"Cuando nos presentamos no teníamos programa ni prácticamente sabíamos qué se podía hacer. Podíamos proponer cosas, pero no sabíamos cómo funcionaba un ayuntamiento", explica María de Marco, concejala de Agrupación de Mujeres por el Municipio de Angüés (MPMA), la candidatura íntegramente femenina y sin vinculación con partidos políticos que hace cuatro años se convirtió en una de las principales sorpresas de las elecciones municipales, al obtener la mayoría absoluta en ese pequeño pueblo oscense con dos tercios de los votos (152 de 228).

Ahora, con cuatro años de experiencia, aspiran a ganar de nuevo las elecciones con una lista que sigue encabezada por Herminia Ballestín y en la que ha habido algunas novedades, como la entrada de dos nuevos miembros y el paso al lado de alguna veterana como De Marco. "Yo me bajo, así se renueva", explica.

Hace cuatro años se enfrentaron a una lista del PSOE, que obtuvo tres de los siete concejales después de haber pasado dos legislaturas gobernando sin oposición y que también ha renovado su lista para el 28M, convocatoria en la que, según recoge el Boletín Oficial de la provincia, también ha presentado una candidatura el PP.

En cualquier caso, la propuesta electoral que se ofrece a los cerca de 400 vecinos de Angüés no se define únicamente por ejes ideológicos o por otros como tradición-renovación, sino que incluye características propias; algo, por otra parte, habitual donde concurren listas independientes.

La población crece y la escuela gana un aula

En estos cuatro años han pasado algunas cosas en el pueblo, situado a 24 kilómetros de Huesca y atravesado por la N-240, cuyo tráfico ha migrado a la A-22, una más de la decena de "autovías de nunca acabar" que serpean por la comunidad y que, en este caso, comienza a servir de camino de vuelta y no solo de partida: Angüés tiene hoy 387 vecinos, que son 33 más de los 354 que el INE contabilizaba en 2019.

El aumento, del 9,3% en cuatro años, llega tras casi una década en la que, desde 2011, el municipio acumulaba una pérdida de 66 que, paradójicamente, comenzó a ser revertida el primer año de la pandemia.

"El censo ha subido bastante. Hemos rehabilitado tres viviendas que han salido a alquiler y estamos con la cuarta", explica De Marco. Eso ha permitido la llegada de una pareja de refugiados de origen sirio con seis hijos, cuatro de ellos menores, y de otras dos aragonesas con niños de corta edad.

Esas llegadas han permitido que la escuela, unitaria hasta hace poco, pasara a tener dos aulas, una para Infantil y el primer curso de Primaria y otra para el resto. Y ahí siguen. "Nos falta algún niño [dos de dos años] para lograr la tercera, que sería un escalón muy importante para el pueblo", señala la concejala.

El cierre de la escuela suele ser uno de los principales síntomas que indican que un pueblo entra en situación de agonía, algo parecido a lo que supone la continuidad, o no, del bar y de la tienda.

Esta última cerró, pero están "buscando ubicación y esperando que aprueben una subvención para abrirla y crear un puesto de trabajo", anota De Marco, que recuerda cómo hace tres meses consiguieron "abrir la biblioteca". "Solo con libros, sin catalogar, pero ya está abierta. Ahora hay que pedir a la escuela y a la gente que nos digan qué necesitan".

En los últimos meses se ha desarrollado en Angüés un curso de construcción tradicional cuyo objetivo es el de "formar a una cuadrilla de albañiles para reformar viviendas con esos métodos" y un taller de recuperación de recetas tradicionales en el que participó Mateo Sierra, el chef oscense que compitió en la asegunda final de Masterchef.

Inusualmente elevada participación femenina en las listas

La lista que los conservadores han presentado en Angüés está encabezada por una mujer, María Pilar Ciprés, con Sandra García y Adriana Alarcón en los puestos de cierre y Andrea Gracia como suplente, mientras la de los socialistas incluye a Joaquina Fernández y María José Sanagustín en el tercer y el quinto puesto.

Catorce de los 24 candidatos que suman las tres listas que concurren al 28M en Angüés son mujeres, un grado de participación femenina del 58% que contrasta con su peso en el padrón municipal (son 172, el 46%) y en el que algo parece haber tenido que ver el resultado que la agrupación AMPM obtuvo en mayo de 2019.

De hecho, se trata de algo inusual en el conjunto de país y  especialmente en áreas rurales, ya que el 55% de las actas de concejal están en manos de varones mientras que la presencia de las mujeres en los ayuntamientos no supera en 47,5% en ninguna comunidad.

¿Cómo es posible que pudiera presentarse una lista monogénero con las normas de paridad que rigen en las convocatorias electorales del Estado español y que han obligado a la CUP y a Vox a rehacer sus candidaturas en Moià (Barcelona) por exceso de mujeres en un caso y de hombres en otro?

Eso no podría ocurrir en Angüés, ni tampoco en tres de cada cuatro municipios españoles, ya que la legislacióncontempla, efectivamente, que ni hombres ni mujeres puedan estar representados en menos de un 40% de cada tramo de cinco candidatos, es decir, que debe haber dos de un género y tres de otro, aunque de esa obligación "se exceptúan los municipios de menos de 3.000 habitantes e islas de menos de 5.000 habitantes".

Otra de las señas de identidad de la candidatura de AMPM fue la de haber adoptado la forma de agrupación electoral, un fenómeno que hace cuatro años arraigó con fuerza en la comarca del Abadiado de Huesca.

Allí, los ambientalistas de Loporvenir recibieron apoyos suficientes para gobernar de los vecinos en Loporzano (y de otras fuerzas de lo que hasta entonces fue la oposición) y otra candidatura de ese formato se hacía con el consistorio de Blecua-Torres, en todos los casos con el precedente de la Agrupación de Electores Guatizalema, que en 2015 lograba la Alcaldía de Siétamo como colofón a la revuelta iniciada con la amenaza de subida de las tasas del comedor escolar.