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La ley de Vivienda, el primer hito de Ione Belarra como líder de Podemos

La ministra de Derechos Sociales, junto a la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, cierra con el PSOE una ley de Vivienda estatal casi 10 meses después del compromiso firmado con los socialistas.

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Iglesias traspasa a Belarra la cartera de Derechos Sociales.. - J. Hellín/ Pool/ EFE

madrid,

Antes de ser ministra, Ione Belarra era una secretaria de Estado con una misión principal: negociar con el PSOE una ley de Vivienda que regulara los precios del alquiler. En diciembre de 2020, con Pablo Iglesias en el Gobierno, el PSOE y Unidas Podemos se comprometieron a impulsar esta normativa en enero de 2021. Diez meses después, ambos socios del Ejecutivo han alcanzado un acuerdo en esta materia, en un contexto en el que Iglesias ya no está en la política institucional y Belarra es la secretaria general de Podemos.

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La ley de Vivienda se puede considerar como el primer hito de la líder de la formación morada. Lo es por su implicación política en la materia, en la que ha liderado las negociaciones por parte de Unidas Podemos (primero con José Luis Ábalos, después con Raquel Sánchez y, por último, con Félix Bolaños, con quien negoció la estructura de Gobierno después del acuerdo de coalición). 

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Pero también lo es desde su posición como secretaria general de la formación morada, una posición que alcanzó tras la marcha de Iglesias en un momento en el que la izquierda alternativa al PSOE se está reconfigurando en torno al proyecto de Yolanda Díaz.

La negociación de la ley de Vivienda ha tenido dos fases diferenciadas, en las que Belarra siempre ha estado presente. Primero, con Pablo Iglesias, Unidas Podemos trató de cerrar la normativa lo antes posible para dar respuesta a la emergencia habitacional que se vive en el país. Sin embargo, la negativa de los socialistas a intervenir el mercado del alquiler para fijar precios máximos ha impedido el acuerdo durante nueve meses.

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Después, en las últimas semanas, el PSOE aceleró las negociaciones, que Unidas Podemos ligó a los Presupuestos Generales del Estado para meter presión en el seno del Gobierno. Esta fase ha sido definitiva para cerrar el acuerdo y Belarra, junto con Yolanda Díaz, estuvo presente en el cierre del acuerdo que dio lugar a la ley de Vivienda.

La gestación de la norma se ha cocinado a fuego lento. En primer lugar, ambas formaciones se centraron en resolver aquellas cuestiones en las que estaban menos distanciadas, como la regulación de los desahucios sin alternativa habitacional; después, y por último, la regulación de los alquileres, que finalmente incorpora tanto la congelación de los precios y los beneficios fiscales defendidos por el PSOE (en el caso de los pequeños propietarios), como la fijación de precios máximos en las denominadas zonas de mercado tensionado defendida por Unidas Podemos (en el caso de los grandes tenedores de vivienda).

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El papel de Podemos en el "frente amplio" de Díaz

La ley de Vivienda es el primer logro de Belarra desde su llegada a la Secretaría General de Podemos, en un momento en el que la dirigente está consolidando no solo su propio liderazgo dentro de la formación, sino también el peso de partido dentro del "frente amplio" que Díaz quiere conformar en los próximos años.

La ministra de Derechos Sociales avanzó este miércoles que "no renuncia" a que Podemos "sea la primera fuerza del bloque progresista". Para eso, se encuentra inmersa desde hace meses en un proceso para reforzar territorialmente al partido, asentar las confluencias existentes y preparar a su espacio de cara al ciclo electoral que se avecina en los próximos años.

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De momento, desde el partido destacan que el tándem negociador con la vicepresidenta segunda funciona, lo que puede ayudar a encarrilar la coordinación a la hora de diseñar el frente amplio que Díaz quiere conformar. Sin embargo, la reconfiguración de este espacio va a depender en última instancia de la titular de Trabajo, de ahí que Podemos quiera llegar fuerte a ese  momento.

La ley de Vivienda ha recibido ya algunas críticas desde sindicatos y colectivos en defensa del derecho a la vivienda, por la limitación competencial que tiene (el marco de regulación de alquileres es general, pero es cada comunidad autónoma la que decide si lo aplica o no). Desde Unidas Podemos se defiende que esta normativa supone un "cambio cultural" que puede arrastrar a los territorios a bajar los precios. Su verdadero alcance se comprobará en los próximos años. 

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