La Mesa del Congreso se reunirá este lunes para finalizar el registro de los grupos parlamentarios y comenzar con la constitución del resto de órganos. Una de las cuestiones pendientes de resolver es el reparto de los asientos del hemiciclo, una distribución que proviene de un acuerdo entre los partidos, pero que tiene que validar la Mesa en última instancia.

Estaba previsto que los escaños se repartieran la pasada semana, pero el órgano de gobierno de la Cámara Baja decidió posponerlo hasta que estuvieran constituidos todos los grupos. Esta legislatura cuenta con el mayor número de partidos en el Parlamento de la historia reciente, y la mayoría de estas formaciones no cumplen los requisitos reglamentarios para tener un grupo propio.

En una Cámara tan fragmentada es necesario llegar a acuerdos para hacer operativos todos los órganos de trabajo parlamentario, empezando por los propios grupos. De hecho, de no llegar a ningún pacto, el Congreso tendría el Grupo Mixto más numeroso y complejo de los últimos años, lo que mermaría su operatividad.

La pasada semana la Mesa rechazó dos propuestas de creación de grupos aparte del Mixto: una de los partidos regionalistas, bajo la denominación de 'España Plural', y otra de JxCat, Más País, Compromís y el BNG, que registraron un 'Grupo Parlamentario Múltiple'. Ninguna de las dos iniciativas cumplía con los preceptos recogidos en el Reglamento, por lo que tanto el órgano de gobierno del Congreso como los letrados rehusaron dar su visto bueno.

La situación se solventó con una prórroga, que finalizó este viernes, para que los partidos minoritarios pactaran una fórmula para dividir el Mixto. El jueves las formaciones alcanzaron un acuerdo para constituir un 'Grupo Plural' con 16 diputados y dejar el Grupo Mixto con cinco, con el objetivo de 'traspasar' diputados entre ambos órganos hasta alcanzar un reparto más equilibrado, de, al menos, una decena de parlamentarios en cada grupo.

La Mesa deberá validar este acuerdo (que, en principio, no incumple ningún precepto del Reglamento) para poder iniciar el resto de trámites. Fue precisamente la prórroga para constituir los grupos lo que postergó el reparto de escaños del hemiciclo. Esta distribución se presenta polémica ya que, con el ascenso de Vox hasta la tercera fuerza del Congreso, cualquier decisión que favorezca a la extrema derecha perjudicará a Ciudadanos.

Cs y Vox pugnan por los asientos del hemiciclo

Los de Santiago Abascal han pedido el espacio central de la derecha del hemiciclo, una posición que ha ocupado Cs en las últimas legislaturas y en el que habitualmente se ha sentado la tercera fuerza de la Cámara. De cumplirse esta distribución, los de Inés Arrimadas podrían acabar en el denominado gallinero, el espacio más denostado del salón de Plenos.

La mayoría de los grupos han llegado a acuerdos sobre los asientos que ocupará cada diputado, y han decidido dejar el conflicto entre Ciudadanos y Vox a estas dos formaciones y al PP, que deberán repartirse el lado derecho del hemiciclo. Los de Casado pueden llegar a jugar un papel fundamental en el reparto de los escaños para llegar a una situación que no perjudique demasiado a ninguno de los dos partidos, pero no está claro que la ultraderecha vaya a participar en el mismo.

Si finalmente no se llega a ningún acuerdo, primará la fuerza de cada partido, y Ciudadanos podría acabar recalando en el gallinero. Tras resolver estas dos cuestiones, la Mesa y los grupos deberán afrontar la constitución del resto de órganos del Congreso: las comisiones parlamentarias y la Diputación Permanente.