El 10 de junio, si el Supremo no lo impide, serán exhumados los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Así lo aprobó el Consejo de Ministros de Pedro Sánchez el pasado 15 de marzo en un anuncio que supuso la culminación de una de las grandes promesas del Gobiero socialista desde el primer momento que llegó al Gobierno: acabar con la exaltación al dictador que supone que sus restos permanezcan enterrados en el altar de la Basílica del Valle de los Caídos. 

La decisión de exhumar a Franco, sin embargo, generó un sinfín de polémica. Pablo Casado, líder del Partido Popular, dio a entender que no cumpliría con el mandato del Gobierno: "Lo que haría sería enterrar el debate". Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pasó de apoyar la exhumación del dictador en un inicio a criticar esta misma decisión y a abstenerse en la votación final en el Congreso. 

La fecha elegida por el Gobierno de Pedro Sánchez para la exhumación del dictador no es baladí. El calendario indica que la exhumación del dictador (o su paralización) puede ser una de las primeras acciones del Ejecutivo que surja de las urnas el próximo 28 de abril. Sin embargo, y a pesar de la cercanía de la fecha, el tema de la exhumación del dictador ha desaparecido de los dos debates electorales y, prácticamente, también de la campaña electoral. 

Ni las izquierdas ni las derechas optaron por sacar a relucir este tema en los debates electorales. Para las izquierdas había dos opciones. Una, presumir de haber aprobado una petición histórica de las víctimas del franquismo y de las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos. La otra, forzar a las derechas a que fijaran su posición respecto a qué ocurrirá con Franco si consiguen formar Gobierno: ¿paralizarán la decisión exhumación en sus primeros días en La Moncloa? 

Las derechas, de igual modo, también rechazaron utilizar la exhumación de Franco como argumento en contra del Gobierno del PSOE. Ni Ciudadanos ni Partido Popular cargaron contra el Ejecutivo por esta decisión ni repitieron los argumentos  que han sostenido durante el mandato de Sánchez. Nada. El que ha sido uno de los debates más polémicos en la etapa de Sánchez en La Moncloa pasa a un tercer plano durante la campaña electoral. 

Así las cosas, todo permanece tal y como lo dejó el Gobierno de Sánchez antes de entrar en campaña electoral. La exhumación del dictador Francisco Franco se producirá el próximo 10 de junio y solo hay dos escenarios que pueden evitarlo: que el Gobierno que surja de las elecciones del 28 de abril tumbe esta iniciativa en una de sus primeras decisiones o que el Supremo suspenda de manera cautelar la decisión del Ejectuvio socialista, ratificada por el Congreso de los Diputados, de exhumar al dictador. Así lo han solicitado tanto la familia del dictador, la Fundación Francisco Franco y la comunidad benedictina. 

Ni rastro de las medallas

La exhumación de Franco no ha sido el único tema relacionado con la Memoria Histórica que ha desaparecido durante estos dos debates electorales. Tampoco se ha hablado, por ejemplo, de la retirada de las condecoraciones policiales a torturadores de la Policía franquista como las que disfrutan, con un incremento de pensión, exagentes como Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño. Ni de la necesidad de aprobar un plan de búsqueda de los desaparecidos; de transformar el Valle de los Caídos; de crear un Banco de ADN para comenzar a solucionar el tema de los bebés robados o de si, tal y como pide la ONU, España debe juzgar a los responsables de la dictadura franquista que continúan con vida.