Salvador Puig Antich, la impunidad como rasgo identitario del Estado
La impunidad permanece
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MADRID.- Son las 9:20 de la mañana del 2 de marzo de 1974. La sala de paquetería de la cárcel modelo de Barcelona está repleta. Todas las miradas se dirigen al reo, Salvador Puig Antich, que permanece sentado en el garrote vil, esa máquina de asesinar que la Embajada de EEUU calificó de "medieval". "Quina putada", había exclamado Salvador previamente. Frente a él se sitúan miembros de seguridad, el verdugo, su carcelero y, entre otros muchos, un mando de la Dirección General de Seguridad. A las 9:40, tras dos intentos previos, el médico certifica la muerte de Salvador. 20 minutos de angustia y dolor de los que el pasado martes se cumplieron 42 años.
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Las declaraciones pertenecen a Merçona Puig Antich, hermana pequeña de Salvador. Las realizó ayer, viernes. desde el escenario del Centro Cultural Casa del Reloj, en Madrid, en un acto homenaje al militante del Movimiento Ibérico de Liberación, el primero que se celebra para honrar la memoria única y exclusivamente de Salvador. "Actos como este hacen que el vacío que nos dejó Salvador hace 42 años se haga mas llevadero", reconoce.
Merçona lee al público asistente, que abarrota el espacio, una carta que han escrito las hermanas de Salvador para explicarle por qué han aceptado participar del homenaje que le rendirá este sábado el Ayuntamiento de Barcelona, que inaugurará una plaza con su nombre en Nou Barris. "Si Salvador estuviera vivo creemos que nos mandaría a la mierda", dice una Merçona emocionada. Y comienza a leer:
La impunidad permanece
Expertos como el historiador Gutmaro Gómez, autor del libro Salvador Puig Antich, la Transición inacabada, o el politólogo Jaime Pastor explicaron desde el escenario por qué el juicio a Salvador fue una farsa, la manipulación de las pruebas, la desaparición de otras, la supremacía de la Justicia militar sobre la civil o la permanencia del poso franquista en una Justicia que aún en la década de los 2000 evitaba pronunciar la palabra dictadura para referirse al franquismo y utilizaba el eufemismo de "orden institucional vigente".
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Posible visita a España de la jueza
En el homenaje también hubo un hueco para la esperanza. Se habló de un cambio de época. Del agotamiento de una Transición presuntamente modélica. Los eurodiputados Marina Albiol (IU) y Miguel Urbán (Podemos) participaron mediante un vídeo en el que defendían que sin juzgar los crímenes del franquismo no puede haber una democracia propiamente dicha. Y Carlos Slepoy, uno de los abogados de la querella argentina, señaló que hay posibilidades de que la jueza María Servini de Cubría, magistrada que instruye el caso en Argentina, visite España en el mes de abril para tomar declaraciones a Utrera Molina y a Carro, pero también a otros exministros como Rodolfo Martín Villa.