorio, ni por su cuenta, ni con la ayuda de Guatemala, que también tiene controles policiales para detener la caravana. Y el dinero para apoyarlos no llega.
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Hace unas semanas, en vísperas de la tristemente famosa novena edición de la Cumbre de las Américas, que excluyó a Cuba, Venezuela y Nicaragua y a la que fue invitada España, el portal estadounidense Axios publicó que Joe Biden buscaba un acuerdo histórico con Pedro Sánchez para reubicar a España a algunos migrantes latinoamericanos que llegan a EE.UU. Citaban como fuente documentos internos a los que habían accedido y siempre según ellos, todo era porque España en realidad tenía problemas de falta de personal y de esa manera, con ayuda de Estados Unidos, podía resolverlos.
De momento, no ha habido confirmación por parte de ninguno de los dos gobiernos de esta información, pero la fuente de la filtración es bastante seria, así que podría darse la situación en la que España se convierta para EE.UU. en lo que es hoy Marruecos para España. Se cierra el círculo.