La investidura de Sánchez devuelve a Feijóo a la casilla de salida y lo pone en modo “oposición permanente”
Los cambios que haga Feijóo darán cuenta de hacia dónde dirige al PP. Esperará a conocer los ministros de Sánchez.
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Alberto Núñez Feijóo cogió al PP a mitad de legislatura para llevarlo directo a La Moncloa y con ese horizonte trabajaban en Génova, donde asumieron sus tareas de oposición como una interinidad forzada entre el control absoluto de la Xunta de Galicia y el del Gobierno de España. Heredaron un partido hecho y lo moldearon para salir del paso, pero Feijóo solo alcanzó a imaginarse en la presidencia del Gobierno entre el 28 de mayo y el 23 de julio, alzado por las encuestas y las expectativas.
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Con el shock a medio superar, entre agosto y septiembre, se centraron en una investidura fallida que devolviese los ánimos al partido y a Feijóo; y tras su derrota en el Parlamento han liderado la ofensiva de la derecha contra la ley de amnistía agitando las calles, exprimiendo su poder en el Senado y casi pidiendo auxilio a Bruselas.
Hasta que el Boletín Oficial del Estado ha publicado este viernes el nombramiento de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno por tercera vez (2018, 2020 y 2023). Lo que de manera inevitable pone fin a una primera etapa de Feijóo al frente del PP. “Esta legislatura ya es suya”, resume un dirigente del partido. Frente a lo que esperaban de él —y él también de sí mismo—, Feijóo seguirá haciendo oposición a Sánchez en un nuevo contexto y con un nuevo partido que ya no piensa en una legislatura corta, aunque sí convulsa.
Por eso todos asumen con inquietud, pero cierta normalidad, los anunciados cambios a nivel interno. Si Sánchez va a formar un nuevo Ejecutivo, del que se esperan perfiles más políticos, Feijóo tiene que hacer lo propio, apuntan distintas fuentes populares. El presidente del PP esperará a conocer los nombres de los próximos ministros.
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La desconfianza y el hermetismo —causa y efecto— son inherentes a la forma de estar en política del dirigente gallego, por lo que casi toda la información que rodea a los cambios orgánicos que están por llegar al PP en los próximos días o semanas forman parte del terreno de las especulaciones e incluso de los deseos. Así, los que esperan que Feijóo no les mueva la silla dentro del comité de dirección de Génova hablan de “pequeños ajustes”, mientras otros reconocen no dar por segura su continuidad.
Todos están pendientes del alcance de los cambios que vaya a hacer en Génova y en el Congreso, donde todo apunta a que Cuca Gamarra dejará de ser portavoz, un cargo que ha compaginado con el de secretaria general del partido. En el PP esperan un “perfil duro” en la portavocía de la Cámara: “Después de lo que hemos visto en la investidura ya sabemos por donde va a ir la legislatura y no se entendería otra cosa que no sea alguien duro”, apunta un vicesecretario popular.
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Además, subraya otro dirigente del partido, ahora Feijóo es diputado y tendrá foco en el Congreso. Para unos esto rebaja la importancia de la portavocía, pero para otros apunta a un escenario de equilibrios constante entre un número 1 “más institucional” y un portavoz con menos pelos en la lengua.
También en los territorios miran desde la distancia los movimientos que se aproximan. Las cuotas a nivel interno no son baladís y todos quieren colocar en Madrid a gente de su confianza que conozca, cuando no que maneje, los entresijos de la dirección. Así, mientras el PP de Madrid pelea por tener más cuota en la cúpula nacional, en Galicia, por ejemplo, le piden a Feijóo que “no se lleve a nadie más” a la capital.
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La única seguridad es que los cambios que haga, en una u otra dirección, darán cuenta de hacia dónde dirigirá Feijóo la “oposición permanente” al próximo Gobierno de coalición. Porque ya ha avisado de que no hay margen para ningún acuerdo ni pacto de Estado. Este será ya su PP, sin restos de herencias pasadas salvo dos constantes: la estela alargada de Isabel Díaz Ayuso y Vox.