Las municipales de la fragmentación
A pocos meses de las autonómicas, Catalunya arroja los plenos municipales más fragmentados de su historia, a medio camino entre el eje social y el identitario
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BARCELONA.- El descontento frente a la gestión de la crisis económica y los casos de corrupción política se han impuesto en Barcelona como principales vectores movilizadores del voto, por encima del eje identitario. Estos comicios municipales suponían una especie de primera vuelta para las autonómicas de otoño; de ella, el soberanismo ha salido tocado en casi todas las grandes ciudades catalanas (solo gobernará en una de las cuatro capitales de provincia, Girona) si bien en todo el territorio el sumatorio de CiU, ERC y CUP es mayor que hace cuatro años. Como en el resto del país, la jornada electoral ha confirmado la aparición de nuevas siglas políticas que arrojan un panorama tremendamente fragmentado, con al menos seis fuerzas en cada uno de los principales ayuntamientos.
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BARCELONA: EL GRAN REVOLCÓN
Barcelona ha votado por el cambio: la candidatura de unidad popular encabezada por Ada Colau se ha impuesto en el escrutinio más ajustado de la historia de la recuperada democracia en la ciudad (apenas 17.000 votos de diferencia entre BComú y CiU), gracias al aumento de la participación, la más alta en los últimos 20 años y especialmente acrecentada en los distritos desfavorecidos de la capital catalana. La confluencia de Podemos, EUiA, ICV, Equo y Procés Constituent ha acabado con el gobierno del convergente Xavier Trias, que se ha dejado 17.000 votos en una única legislatura (uno de cada diez obtenidos en 2011) y ello a pesar de que la abstención ha bajado ocho puntos con respecto a la anterior cita. La ciudad que durante tres décadas enhebró un alcalde socialista con el siguiente ha confirmado la debacle del PSC, que hasta hace cuatro años siempre había igualado o superado la barrera de los 14 concejales, ve ahora adelgazada su representación en la Casa de la Ciutat de 11 regidores a 5. La poderosa irrupción de Ciudadanos en el ámbito estatal se ve refrendada también en la Plaça Sant Jaume, donde debutará como tercera fuerza del consistorio con cinco representantes, uno menos de los que pierde el PP (6). En el sector soberanista, ERC pasa de 2 a 5 representantes y las CUP entran con 3. Así pues, la lectura en clave identitaria arroja 18 concejales independentistas sobre un total de 41; un aumento de dos regidores con respecto a las anteriores municipales, si bien es cierto que estas se celebraron en mayo de 2011, meses antes de la primera gran manifestación de la Diada que marcó el comienzo del llamado procés.