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"Me dijeron que nos íbamos allá para ejecutarme. Lo deseé profundamente. Deseé que todo acabara"

Un héroe olvidado

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Ángel González García permaneció fue brutalmente torturado y permaneció dos años encarcelado sin ningún juicio

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MADRID.- Para la Fiscalía General del Estado la Transición "fue voluntad del pueblo español" y "ningún juez o tribunal puede cuestionar la legitimidad de tal proceso". Así lo hizo saber Consuelo Madrigal en la circular que remitió a las fiscalías provinciales en la que explicaba cómo debían oponerse a las declaraciones de cargos franquistas y víctimas de la dictadura que solicitaba desde Argentina la juez María Servini, quien instruye desde Buenos Aires la única causa judicial abierta en el mundo que investiga los crímenes de la dictadura. 

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Vicente Cervera Grau, capitán de la Batería de Costa de San Felipe en Mahón (Menorca, fue fusilado el 9 de julio de 1942

Prueba de ello son las dos denuncias que este miércoles se presentan ante el Consulado argentino en Madrid. Se trata de los casos del capitán del Ejército Vicente Cervera Grau, que defendió durante los tres años de Guerra Civil [con éxito] la isla de Menorca, y de Ángel González García, militante antifranquista que fue brutalmente torturado tras su detención en octubre de 1975 y que permaneció en prisión, sin juicio alguno, hasta octubre de 1977. Para Ángel González, por ejemplo, la Transición fue un gran fraude democrático en el que víctimas y verdugos fueron equiparados y donde los que lucharon durante años por la democracia sufrieron el "gran olvido". Isabel Cervera, por su parte, sobrina nieta del Capitán, considera que la Transición no fue más que "el continuismo" del franquismo. 

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La tortura física nunca viene sola. A los golpes hay que sumar la presión psicológica sobre el preso, las amenazas, las mentiras, el juego sucio del represor.

La tortura física nunca viene sola. A los golpes hay que sumar la presión psicológica sobre el preso, las amenazas, las mentiras, el juego sucio del represor. Así lo recuerda perfectamente Ángel González, que describe en su denuncia el día en el que los policías de la Brigada Político Social le dijeron que le iban a dar "el paseíllo" en el Campo de la Bota, lugar donde los franquistas fusilaron a discreción durante su entrada a Barcelona en la Guerra Civil. 

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Ángel González, el día en el que salió de prisión

No obstante. el empujón final que ha llevado a Ángel González a unirse a esta causa fue el escrito de la Fiscalía en el que se opone a que los jueces españoles cumplan con los exhortos remitidos por la Justicia de Argentina. "Me quemó mucho. Eso y que el ministro del Interior dijera que algunos quieren ganar la guerra ahora que perdieron hace 80 años. ¿Cómo puede permitirse hablar así de la Guerra Civil un ministro que está ahí para garantizar el cumplimiento de nuestros derechos y libertades? Aquí hay más de 100.000 personas enterradas en fosas y miles de personas condenadas por la Justicia por luchar contra la dictadura. Y no hacemos nada para evitarlo", se lamenta Ángel González, en conversación telefónica con este diario. 

Un héroe olvidado

La indignación de Ángel es compartida por Isabel Cervera, la sobrina nieta del capitán del Ejército Vicente Cervera Grau, que presenta la denuncia ante el Consulado de Argentina en nombre de su padre, que con 93 años de edad ya no puede venir a Madrid desde Valencia, donde residen. "Hace unos días le conté a mi padre que iba a presentar la denuncia y se emocionó mucho. Para él el asesinato de su tío ha sido un lastre que ha cargado toda la vida. Sobre todo por no poder conseguir que se hiciera justicia con un señor que lo único que hizo fue mantenerse fiel a un gobierno democráticamente elegido", cuenta a Público Isabel Cervera. 

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Isabel Cervera, ante la foto de su tío abuelo y con la denuncia que presenta este miércoles en la Embajada de Argentina en Madrid

El tío abuelo de esta mujer fue uno de los héroes republicanos de la resistencia de Menorca, que no se rindió ante las embestidas franquistas en los tres años de conflicto. Tras la victoria franquista Vicente Cervera fue detenido en Valencia el 22 de abril de 1939, enviado a Mahón (Menorica) y juzgado en Consejo de Guerra en junio de 1941, donde se le condenó a 30 años de reclusión como "autor de un delito de adhesión a la rebelión".

"Cuando mi padre ingresó en las filas en 1945 alguien le comentó: 'Si hubieras estado aquí hace tres años, muy probablemente hubieras forma parte del pelotón que fusiló a tu tío'", narra Isabel

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Pero como en el caso anterior, la violencia del régimen volvió a golpear otra vez. El padre de Isabel y sobrino de Vicente fue enviado en 1945 a realizar el servicio militar obligatorio a Mahón, donde estuvo destinado su tío y donde fue fusilado. "De hecho, cuando mi padre ingresó en las filas en 1945 alguien le comentó: 'Si hubieras estado aquí hace tres años, muy probablemente hubieras forma parte del pelotón que fusiló a tu tío'", narra Isabel, que también muestra con su relato cómo el régimen negó a las víctimas el mismo derecho al duelo ya que su padre sólo pudo ir una vez a la fosa común donde reposaban sus restos. "Alguien se le acercó para decir que si lo veían ante esa fosa podría sufrir consecuencias desagradables", prosigue. 

Sin derecho al entierro 

Los restos de este capitán del Ejército fueron enterrados en una fosa común del cementerio de Mahón hasta que en 1950 se remodeló y un vecino decidió acoger los huesos de los enterrados en su nicho, donde descansan aún hoy: el 164 del tercer ensanche Párvulos. "De no haber sido por este hombre tal vez hoy estarían debajo de cualquier construcción y desaparecidos para siempre. Aún así, hoy en día aún se desconoce la existencia de estos seres humanos ya que de sus nombres no hay inscripción alguna en lápida ni otro lugar visible, sólo están en el dolido pensamiento de sus familiares", prosigue. La vergüenza llega hasta ese punto. Hasta el punto de no tener ni un lugar para ellos en el cementerio. 

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