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"Si no te duele, no eres de izquierdas"

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, presenta su libro 'Ser de izquierdas es ser el último de la fila (y saberlo)', donde reflexiona sobre los retos, el pasado, presente y futuro de la izquierda y su relación con el republicanismo catalán.

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El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián (i), junto al cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero / EFE

madrid, Actualizado:

Gabriel Rufián invitó este lunes a Juan Carlos Monedero a la librería Blanquerna de Madrid para que le "presentara" el libro, y la "cita" derivó en un profundo debate sobre dos formas de ver, analizar y afrontar la situación de la izquierda en el país. A modo de experimento a pequeña escala, donde las voladuras, por suerte, son controladas, Rufián y Monedero pusieron cara a dos "izquierdas" que comparten análisis, objetivos, preocupaciones y adversarios en la teoría, pero cuyos caminos parecen separarse en la cotidianidad y el día a día.

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Si para Rufián "la tercera república ha llegado, pero es catalana, porque es la única amenaza real al Régimen del 78", para Monedero no es posible hablar en España de "la condición emancipadora del nacionalismo porque las tres grandes desigualdades, género, raza y clase, las han representado las fuerzas nacionalistas en Catalunya y el País Vasco durante muchos años".

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Si para el profesor de Ciencia Política "España se ha podemizado y Podemos ha cambiado radicalmente nuestro país", para el portavoz de ERC en el Congreso "el 15-M es finito, la indignación es finita; pero la conciencia de clase es eterna". Monedero descubría cierta distorsión de la imagen de un Madrid que, a su juicio, algunos catalanes imaginaban como "una ciudad llena de guardias civiles sacados de una novela de Valle-Inclán", y Rufián admitía que la "miopía" existe, pero "con respecto a lo que pasa en Catalunya".

Aunque comenzaron resaltando las "muchas coincidencias" que había entre ambos, las divergencias terminaron por imponerse en un debate político distendido, relajado, en un partido amistoso, pero que desborda tensión, sobre todo cuando el oponente entra al tobillo. Desde la coincidencia del papel histórico negativo de la monarquía española, "el tapón que cierra el conjunto del régimen", y de la "crisis de los valores de la izquierda", se dio paso a las diferencias, que en ocasiones escondían cierto tono de reproche.

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Rufián desechó la etiqueta "nacionalista", y quiso perfilar la de "independentista": "Yo no soy nacionalista, y tampoco independentista. Ser independentista es un estado transitorio. Yo soy republicano". En la intervención anterior, Monedero había advertido sobre el "simbolismo nacionalista" y su poder para sepultar los "debates racionales" bajo toneladas de sentimentalismo, banderas e himnos.

Pero más allá de las diferencias en el análisis, en la pugna por si Madrid sufre más miopía que Barcelona, o viceversa, ambos terminaron por bajar a la política en minúsculas, la del día día, la de los partidos, los políticos y sus decisiones. Gabriel Rufián manifestó echar de menos, "en algunos momentos", la fraternidad de algunos sectores de la izquierda con el asunto de los presos catalanes. "Yo escuché en la primera semana de campaña a Pablo Iglesias quejarse de Villarejo, denunciar las cloacas del Estado, y nosotros siempre decíamos lo mismo, porque nos suena. Al republicanismo catalán nos han perseguido, difamado, pegado y encarcelado, literalmente. Y aun así hemos ganado. Es inédito que encarcelen a los líderes de un partido y gane".

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Monedero había asegurado anteriormente no compartir la idea, "sugerida" en el libro, de que España es una dictadura: "Estoy radicalmente en contra de la prisión preventiva de los presos catalanes, creo que hace perder credibilidad al Poder Judicial y nos hace quedar mal en Europa. Pero si fuéramos una dictadura el prólogo de este libro no lo podía haber escrito Oriol Junqueras".

También hubo reproches sobre las alianzas de cada sector, sobre qué izquierda se alejaba más de sus valores teniendo en cuenta sus alianzas estratégicas: La ERC que pacta con JxCat y la burguesía catalana, o el Podemos que tiende la mano al PSOE, "el PSOE que nunca hace nada, y si lo hace, es porque se le ha obligado a hacerlo".

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"La derecha utiliza el dolor constantemente"

Colau, Valls, Maragall... los pactos para el ayuntamiento de Barcelona también fueron objeto de disputa: "Es perverso que se compare un pacto de Colau con Valls con uno de ERC con JxCat. "Se está comparando los reservados donde come Albert Rivera con la celda de Jordi Turull. Las contradicciones que tenemos al pactar con la burguesía catalana son las mismas que tiene Podemos cuando pacta con el PSOE", manifestó Rufián.

"El tema nacional acaba pisando al de clase. Turull es de los tuyos porque está en la cárcel a pesar de haber mandado a los antidisturbios al Parlament", le espetó Monedero. El debate entre Monedero y Rufián tuvo lugar entre dos imágenes prácticamente iguales a la entrada de la Librería Blanquerna: un abrazo de bienvenida y otro de despedida. No se sabe con certeza cuántas veces habrán protagonizado en privado este tipo de debates el cofundador de Podemos y el portavoz de ERC en el Congreso, pero sí que se apuntó, de cierta manera, a uno de los motivos de que el partido amistoso tuviera entradas al tobillo, y algún que otro empujón.

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"La derecha utiliza el miedo constantemente, históricamente, y en la izquierda lo único que tenemos es el dolor. Por mucho que sepas lo que pasa, si no te duele, no lo cambias, es imposible", explicó Rufián. "Si no te duelen las cosas, es muy difícil ser de izquierdas. No te puedes hacer de izquierdas estudiando el socialismo científico; no es como ser newtoniano", secundó Monedero. Ahí sí que hubo acuerdo.

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