Las municipales en Andalucía confrontan el proyecto de Moreno con el poder local del PSOE y el arraigo de la izquierda

El PP andaluz, tras su victoria por mayoría absoluta en las pasadas autonómicas (que supuso un vuelco histórico en el mapa político regional), afrontará en mayo una reválida muy importante, que responderá dos preguntas que laten en el ambiente político de la comunidad más poblada. ¿Logrará refrendar el PP el resultado y conquistará alcaldías hasta ahora vetadas para la derecha? ¿O en junio pasado se votó más a Juan Manuel Moreno Bonilla, como han apuntado algunos estudios demoscópicos, que a sus siglas?

Dicho de otra manera, las elecciones municipales, además de elegir alcaldes, alcaldesas, ediles y diputaciones provinciales, darán también pistas sobre la profundidad del cambio operado en Andalucía tras la pérdida de la Junta de Andalucía por el PSOE en diciembre de 2018. ¿Conservarán los socialistas el poder municipal que ahora tienen o después de los años de hegemonía está pasará a manos del PP?

Los socialistas tienen ahora mismo un amplio poder municipal. Las alcaldías de cuatro capitales de provincia –Sevilla, Granada, Jaén y Huelva– y 450 alcaldes y alcaldesas. El mapa andaluz, a pesar del cambio en la Junta, está teñido hoy de rojo. Pedro Sánchez necesita que el PSOE andaluz frene su deterioro que aún no se ha terminado, según el último sondeo del centro de estudios andaluces. Hoy, según esa encuesta, a la que los socialistas le quitan toda la credibilidad, están por debajo del 20% del voto en Andalucía.

El PP no quiere dejar pasar la ocasión de oro que se le ha presentado. El presidente Moreno (que este martes celebró el primer Consejo de Gobierno del año) después de haber ensayado, con el anuncio en Madrid de la liquidación del impuesto del Patrimonio, el papel de poderoso barón, ha regresado, después del ruido generado, al modelo que le ha llevado a la mayoría absoluta, la de presentarse como un señor amable, centrado, al que no le gusta el lío por el lío, aunque nada tenga que ver esta imagen con sus políticas, que siempre (cuando actúa) miran hacia la derecha.

Para el PP, las alcaldías de Sevilla y Granada, lugar al que Moreno ha decidido enviar a su consejera de Fomento, Marifrán Carazo, como candidata, son un objetivo de primer orden, según las fuentes consultadas por Público. Además, el resultado de las autonómicas les ha hecho apuntar muy alto y sueñan con un pleno al 8: obtener todas las capitales de provincia.

El PP, además de Carazo, presenta candidatos nuevos en otras cinco capitales (solo repiten los alcaldes de Málaga y Córdoba), algo que en el PSOE interpretan como falta de solvencia de la derecha en sus proyectos para las ciudades.

Para el PSOE, la alcaldía de Sevilla emerge como el principal elemento estratégico, más allá del número de ayuntamientos que puedan conservar. Juan Espadas, el secretario general, al presentarse a las primarias en las que derrotó a Susana Díaz, inició un movimiento de piezas repleto de riesgos: dejó una plaza en la que nadie le discutía su predicamento por una aventura en este momento de destino incierto.

El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, que heredó de Espadas el bastón de mando, no ha cometido errores en este tiempo y ha logrado en año electoral cerrar un presupuesto con Ciudadanos que, con ello, parece haber dado un último servicio a la ciudad, antes de ser engullido previsiblemente por el PP.

El contexto

Habrá que ver, eso sí, en un contexto muy favorable al PP, la capacidad de movilización del voto de Muñoz y del PSOE de Sevilla, que contará en esta batalla con todo el respaldo de Ferraz y del presidente Pedro Sánchez, lo cual al PP le parece estupendo.

El PP busca que a los alcaldes del PSOE se les ponga la cara del presidente y que el contexto nacional y autonómico influya a la hora del voto. "En grandes ciudades y áreas metropolitanas habrá que ver cuánto opera el marco nacional y si beneficia o no al PP", discuten fuentes de IU.

Las fuentes de la dirección del PSOE consultadas por Público consideran que sus alcaldes están fuertes, tienen proyecto y que el electorado les conoce. "Aguantarán", aseguran. Y tampoco descartan nada en Córdoba, donde gobierna el PP, ni en Cádiz, donde, piensan, se abre una nueva ventana tras la marcha del alcalde, José María González, Kichi.

La izquierda

Los socialistas miran también a su izquierda para ver si cuajan alianzas que eviten la dispersión del voto. Para la dirección socialista, sería capital que la izquierda acudiera unida a los comicios, en este escenario en que Moreno lleva el viento de cola.

"El PP tiene viento a favor en Andalucía. Puede subir en zonas donde nunca había sacado nada o casi nada porque el electorado conservador optaba por el alcaldes socialistas, tan conservadores como ellos, pero ahora votarán al que ponga el PP, aunque no tenga tirón propio", analizan en la dirección de IU.

Puede haber alcaldías que se decidan por un puñado de votos y la división penaliza. Una mayoría de izquierdas, garantizaría la elección de Muñoz –en Andalucía, existe una fuerte tradición de pactos municipales de izquierdas–. En Sevilla, por ejemplo, solo ha habido dos mayorías absolutas, la de Manuel del Valle (PSOE) en los 80 y la de Juan Ignacio Zoido, en 2011.

Ahora mismo, hay conversaciones abiertas en prácticamente todas partes en las que IU, que tiene un centenar de alcaldes y un fuerte arraigo en numerosos municipios de Andalucía, y Podemos exploran alianzas. "Se está avanzando. En los territorios se están reuniendo. Con discreción pero sin pausa", afirman a Público fuentes de IU. Adelante Andalucía, salvo excepciones, irá en solitario en los municipios en que se presente.