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AUDIENCIA NACIONAL -FASE DE TESTIGOS

JUICIO A TRAPERO Pérez de los Cobos: Puigdemont era "el pirómano" diciendo cómo apagar el fuego

El coordinador del dispositivo policial durante el 1-O arremete contra Trapero, el mayor de los Mossos: estaba "alineado" con los independentista y "estaba constantemente poniendo palos en las ruedas"

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El coordinador del dispositivo policial del 1-O, Diego Pérez de los Cobos (izq), a su llegada a la Audiencia Nacional para testificar en el juicio contra el mayor de los Mossos y otros tres acusados por delitos de rebelión y sedición. EFE/Mariscal

MADRID, Actualizado:

El presidente del Gobierno catalán en 2017, Carles Puigdemont, era "el pirómano" diciendo cómo apagar un incendio, y el mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, ponía "palos en las ruedas". Así ha descrito el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos la actitud de ambos durante aquel otoño en el que se celebró el referéndum del 1 de octubre prohibido por el Tribunal Constitucional.

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Pérez de los Cobos comparece como testigo ante el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional contra la cúpula de los Mossos por su actuación aquellos días. Y él, el coordinador del dispositivo policial para impedir el 1-O por orden del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, ha desplegado una avalancha de reproches hacia la actitud de Trapero y el "obstruccionismo" de la policía autónoma catalana, a la que ha acusado que incluso en los casos donde tuvieron actitud de colaborar recibieron órdenes de sus superiores de apartarse.

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El coronel eha sido interrogado este lunes por el teniente fiscal, Miguel Ángel Carballo, en la reanudación del juicio contra Trapero. No vio ni conoció a través de "los muchos ojos" que tuvieron en aquella jornada ninguna actuación de los Mossos para cerrar colegios en cumplimiento del mandato judicial. 

-“Si yo hubiera tenido mando sobre los Mossos, mi primera decisión habría sido apartar al mayor Trapero, que estaba constantemente poniendo palos en las ruedas".

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El no tenía mando operativo sobre los Mossos, y "ellos y sólo ellos" diseñaron su dispositivo y se preocuparon de que fuera así con motivo del referéndum suspendido por el TC. Se encontraron con una situación "violenta" mayor de la que hubieran previsto.

Sin reparos, Pérez de los Cobos ha descrito cómo en la reunión de la Junta de seguridad celebrada el 28 de septiembre de 2017 el entonces president Puigdemont quiso definir los criterios de actuación de la Policía Judicial. "Eso es como si el pirómano definiera las condiciones de actuación de los bomberos", porque en lugar de servir para apagar el fuego lo que hacía era propagarlo.

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Según el testimonio del coronel, Puigdemont les comunicó que se encontraban todos allí "para definir los criterios de la Policía Judicial", algo, que según Pérez de los Cobos, ningún político puede hacer, pero es que además se trataba del que había convocado el referéndum, ha apostillado.

Avalancha de reproches

Al principio confió en que los Mossos iban a actuar para impedir el referéndum. Pero, con el tiempo, la desconfianza, "se fue acrecentando por esa actitud renuente", sobre todo por parte de Trapero, si bien "nunca pensamos que se llegaría a ese nivel de inacción".

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Barajó tres hipótesis sobre la actitud de los Mossos durante el 1-O: la colaboración, la pasividad y el obstrucionismo. "Pensamos que se moverían entre la primera y la segunda, pero nos equivocamos, se movieron entre la segunda y la tercera".

Más reproches. El plan de los Mossos para el 1-O  "más que pautas, contemplaba pistas" para que los convocantes del referéndum "hicieran lo que tenían que hacer a fin de evitar que se cerraran los colegios". Unas pautas "que se comunicaron a los convocantes y se lanzaron a los cuatro vientos", a pesar del secreto que dictaba la instrucción de la Fiscalía para impedir la celebración del referéndum.

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Mientras nadie sabía cuándo y cómo iban a actuar los 6.000 policías nacionales y guardias civiles que intervinieron en esa jornada, "todo el mundo supo con antelación" lo que iban a hacer los Mossos. "Alguien procuró que se supiera", ha remachado.

También ha descrito actitudes "jocosas" de agentes con las personas que organizaban actividades en los colegios en las horas previas y a las que tenían que pedir las llaves de los edificios públicos para cerrarlos.

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Los escoltas

Nadie les contó qué iban a hacer los escoltas de los altos cargos de la Generalitat, y una de sus sorpresas fue que "acompañaron a sus protegidos a participar en una actividad ilegal, lo cual me parece insólito". En un colegio, comprobaron cómo entre las "personas parapetadas" para impedir el cierre de un colegio estaba la entonces consejera de Educación, Clara Ponsatí, protegida por su escolta, armado. Y cómo Puigdemont cambió de vehículo debajo de un puente para evitar ser seguido. Los Mossos "pusieron más fuerza precisamente dónde iban a ir estas personalidades", ha añadido.

El dispositivo de los Mossos fue "un despropósito encaminado a facilitar el referéndum más que a impedirlo", ha asegurado Pérez de los Cobos. Tuvieron a 4.700 efectivos "durante todo el día plantados" sin impedir la actividad ilegal, en lugar de moverlos a las zonas donde eran necesarios.

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Pérez de los Cobos ha recordado además cómo en julio fue cesado Albert Batlle, director de los Mossos d'Esquadra  y precedesor de Pere Soler porque no estaba de acuerdo con este desafío a la legalidad, al igual que dimitió el consejero de Interior Jordi Jané. Motivos que conoció porque se los comentó el propio Batlle.

En el banquillo de los acusados se sientan el mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero, la intendente Teresa Laplana, el exdirector de la policía autónoma catalana Pere Soler, y el exsecretario general de Interior César Puig.

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Los acusados declararon la semana pasada, y ahora es el turno de los testigos del juicio. Trapero defendió la actuación de los Mossos d'Esquadra durante el 1-O, y se desmarcó del Govern de Puigdemont y del proceso independentista.

Pérez de los Cobos ha desmentido este desmarque. Incluso ha recordado la felicitación que realizó Puigdemont a los Mossos en los días siguientes al referéndum.

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La Fiscalía mantiene la acusación de rebelión contra Trapero y pide para él 11 años de cárcel. Aunque revisará esta acusación al término de esta vista oral ante la sentencia del Supremo que condenó a los líderes del 'procés' por sedición y no por rebelión al no apreciar violencia.

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