La juez Coro Cillán, expulsada de la carrera judicial por favorecer a un amigo en un caso
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La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha ejecutado este martes la condena a 15 años y un día de inhabilitación especial impuesta por el Tribunal Supremo a la juez de instrucción de Madrid Coro Cillán por el 'caso Moma', por la prevaricación que cometió al favorecer a un amigo íntimo al precintar en 2011 la discoteca madrileña del mismo nombre en la capital.
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De este modo, la jueza pierde pierde definitivamente el cargo.
En su resolución, el órgano constitucional acuerda llevar la anotación al expediente personal de la magistrada y notificar su resolución al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el Ministerio de Justicia, la Mutualidad General Judicial, el Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid - del que era titular, para que conste en el libro de ceses y posesiones- y a la propia Cillán.
La decisión se adopta en cumplimiento de la sentencia dictada por el Supremo el pasado 16 de julio, que confirmó la condena impuesta a la magistrada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, además de la condena por prevaricación continuada, lo que conlleva la pérdida definitiva del cargo y de los honores que le eran anejos.
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En su resolución, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo desestimó el recurso de la titular del Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid y le impuso una pena de inhablitación especial de 15 años y un día para ejercer el cargo de juez o magistrada, con la pérdida definitiva que el cargo que ostenta, así como el pago de una multa de 18 meses y un día por una cuota de 15 euros.
La sentencia del alto tribunal, con ponencia del magistrado Joaquín Giménez, sentó que los autos dictados por Cillán son "clara y absolutamente prevaricadores porque solo responden a su voluntad situándose extramuros de cualquier argumentación admisible jurídicamente, manifiestamente injusta y exteriorizada de una arbitrariedad".