a coruña
Actualizado:Hay dos características de la trayectoria política de Alberto Núñez Feijóo que en cualquier otro político parecerían disparatadas, pero que en él resultan paradójicamente concordantes. Una, su torpeza para meterse en jardines dialécticos donde nadie le ha llamado y en donde nada se le ha perdido. Dos, su asombrosa habilidad para sortearlos y encontrar la salida sin perder la sonrisa, el decoro ni la intención de voto.
En la entrevista que mantuvo en la noche de lunes en la cadena SER, sin embargo, el líder del PP quizá tensionó demasiado las costuras del traje con la que se viste cuando se asoma a los medios progres o donde atisba audiencias plagadas de indecisos de centroizquierda. La conversación con Aimar Bretos fue distendida, pero bajo ese barniz de buen rollito Feijóo deslizó un relato plagado de mentiras de bulto, bulos tanto improvisados como recurrentes, datos falseados e interpretaciones torticeras de la realidad.
Para el oyente avezado, dio la impresión de que ese discurso ajardinado que transita sin mácula entre una premisa y su contraria empieza a agotarse, justo a las puertas de la campaña. ¿Se puede ser al mismo tiempo machista y feminista, pactar con Abascal y no hacerlo, decir que España va bien pero que eso no significa que vaya bien? Para Feijóo, sí. Incluso se puede ser a la vez marxista y líder del PP, si se acepta la definición que Groucho Marx hizo de la política: "Es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". Ahí encuentra Feijóo la entrada a sus jardines dialécticos, y también es ahí, en el marxismo de un Groucho opereta, donde busca las salidas: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros".
Un "divorcio duro" y una condena por "violencia verbal"
Feijóo dedicó con insistencia sus primeras respuestas en la SER a subrayar que la violencia machista existe y es una lacra. Pero no lo consideró contradictorio con el hecho de que su partido pacte con responsables de Vox que niegan esa evidencia y pretenden legislar en consecuencia, ni que condenados por ella ocupen cargos de responsabilidad en las instituciones. Para justificarlo, recordó que para pactar con Vox en Valencia el PP exigió la renuncia de Carlos Flores, condenado a un año de cárcel por quebranto psicológico, coacciones, injurias y vejaciones a su esposa. Pero Feijóo ofreció una versión manipulada de los hechos. Primero reconstruyó la figura del condenado alegando que Flores es "catedrático de Derecho Constitucional", como si esa posición resultara un atenuante. Segundo, alegó que los hechos habían sucedido "hace 20 años", como si existiera un límite temporal a partir del cual los delincuentes recuperan la legitimidad para el sufragio pasivo perdida por sus acciones -no mencionó sin embargo que los siete terroristas con delitos de sangre que se presentaron en las listas de Bildu en las municipales cometieron sus crímenes entre 1978 y 1997-. En tercer lugar, alegó que Flores había tenido "un divorcio duro", insinuando que sus delitos son comprensibles y que la víctima, por tanto, fue responsables de sufrir aquellos abusos. Y en cuarto término, porque dijo que la condena había sido por "violencia verbal", eludiendo él mismo calificar el crimen de Flores como lo que es: violencia machista. No existe en el Código Penal Español ningún tipo delictivo de "violencia verbal". Sólo el de violencia de género, que se define en el artículo 1.3 como "todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad".
"Aún no sabemos si Vox es populista"
Bretos comenzó la entrevista recordando que Feijóo lleva años repudiando a Vox. "Es un error que Vox entre en los gobiernos" (Feijóo, 2019). "No tengo ningún interés en pactar con Vox y no lo haré" (2020). "A veces es mejor perder el Gobierno que ganarlo desde el populismo" (2022, tras el acuerdo Vox-PP en Castilla y León). Feijóo respondió dando a entender que un pacto con la ultraderecha sería legítimo porque si bien "es conocido que el populismo de Podemos y del independentismo" con los que ha pactado Sánchez "es claro y contundente", con los de Abascal no pasa lo mismo. "De Vox todavía no lo sabemos [si son populistas y por tanto no se debe pactar con ellos] porque todavía no han gobernado".
¿Quién miente, Feijóo o las encuestas?
"Hace un año, absolutamente ninguna encuesta decía que el PP iba a ganar las elecciones", aseguró Feijóo para desacreditar los sondeos que aseguran que sólo será presidente con Vox en el Gobierno y evitar así confesar que está dispuesto a hacer vicepresidente a Santiago Abascal. Pues sucede al contrario. Al menos una veintena de sondeos entre las primeras semanas de mayo y mediados de julio de 2022 ya daban por ganador al PP en el caso de que se convocaran entonces lecciones generales. Éstos son:
MOP Insights para El Confidencial, mayo de 2022: PP, 26%; PSOE: 25%.
Celeste Tel para Onda Cero, mayo: PP 26,9%; PSOE 26,3%.
Simple Lógica para El Diario, mayo: PP 29,2%; PSOE 25,7%.
Henneo DYM, mayo, PP 28,4%; PSOE 26,3%.
Sigma Dos, junio: PP 31,1%; PSOE 25,2%.
Electomania, junio: PP 27,8%; PSOE 23,6%.
Sociométrica para El Español, junio: PP 31,2%; PSOE 23%.
Invymark para La Sexta, 25 de junio: PP 29,3%; PSOE 25,2%.
GESOO para Prensa Ibérica, 24 de junio: PP 31,5%; PSOE 23,9%.
Data 10 para OK Diario, junio: PP 30,9%; PSOE 22,4%.
Sigma Dos, junio: PP 31,1%; PSOE 25.2%.
Electomania, junio: PP 27,8%; PSOE 23,6%.
Hamalgama, junio: PP 30,4%; PSOE 24,5%.
GAD3 para ABC, junio: PP 36,3%; PSOE 24,3%.
Electomania, julio: PP 29,8%; PSOE, 23,3%.
IMOP Insights para El Confidencial, julio: PP 30,3%; PSOE 23,8%.
Data 10 para OK Diario, julio: PP 31,3; PSOE: 22,6%.
40dB para El País y Cadena SER, julio: PP 27,4%; PSOE 26,3%.
Electomania, julio: PP 28,5%; PSOE 24,1%.
Sigma Dos para El Mundo, ju: PP 30,2%; PSOE 24,9%.
Cuando la economía crece y se estanca a la vez
Feijóo se congratuló de que según el Banco de España la economía va a crecer este año un 2,3%, es decir siete décimas más de lo que preveía el Gobierno. Pero pese a que el PIB aumente, el líder del PP considera que la economía está estancada porque aún no se ha alcanzado el dato bruto de antes de la crisis derivada del covid. Es afirmación es falsa. El PIB de 2019 era de 1,245 billones de euros. En 2022 rozó los 1,329 billones. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, subió a su cuenta de Twitter un post denunciando las "falsedades" y "tergiversaciones" del líder popular en materia económica.
Subir el SMI es razonable, pero votamos en contra
El último Gobierno del PP dejó el salario mínimo interprofesional (SMI) en 641 euros mensuales, y los populares han votado en las Cortes contra todos los incrementos propuestos por el Gobierno de coalición. El último en febrero pasado, con Feijóo ya como líder de la oposición, que ha situado el SMI en 1080 euros. Aun así, el candidato popular no se sonrojó al desvelarle a Brezos que le parece "razonable" subirlo, a pesar de que, contradictoriamente, considera que esa medida perjudica "a los autónomos" (sic) y que además no es mérito del Gobierno, sino de los empresarios.
Mentiras sobre las pensiones
Cuando Aimar Bretos le preguntó si prensaba subir las pensiones de acuerdo con la inflación para evitar que los pensionistas pierdan poder adquisitivo, la respuesta de Feijoo fue que su partido, al contrario que el PSOE, "siempre" lo había hecho. Es falso y el ministro de Hacienda, José Luis Escriva, lo desmintió en Twitter. Lo cierto es que el Gobierno de Rajoy decretó en 2013 que mientras existiera déficit público, las pensiones no subirían por ley más del 0,25% con independencia de lo que sucediera con los precios. La medida se aplicó en 2014, 2015, 2016 y 2017. Los dos primeros año hubo tasas de inflación negativas, pero en 2016 y 2017 los precios se incrementaron un 1,96% y un 1,67%, con lo que los pensionistas acumularon esos años una pérdida de poder adquisitivo de 3,8 puntos.
Empleo y fijos discontinuos, un argumento manipulado
"Hay gente a la que le molesta que España vaya bien y a mí me encanta que España vaya bien", afirmó Feijóo en la SER. Si pretendía convencer de su talla de estadista responsable, lo desmintió pronto al recordar que el problema de España era que había "más de medio millón de trabajadores fijos discontinuos", razón por la que, a su juicio, él no puede dar credibilidad a los indicadores que señalan que España tiene más trabajadores que nunca y las cifras de desempleo más bajas desde 2008 . Es cierto que hay medio millón de fijos discontinuos. Pero representan el 2,5% de los más de 20,5 millones de cotizantes, la cifra más alta de la historia. El ministro de Seguridad Social, Rafael Escrivá, colgó otro hilo en Twitter que desmonta con datos esas "falsedades" de Feijóo. Por cierto, que a éste se le escapó que cuando Rajoy dejó el Gobierno había "sólo" unos 400.000 fijos discontinuos, que representaban también el 2,5% de la población ocupada. ¡Ah! Y tampoco hizo mención a que cuando abandonó la Xunta, él dejó en Galicia 65.000 cotizantes menos de los que había cuando llegó en 2009.
Datos falsos sobre la deuda pública
Para Feijóo, la economía de España va bien sólo porque la deuda pública ha crecido una barbaridad. Buen argumento electoral, aunque lo poyó en un discurso basado en datos irreales o inventados sobre la marcha que no se corresponden con la realidad, y eso que la realidad podría favorecer su relato. "En las tres horas que dura este programa, son 24 millones de euros más ", dijo durante la entrevista en la SER. "Divida usted le deuda por el número de meses, días y horas y le saldrán [las cuentas]", animó al presentador. Hagámoslo aquí: en el primer trimestre del año, la deuda española aumentó en 40.000 millones, según el Banco de España. Entre enero y marzo suman 90 días, así que esos 40.000 millones entre 90 días son 444,4 millones al día. Un día tiene 24 horas, y 444,4 entre 24 horas son 18,5 millones cada sesenta minutos. Hora 25 dura tres horas y media, así que no serían 24 millones, sino cerca de 65. Una de tres. O Feijóo desconocía los datos y se los inventó, o no se los aprendió bien, o sus asesores no hicieron los cálculos correctamente. Porque acto seguido añadió que durante el mandato de Sánchez la deuda pública se había incrementado "en 300.000 millones", es decir "200 millones de euros al mes". Pues no. Entre junio de 2018 y junio de 2023 hay 60 meses y 300.000 millones entre 60 meses son 5.000 millones al mes. Es decir veinticinco veces más de lo que proclamó Feijóo, quien poco antes había calificado a su responsable de Economía, Juan Bravo, como "un primera clase".
Por cierto que Feijóo no dijo ni mú sobre el incremento de la deuda durante los gobiernos de Rajoy: fueron 418.622 millones en seis años y medio -78 meses-. Es decir, 5.366 millones al mes. Tampoco sobre sus doce años en Galicia, donde elevó la deuda pública de la Xunta un 300%. De menos de 4.000 millones a más de 11.000 millones.
Feijóo no desvela el sobresueldo del partido
Feijóo sigue insistiendo en no desvelar los ingresos que obtiene de la política. Bretos le apretó ayer para que desvelara cuánto cobra como presidente del PP, pero el líder popular se negó repetidamente a hacerlo y dijo que su sueldo eran los 70.000 que le paga el Senado más "un plus" del partido. Si ese plus está a la altura del que obtenía Rajoy antes de llegar a la Moncloa, 200.000 euros al año, Feijóo ganaría más de 270.000 euros anuales, es decir más del triple que el presidente del Gobierno. Dijo que declararía sus ingresos al Senado al final de la legislatura, es decir, cuando ya se hayan celebrado las elecciones.
"Eso de que el PP privatiza la sanidad es un sarcasmo "
"Lo de que el PP privatiza la sanidad es un sarcasmo", concluyó Feijóo el relato con el que pretendía seducir al electorado indeciso de presumible centroizquierda que le escuchaba en la SER. Según el último informe que ofrece Ahosgal, la patronal de la sanidad privada en Galicia, el 25% de la sanidad gallega está en manos de empresas privadas, y las doce clínicas concertadas con el Servizo Galego de Saúde atienden una de cada tres urgencias y realizan ya el 33% de las intervenciones quirúrgicas y el 23% de las consultas externas.
Impuesto a la banca y las eléctricas: derogar, pero no tanto
El PP votó en contra de gravar la facturación caída del cielo que obtienen bancos y eléctricas por la subida de los tipos de interés y del precio de la electricidad, pero Feijóo, que aspira a desmontar el sanchismo, eludió aclarar si revocará la medida y pospone una decisión definitiva a junio de 2024.
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