Jácome y Baltar: la pesadilla que acorrala a Feijóo a las puertas de las generales
El alcalde de Ourense amenaza con tumbar a Baltar, dar la Deputación de Ourense al PSOE, presentarse a las autonómicas y convertirse en llave para la gobernabilidad de la Xunta.
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a coruña, Actualizado:
Los resultados del 28M en Ourense se han convertido en un quebradero de cabeza para el Partido Popular, que está viendo cómo la victoria por la mínima de un pequeño partido unipersonal, sin apenas estructura y liderado por un alcalde histriónico rodeado de polémicas y acosado por los medios y por las sospechas de corrupción, amenaza los cimientos de uno de sus principales bastiones en Galicia.
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Gonzalo Pérez Jácome y su Democracia Ourensana (DO), a quien el PP alimentó durante años, ha crecido, se ha crecido y amenaza ahora con tumbar a Manuel Baltar, entregar la Deputación al PSOE, presentarse a las elecciones autonómicas y convertirse en la llave del gobierno de la Xunta. Todo ello a las puertas de unas elecciones generales en las que el mentor de ambos, Alberto Núñez Feijóo, se presenta como favorito a la presidencia del Gobierno de España.
En Ourense vive menos del 12% de la población gallega, aunque en la provincia hay 92 municipios, el 30% de los de Galicia. La capital es el municipio más poblado con 103.000 habitantes, pero del resto ninguno supera los 15.000. Casi todos dependen de la Deputación: obras, gestión de tributos, basuras, agua, bomberos, seguridad... La institución provincial es la administración de referencia para los vecinos, con una enorme capacidad de contratación de bienes, servicios y personal. Gobernada desde hace 44 años por la derecha y desde hace 33 por los Baltar, padre e hijo, el PP la ha convertido en el centro de mando de la trama caciquil y clientelar con la que domina la provincia.
Diez puntos por debajo de Jácome
El pasado domingo, los populares obtuvieron en la provincia de Ourense una media del 40,6% de los votos, pero en la ciudad no llegó al 25%, diez puntos por debajo de Jácome, que se hizo con diez concejales por 7 del PP, 6 del PSOE y 4 del BNG. El triunfo popular en esa constelación de pequeños municipios rurales no fue suficiente para darle al PP la mayoría absoluta en la Deputación, donde Baltar se quedó al borde de la mayoría absoluta con 12 escaños, por siete del PSOE, tres del BNG y tres de DO.
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Jácome será alcalde con toda seguridad, porque lo único que podría apartarle del cargo sería un candidato alternativo pactado por la oposición, algo más que improbable. Y si no gana la investidura con mayoría absoluta en primera vuelta, lo hará en segunda como cabeza de la lista más votada. La posición de Baltar, en cambio, parece más delicada. Si Jácome quiere, caerá.
La ejecutiva provincial del PSdeG ya ha aprobado recabar el apoyo del BNG y DO para situar en la Deputación a Rafael Rodríguez Villarino, actual portavoz socialista, con independencia de lo que suceda en el Concello. Él admite que necesitar a Jácome no es algo de su agrado, pero asegura que hay que "ser realistas": "Ha ganado las elecciones municipales y va a ser alcalde hagamos lo que hagamos. Pero a quien no han votado los ciudadanos para presidir la Deputación, que es el centro de la corrupción en la provincia, es Baltar. Y con eso sí podemos acabar, y tenemos la obligación de hacerlo", dijo.
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Reunión de la ejecutiva del PSdeG
La ejecutiva del PSOE gallego se reúne este jueves en Santiago para analizar los resultados del 28M, y la cuestión ourensana, sin duda, protagonizará buena parte el cónclvae. No está claro que la ejecutiva autonómica socialista, encabezada por Valentín González Formoso, presidente de la Deputación de A Coruña y quien mantiene una cordial relación con Baltar, vaya a facilitarle las cosa a Rodríguez Villarino.
Entre otras cosas porque el secretario de Organización del PSdeG, José Manuel Lage Tuñas, también mantiene con el presidente del PP ourensano una buena relación. De hecho, cuando Lage Tuñas perdió su escaño en el Parlamento de Galicia en 2012, Baltar le contrató poco después como asesor en materia de transparencia y buen gobierno, mediante un contrato adjudicado a dedo a la empresa Mapa Global Consulting, de la que Lage era administrador único.
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En 2019 el PP impidió que el PSOE de Rodríguez Villarino, que había ganado las municipales, se hiciera con la Alcaldía. El propio Alberto Núñez Feijóo se implicó para apoyar a Jácome para que este sostuviera a Baltar, y menos de un año después, cuando Feijóo disponía de constancia documental de las irregularidades del alcalde, incluso defendió su honorabilidad para que el pacto no se rompiera.
Jácome podría tener dos diputados autonómicos
En el acuerdo estaba incluida la promesa de Jácome de no presentarse a las autonómicas, algo que, según anunció este miércoles en eldiario.es, planea hacer ahora de cara a las autonómicas previstas para dentro de un año. Si se repitiesen los resultados de las municipales en unas elecciones gallegas, Jácome le robaría al PP un diputado en el Parlamento de Galicia, y estaría a mil votos de birlarle otro. Suficiente para convertirse en la llave del gobierno de la Xunta. "Sueño con eso", afirma el alcalde.
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Al contrario que hace cuatro años, cuando Feijóo aupó a Jácome para evitar que se presentara a las autonómicas, fuentes del PP señalan que la posición del líder del PP, instalado en Génova, metido de lleno en la precampaña de las generales y con La Moncloa a la vista, no le permite ahora actuar como entonces. Es decir, volver a pactar con Jácome y salvar a Baltar.
"Le regalaríamos a Sánchez un meme envenenado: la foto de ambos invistiéndose mutuamente con el partido mirando hacia otro lado y tapándose la nariz", advierte una persona cercana al círculo más próximo del presidente de la Xunta y sucesor de Feijóo, Alfonso Rueda. "Y eso sin contar con que Baltar será juzgado y quizá condenado en plena campaña, o que aparezcan más audios, más multas o más chanchullos. Hace unos meses, a Jácome y a Baltar no les conocía nadie fuera de Galicia, pero en dos semanas se han convertido en el símbolo del caciquismo y la corrupción en Galicia", agrega.
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La eficacia de la trama clientelar de los Baltar
Otras fuentes del PP señalan hacia Luis Menor, regidor de Pereiro de Aguiar, un municipio vecino a la capital, como la apuesta de Rueda y Feijóo para sustituir a Baltar. Pero reconocen que el poder de este último sobre el partido, la eficacia de la trama clientelar y la ascendencia que su padre y antecesor en la presidencia de la Deputación, Xosé Luis Baltar, conserva sobre buena parte de los casi 500 alcaldes y concejales del PP en la provincia, hacen que la jugada sea muy arriesgada.
Feijóo ya sabe lo que es perder contra los Baltar: en 2014, el patriarca de la saga fue condenado por prevaricación por haber contratado dos años antes en la Deputación a un centenar de militantes y familiares de militantes y cargos del PP en la provincia para que votaran a su hijo frente al candidato de Feijóo en el congreso en el que el hijo heredó los cargos del padre. Según publicó entonces El País, habrían sido más de 400 contratados en apenas tres meses.
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Sólo diez años antes, en septiembre de 2004, Baltar padre había amenazado a Manuel Fraga, que entonces presidía la Xunta con Feijóo como vicepresidente recién nombrado hacía dos semanas, con abandonar el partido llevándose a cinco diputados autonómicos dispuestos a dejarle en minoría. Entre ellos estaba su hijo Manuel.
La disyuntiva de Feijóo
Ahora no se trata de unas elecciones autonómicas, sino de unas generales. En Ourense sólo se juegan cuatro escaños, el PP nunca ha bajado de dos en toda la historia de la democracia y tendría esas mismas actas si se repitieran los resultados de las municipales. Y ahí es donde Feijóo se enfrenta a una seria disyuntiva, porque sabe que la diferencia entre ser presidente del Gobierno y poner fin a su carrera política puede ser cuestión de un par de escaños.
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Sin los Baltar movilizando desde la Deputación al poderoso aparato electoral de la provincia o incluso trabajando a la contra, las dos actas de Ourense corren peligro. Pero con los Baltar en la Deputación y Jácome en el Ayuntamiento, lo que corren peligro son los votos de quienes fuera de Galicia puedan dejar de ver a Feijóo como presidenciable y, al contrario, le intuyan como un líder débil e incapaz de imponerse a un cacique de provincias que arriesga vidas ajenas con su coche oficial y a un alcalde maleducado y lenguaraz que aparece en los medios presumiendo de lavar dinero negro.