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Interior mantiene en estado casi ruinoso la mayor comisaría de Zaragoza

El ayuntamiento conminará a la Policía a subsanar las deficiencias detectadas en el edificio por la Inspección de Urbanismo tras una denuncia del SUP y a eliminar los riesgos que suponen para los 600 agentes destinados y los ciudadanos que la visitan a diario

El complejo policial ocupa una parcela de 8.728 metros cuadrados en una céntrica calle de Zaragoza.

ZARAGOZA.- El estado semiruinoso de la mayor sede del Cuerpo Nacional de Policía en Zaragoza, el complejo de la calle General Mayandía, ha hecho saltar las alarmas por los riesgos que entraña para la seguridad de sus usuarios.

El evidente peligro de que baldosas, cascotes y otros elementos constructivos puedan caer sobre los agentes que trabajan en el edificio y los ciudadanos que lo visitan como usuarios ha llevado a los servicios de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza a preparar un requerimiento por el que, en los próximos días, exigirán a la Jefatura Superior de Policía una intervención urgente en el edificio.

El cuartel de Mayandía, un edificio de cuatro plantas y sótano construido en 1945 sobre una parcela de 8.728 metros cuadrados en la calle del mismo nombre, es el mayor puesto policial de Aragón. En él están destinados más de 600 agentes -más de un tercio de la plantilla de la comunidad- al concentrar todas las unidades de seguridad ciudadana de la capital y ser la sede de especialistas como los GOE o los Tedax, entre otros. También alberga la comisaría de Centro, una de las de mayor actividad de la ciudad, que genera la visita de cientos de ciudadanos cada día.

Denuncia del SUP

El requerimiento municipal tiene su origen en la Inspección realizada este jueves por el servicio de Urbanismo, el cual, tras recibir una denuncia del SUP (Sindicato Unificado de Policía, mayoritario en la plantilla), constató cómo la mayoría de las deficiencias detectadas en otra revisión –ésta de oficio- efectuada en marzo seguían sin ser subsanadas.

Ese primer informe, que descartaba defectos en la estructura del edificio, alertaba del riesgo de desprendimiento de baldosas, ladrillos y cascotes, reseñaba el mal estado de algunas paredes y señalaba el deterioro de algunos elementos de fontanería y de parte de las instalaciones eléctricas.

La inspección del edificio que realizó un arquitecto el año pasado ya reveló la existencia de riesgos para los usuarios, que siguen sin ser subsanados, en el complejo policial de la calle General Mayandía de Zaragoza.

La inspección del edificio que realizó un arquitecto el año pasado ya reveló la existencia de riesgos para los usuarios, que siguen sin ser subsanados, en el complejo policial de la calle General Mayandía de Zaragoza.

El Ministerio del Interior se dio por enterado en ese primer requerimiento, aunque respondió al consistorio que está trabajando en un proyecto para acondicionar el cuartel. También le señaló que dispone de su propio servicio para supervisar la seguridad de sus edificios.

Sin embargo, el SUP decidió hace unos días pedir al servicio municipal de Urbanismo que sancione a la Dirección General de la Policía por las deficiencias y riesgos para la integridad física que presenta el edificio, de los que Interior ya tenía constancia a finales del año pasado, que le obligue a corregirlas y que, si lo ve necesario, las ejecute y se las facture.

Cascotes que caen a la calle en una zona concurrida

“El edificio presenta tal grado de deterioro que atenta contra las condiciones de seguridad, salubridad, ornato público, decoro, habitabilidad y uso efectivo contra el servicio público que alberga (…), ocasionando un peligro inminente sobre la vía pública, la seguridad de los ciudadanos” y los funcionarios, señala la denuncia.

El deterioro del edificio se observa a simple vista.

El sindicato se decidió a pedir la intervención del consistorio tras el incidente registrado hace unas semanas, cuando los bomberos tuvieron que cortar la calle y sanear una cornisa tras haber caído desde ella varios cascotes a la calle, habitualmente concurrida al hallarse en sus inmediaciones un colegio, la propia Jefatura Superior, la sede central del Gobierno de Aragón, el Caixafòrum, el museo Pablo Serrano y una estación de Cercanías. El andamiaje utilizado para el saneamiento –que costó unos 10.000 euros- y las mallas de protección siguieron instalados varias semanas.

“Pusimos la denuncia porque el estado del edificio es ruinoso”, explican fuentes del SUP, que anotan que “desde 1945 no ha habido en él ninguna inversión importante para mantenerlo”. “No se trata de que haya problemas ergonómicos para trabajar, se trata de la habitabilidad”, añaden.

Peligros inminentes, degradaciones y riesgos de desprendimiento

La denuncia incluye el Informe de Evaluación de Edificio (IEE) elaborado por un arquitecto para la Dirección General de la Policía en octubre del año pasado, que calificaba como “desfavorable” el estado de conservación del inmueble.

El estudio alertaba del “peligro inminente” por “desprendimiento de piezas de fachada, como ladrillos sueltos o piezas de vierteaguas” y daba a la Policía hasta el 31 de diciembre para repararlo (31-XII). También reseñaba el riesgo de que se desprendieran piezas de algún cerramiento, vierteaguas, barandillas, balaustradas, vallas, antepechos, petos, rejas y cierres de seguridad y, al mismo tiempo, alertaba de que “el ladrillo en general de la fachada se encuentra en estado degradado por agentes climatológicos”.

El arquitecto reseña una retahíla de deterioros entre los que destacan los de las ventanas, de madera y cerradas con cristales simples y “rotos en ocasiones”; las disgregaciones, desmoronamientos y grietas en las fachadas, de ladrillo, por la meteorología; la obturación de sumideros por la acumulación de suciedad, la falta de juntas en algunas zonas de las paredes exteriores, las “grandes carencias en sistemas de protección” de la instalación eléctrica y la existencia de “fugas en la red de agua”.

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