Barcelona
Laura Pérez (Barcelona, 1982) nos recibe en su despacho del Ayuntamiento de Barcelona, todavía presidido por los carteles de la huelga feminista del 8 de marzo. Ayer la concejala no acudió al Ayuntamiento; se unió al paro de 24 horas convocado por el movimiento feminista y se manifestó en las calles de la capital catalana junto a la alcaldesa Ada Colau. Hablamos con Laura Pérez del auge del feminismo en España, de su balance después de más de dos años al frente de la Concejalía de Feminismos y LGTBI y de la parálisis de la política catalana desde de las elecciones autonómicas del 21 de diciembre.
¿Qué valoración hace de la jornada de movilización y huelga feminista de ayer?
Todas las que hemos estado involucradas en este proceso de transformación que es el feminismo lo vivimos como un día mágico, como un momento de expresión colectiva de muchos meses de trabajo. Ha sido un punto de inflexión, un grito colectivo de “Hasta aquí hemos llegado”. Hasta aquí hemos llegado con las desigualdades, con que se minimicen nuestros temas, con no estar nunca en agenda. Y creo que se ha conseguido que la agenda política no pueda mirara a otro lado, que Rajoy ya no pueda decir que de esto no se habla, que en esto no me meto.
¿Qué le pareció el papel de los sindicatos en la jornada de ayer?
Insuficiente, al menos el de los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGY convocaron paros de dos horas, mientras que CGT y CNT convocaron huelga general de 24 horas como pedía el movimiento feminista). Está claro que en la agenda de los sindicatos mayoritarios el feminismo no es una prioridad. A nivel laboral una de las grandes inequidades que estamos viendo es de las mujeres que están trabajando en el sector de los cuidados, las trabajadoras de hogar. Es necesaria la ratificación del Convenio 189 de la OIT sobre Trabajo del Hogar. Están sometidas a muchísimos abusos y esto si fueran hombres no pasaría, si fuera un sector masculinizado no estaríamos en esta situación. Y esta lucha principalmente la están llevando adelante mujeres migrantes organizadas en cooperativas, en sindicatos alternativos que quieren visibilizar esta situación. Pero creo que en la agenda de los sindicatos mayoritarios todavía este no es un tema prioritario. Y un paro dos horas era insuficiente. Además, tuvimos que ver algunos protagonismos masculinos de dirigentes sindicales, que no tocaba. No entendieron que en ese día tocaba dar un paso atrás. Deberían haber tenido el papel protagonista las luchadoras del día a día, las que ayer llenaron la plaza Sant Jaume y estuvieron reivindicando los derechos de las mujeres en el convenio catalán de limpiadoras, las que nos hablaron del sector textil y muchos otros sectores.
Después del éxito de la jornada de ayer, ¿qué puede hacer el movimiento feminista para que esta energía se traduzca en políticas públicas a favor de las mujeres?
"Me atrevería a hablar de una nueva ola del feminismo"
Yo creo que el movimiento ya ha hecho mucho. Si ahora mismo tenemos este tema encima de la mesa, si ha habido los avances legales que tenemos hoy en día es gracias a muchísimas antecesoras que en situaciones mucho más hostiles han luchado por nuestros derechos y por la igualdad a nivel legal, por tener una ley integral contra la violencia de género y muchos otros temas. Creo que ahora estamos en otro momento, me atrevería a hablar de una nueva ola del feminismo. Primero se consiguen los derechos de representación política, los derechos civiles, derechos sexuales y reproductivos. Y ahora creo que estamos en un momento en el que muchas de las mujeres que hemos roto los techos de cristal y hemos entrado en los espacios de poder, una vez dentro vemos cuáles son las limitaciones.
Yo creo que la reflexión del movimiento ahora mismo es que hay que seguir con constancia. Hemos conseguido este momento de inflexión, hemos llenado las calles, los medios de comunicación están hablando; ahora toca exigir. Estamos aquí, no somos invisibles y no somos un sector más de la población, somos el cincuenta por ciento. Ahora toca seguir unidas, seguir fuertes reivindicando temas tan importantes como los derechos laborales, un presupuesto para este pacto de Estado de mínimos contra la violencia de género y tantísimos otros temas.
Muchas mujeres que estaban en el movimiento feminista están ahora en partidos e instituciones. Este es un proceso que ha sucedido en otros momentos y en otros países y suele conllevar una tensión. ¿Qué papel cree que tendrían que tener los partidos en esta nueva etapa del feminismo?
Yo de alguna manera me siento parte de lo que está pasando, aunque obviamente en ningún papel protagonista, porque creo que aquí no hay protagonistas; justamente el feminismo no se basa en la creación de liderazgos y el seguimiento de masas, sino en el cuestionamiento y en un proceso colectivo. Sí creo que hemos tenido un papel porque entrar a las instituciones te ofrece un nuevo campo de actuación que el movimiento no te lo permite. Se ha hablado muchas veces de esta tensión y yo en Barcelona no la he sentido. Sí toca ocupar un nuevo papel que a veces es más incómodo o no te da la misma libertad que te daba estar en el movimiento, pero también te ofrece unas oportunidades de suma al movimiento. En tanto que venimos del movimiento sabemos cómo funciona y lo respetamos, no vamos a querer liderarlo, pero tenemos un instrumento que son las políticas públicas feministas para colaborar en este cambio.
En una concentración del 15M en Sol en 2011, un grupo de mujeres intentó sacar una pancarta feminista y otros manifestantes se lo impidieron, fue una muestra de las fuertes resistencias que el feminismo ha encontrado incluso en la izquierda. Solo siete años después, casi nadie se atreve a cuestionar los fines del movimiento feminista. ¿A qué cree que se debe este cambio cultural tan rápido?
De hecho el otro día escribí un artículo en el que recordaba el momento de la pancarta y para mí el siguiente punto de inflexión en ese proceso de siete años fue la señora Inés Arrimadas autocalificándose como feminista. Claro que ha pasado algo. Lo que ha pasado es que ha habido un movimiento muy transversal, hemos salido de ser ese grupo muy concienciado, muy trabajado en el feminismo, muy estudiado en el feminismo, a despertar conciencias con hechos muy sensibles y muy mayoritarios. El acoso sexual en espacios de trabajo, el Me Too... campañas como estas, en las que las portavoces son mujeres de referencia (aunque sean neoliberales o de derechas), llegan a un amplio sector de la población. Es muy fácil sentirse identificada porque son cosas que nos han pasado a todas. Una de cada tres mujeres en Barcelona ha sufrido una violencia grave a lo largo de su vida. Violencias más leves, todas. El caso de 'la manada' también creo que nos ha removido muchísimo, son situaciones en las que te identificas, piensas que te podría haber pasado a ti porque todas hemos sentido miedo en la calle, todas hemos querido salir libres de fiesta y hemos tenido que tener alguna precaución. Por lo tanto, creo que se ha transversalizado mucho el feminismo.
Ahora bien, ¿nos vamos a quedar con un cambio estético y aceptar que la derecha neoliberal nos cuestione el término 'feminista' y se lo lleve a su espacio? ¿O vamos a profundizar y a entrar en cambios que transformen y cuestionen un modelo y un sistema económico que invisibiliza los cuidados? Hay que disputar el término 'feminista'. Si Inés Arrimadas se siente feminista, bienvenida, no he visto nunca a nadie en el movimiento expulsando. Ahora bien, no resignifiquéis el término feminista. Lo decía el otro día en el pleno Ayuntamiento: esto no es el pinta y colorea, yo cojo el término feminismo, me lo pinto de neoliberal y no cuestiono temas de cuidados, me quedo en la brecha salarial donde me siento cómoda. Pero aquí creo que hay tanto trabajo previo que tendrían mucha dificultad para apropiarse de este término.
¿Qué lugar ha ocupado el tema de los cuidados en esta huelga?
Laura Pérez, Concejala de Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona. AYUNTAMIENTO DE BARCELONA
El tema de los cuidados ha estado en el centro de esta huelga, lo diferente de esta huelga es decir que vamos a parar el mundo porque hay una parte de los trabajos que son reproductivos, mayoritariamente no remunerados, que estamos asumiendo nosotras. Y las cifras están encima de la mesa: más del doble de tiempo dedicado a cuidados por mujeres que por hombres. Y este tema es un cuestionamiento del sistema, una crítica a un sistema productivo que invisibiliza la mitad de la producción. Si nadie plancha, ni nadie cocina, si nadie lleva la casa ni lleva a los niños ¿cómo vas a trabajar? Y creo que esta es una de las grandes victorias del día de ayer, poner este tema en el centro. Barcelona después del verano tendrá un espacio dedicado a los cuidados. Eso implica que cuando a ti o a tu familiar te diagnostican una enfermedad, cuando estás envejeciendo, cuando naces... necesitas cuidados y eso significa que necesitas información. Si a tu madre le diagnostican Alzheimer tienes que adaptar la casa, tienes que buscar un centro, alguien que la cuide, en qué condiciones laborales va a estar alguien que la cuide... El cuidado es tan cotidiano que lo hemos invisibilizado y cuando intentas hacer política pública ahí cuesta muchísimo que la gente lo entienda.
¿Cuáles son las políticas feministas más importantes que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Barcelona desde 2015?
Podría hablarte de muchas pero lo que más percibimos dos años y medio después es el efecto en el personal del Ayuntamiento de toda esa apuesta que hicimos por la transversalidad de género. Tenemos un departamento de transversalidad que trabaja con todas las áreas; cada vez que sale un plan de juventud, de ocupación, de cultura... incorpora esa mirada. Además, las cláusulas de contratación han sido revisadas para incorporar la mirada de género y los presupuestos con enfoque de género ya son una realidad en el Ayuntamiento de Barcelona. Es el devenir feminista de las instituciones. Me gusta pensar que estamos inoculando feminismo en todo el Ayuntamiento, hasta el punto de que ahora un técnico de urbanismo nos llame para consultar una duda en una obra, por si está teniendo o no en cuenta la mirada de género. Se va a colgar una lona y preguntan a ver si este anuncio es sexista o no. Notamos que lo que antes era resistencia ahora es una colaboración activa.
¿Diría que la escala municipal es adecuada para hacer políticas feministas efectivas?
Yo creo que es la más necesaria porque tiene el componente de proximidad que no tienen el resto de instituciones. Yo conozco a casi todos los movimientos feministas de la ciudad o conozco el trabajo que hacen y eso a mí me enriquece. Y que ellas sepan que hay una institución detrás crea una red que a nivel estatal es mucho más difícil de formar. El impacto que ha tenido la campaña 'Barcelona Antimachista' del Ayuntamiento es tan concreto... está en mi fiesta mayor, está cuando voy a la discoteca en el frente marítimo, estará en gran parte de las discotecas de la ciudad, en el Festival Cruïlla, en el Sónar, en el Primavera. Tiene un nivel de concreción y una comunicación mucho más fluida porque el mundo local te lo permite.
Pero el nivel estatal es absolutamente necesario, desde los municipios vemos las limitaciones en el nivel legislativo. Por ejemplo en el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual. Yo recibo los casos, nosotras hemos creado una unidad específica para tráfico de personas con fines de explotación sexual. Y esta unidad, que es la única que hay a nivel estatal, coordina con todos los agentes (fiscalía, judicatura, cuerpos de seguridad, las entidades que dan acompañamiento...). Nosotros montamos todo esto y detectamos los casos pero llega un momento, el proceso judicial, donde no tener herramientas de protección de la víctima la deja en una situación de vulnerabilidad extrema y de peligro. Es necesaria una ley integral que incorpore un proceso que proteja a la víctima. Nosotras explotamos al máximo nuestras competencias, porque en tráfico nadie ha hecho lo que ha hecho Barcelona, pero tenemos que exigir a otras instituciones que se lo tomen igual de en serio, porque realmente es dramático.
Violencia machista es otro tema. Estamos invirtiendo 5,5 millones anuales, hemos puesto un millón y medio para vivienda, estamos creando planes de ocupación específicos, hemos internalizado los servicios para mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras. Cada vez ponemos más recursos pero ¿acabaremos con la violencia machista desde el Ayuntamiento de Barcelona, con campañas cada año? Necesitamos un Estado que se lo tome en serio, no es un tema de un ayuntamiento, es un tema de toda la sociedad.
¿Cree que las políticas feministas que ha hecho el Ayuntamiento son duraderas, sobrevivirían a un cambio de gobierno?
Estoy muy satisfecha pero en cuatro años no se puede cambiar todo, aquí en el Ayuntamiento antes no había política feminista. Por ejemplo, la medida de urbanismo con perspectiva de género -que lleva muchos años funcionando en Viena con resultados positivos- va a necesitar más años para que tenga impacto en la ciudadanía. La medida de economía de los cuidados o las medidas específicas contra la feminización de la pobreza o para mejorar la salud en mujeres son medidas muy a largo plazo. Ayer estuvimos con Ada Colau todo el día haciendo huelga y la gente nos decía “Necesitáis cuatro años más”. Estamos iniciando políticas de largo recorrido y para que se vea el cambio vamos a necesitar tiempo. También creo que es importante sabernos acompañadas por la sociedad civil. Realmente una de mis preocupaciones es dejar al máximo la raíz de muchísimas políticas, que no se puedan mover. Y no se podrán mover porque la sociedad civil las habrá incorporado: planes, proyectos... Por ejemplo, la formación que estamos haciendo a todo el personal del Ayuntamiento, las políticas de transversalidad y las políticas con enfoque de género son cosas que no se pueden desmontar.
"El gobierno del Partido Popular se está quedando por detrás del movimiento social"
Partíamos de cero en vivienda, feminismos... hay áreas en las que la innovación ahora está a la altura de lo que pide el movimiento. Sin embargo, tengo la impresión de que el gobierno del Partido Popular se está quedando por detrás del movimiento social, el movimiento está yendo por delante del gobierno actual. En Barcelona siento que vamos de la mano, vamos avanzando y vamos dando respuesta. Ojalá tuviéramos en el gobierno español a alguien que respondiera y que planteara un Constitución feminista, que es lo que deberíamos reivindicar ahora mismo: queremos un marco legal a la altura de lo que estamos pidiendo. Esto no implica solo un pacto de Estado [contra la violencia de género] sin dinero ni una nueva ley de violencia sexual, implica tener una Constitución que tiene en cuenta la mirada de las mujeres, que incorpora la participación de las mujeres en su elaboración, que en su día destacó por su ausencia. Estamos en un momento en el que la sociedad va muy por delante de lo que nos está ofreciendo este gobierno.
Me gustaría hacerle algunas preguntas sobre política catalana. Xavier Domènech ha anunciado su candidatura a la secretaría general de Podem Catalunya, con el fin de unir Catalunya en Comú y Podem. ¿Qué le parece esta apuesta? ¿Podría provocar rechazo entre la militancia de Podem?
Doy mi opinión personal como miembro de Podem. Siempre he defendido la confluencia, para mí el modelo de Barcelona en Comú es un éxito. Las confluencias son complicadas, no están exentas de debate y de encajes, pero el modelo de Barcelona es un modelo de éxito, donde la gente no exige cuotas, trabajamos por objetivos. Aquí hay muy buen ambiente y estamos consiguiendo cosas, y eso anima. Nuestro objetivo debe ser hacer cambios y no pensarnos a la interna constantemente. Albano Dante Fachin y la directiva anterior jugaron un papel nefasto que nos dividió muchísimo. En tanto que siempre he defendido que lo natural era entrar en la confluencia, creo que Xavi Domènech es muy buena opción, es una persona muy coherente que sabrá hacer este trabajo de coser y de integrar a las bases de Podemos. Creo que Xavi tiene la responsabilidad de hacer una lista de Podemos; hay muchísima gente muy activa y muy capaz de hacer equipo con Xavi para construir una confluencia y espero que además pueda hacerlo desde las diferentes sensibilidades que hay en Podemos. Sobre si las bases lo aceptarán o no, creo que solo lo sabremos si votamos. Hay varias propuestas alternativas a Xavi, yo votaré a Xavi Domènech y creo que es muy buena noticia que se anime a liderar esta nueva etapa. Pero las bases tendrán que decidirlo en la votación.
Ayer Junts per Catalunya i ERC propusieron a la CUP un nuevo pacto de investidura que incluye un proceso constituyente y una consulta. ¿Qué le parece ese acuerdo?
Esto es la historia de nunca acabar. Creo que nos tienen que hacer una propuesta seria y viable. Creo que el contexto es muy hostil, no se puede normalizar tener a cuatro personas en la cárcel por defender el independentismo y esto dificulta mucho las relaciones. Pero tampoco podemos esperar eternamente a que cada semana los diferentes partidos que defienden la independencia y que tienen representación en el Parlament propongan una idea distinta, cada semana estamos recibiendo ideas que no son viables. Están además las voces que nos hablan de una división interna del independentismo, no tienen un proyecto común. Veo que están mareando a la población y la población tiene cada vez más ganas de desencallar esto. De hecho, las últimas encuestas hablan de una bajada del apoyo al independentismo, creo que no le están haciendo ningún favor a su propuesta política.
¿Cuáles deberían ser las prioridades de Catalunya en Comú en la nueva legislatura?
Obviamente las elecciones nos dejaron en un papel poco preponderante en el Parlament, pero Catalunya en Comú tiene que ser la voz que diga que las prioridades no son solo su procés fallido y mal diseñado, con el que han engañado a la gente. Hay muchas necesidades en este país que están sin cubrir y muchas de ellas las está cubriendo el Ayuntamiento de Barcelona. Porque tenemos consorcios compartidos, porque tienes una mesa de emergencias de vivienda donde el setenta por ciento lo pone el Ayuntamiento, tenemos muchas cosas paradas, el Instituto Catalán de las Mujeres ni existe ni se le espera. Esto es lo que Catalunya en Comú tiene que decir: volvamos a la realidad, que la realidad son cincuenta o sesenta desahucios por semana en Barcelona, gente que no puede calentar su casa en invierno... El papel de Catalunya en Comú creo que debe ser reivindicación de derechos y el cumplimiento de las leyes como la ley LGTBI, que es de las más pioneras del Estado pero la Generalitat no la está desarrollando, lo está haciendo el Ayuntamiento de Barcelona. En muchísimas materias el Ayuntamiento está poniendo el dinero y la Generalitat está parada. Necesitamos instituciones responsables y partidos que asuman las necesidades que hay más allá de sus anhelos independentistas, que no comparto pero que son muy lícitos y que tienen que poder defender de manera libre. La gente necesita respuestas en su día a día y eso es lo que tiene que hacer un político responsable.
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