Los malditos
Los ministros Montoro, Wert y Morenés; Ignacio González, o el socialista Tomás Gómez han brillado por su ausencia en las agendas de campaña de PP y PSOE.
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MADRID.- Más allá de su valoración en las encuestas y de los comentarios internos en sus partidos, el verdadero y más objetivo indicador de la popularidad de los cargos del Gobierno y de los partidos está en su presencia en las agendas de campaña electoral. Así, salvo casos excepcionales (enfermedad u otras razones de fuerza mayor que impiden acudir a las citas), en función de las actuaciones de los representantes políticos en los mítines podrá medirse el éxito de su gestión interna.
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De hecho, Luis de Guindos, el ministro de Economía y candidato a presidir el Eurogrupo, tampoco tiene carné del PP y ya se ha prodigado dos actos: en Castilla y León, reclamado por su presidente y candidato a repetir, Juan Vicente Herrera, y en Cantabria, donde acompañará hoy jueves, precisamente, al jefe de su Ejecutivo, Ignacio Diego. El cántabro lo tiene más complicado que Herrera, según las encuestas, ya que éste podría ser el único que conservase una mayoría absoluta de las muchas que acumuló el PP en 2011. Aunque sea por los pelos.
Antes de que empezara la campaña, Montoro ya intuía que los candidatos del PP no le iban a "llamar mucho"
¿Y qué pasa con Montoro? Antes de que empezara la campaña electoral, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas confesaba en un corrillo informal con periodistas que él acataría la orden de Génova de acudir donde se le reclamara, pero "creo que no me van a llamar mucho...". Y se reía con ganas.
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Ignacio González se despidió de la legislatura sin dar ninguna pista sobre su futuro, pero con una frase reveladora sobre su opinión de la cúpula del PP: "La ingratitud es hija de la soberbia"
Como Pedro Morenés, aunque por distintos motivos que los que llevan a no reclamar a Montoro o Wert. De hecho, las fuentes consultadas en el PP reconocen que "cuesta imaginar" al ministro de Defensa en un mitin; ni siquiera en un acto electoral. Además, argumentan para quitar hierro al componente personal, la "asociación Defensa-elecciones no es la más afortunada", algo que nunca tuvo en cuenta, por ejemplo, el socialista José Bono, muy reclamado como ministro de Defensa o lo que fuera.