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Interior culpa a los inmigrantes de su propia muerte

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La esperada comparecencia en la comisión de Interior del Congreso del secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, no ha dilucidado cómo se produjo la muerte de quince inmigrantes en Ceuta, puesto que entre la documentación ofrecida hoy a la oposición no se encuentran los vídeos ni los audios grabados durante el disparo de pelotas de goma. Martínez se limitó a asegurar que "no se lanzó material antidisturbios" a los inmigrantes que trataban de llegar a nado a la costa española el pasado 6 de febrero y a negar que los disparos generasen "pánico" entre ellos.

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El secretario de Estado cifró en 145 las pelotas de goma y en cinco los botes de humo lanzados por los agentes, quienes no habrían observado a ningún inmigrante en situación de peligro. "Si nadie dio la voz de alarma es porque en la playa española nadie se estaba ahogando; murieron en aguas marroquíes", sostuvo Martínez, quien añadió que, pese al rastreo de los miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), ese día no se encontraron cadáveres en nuestras aguas.

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El secretario de Estado, que defendió en todo momento la actuación de la Guardia Civil, echó la culpa a los inmigrantes de su propia muerte por tratar de imitar la "fácil" entrada a nado en la playa del Tarajal que tuvo lugar el pasado 17 de septiembre. Entonces, había bajamar y el 6 de febrero, pleamar, dijo el secretario de Estado. Además de justificar la desgracia por la subida de la marea ("el problema es que el agua tenía mucha profundidad"), Martínez añadió que "no sabían nadar" y que algunos llevaban "artilugios de circunstancia a modo de chaleco salvavidas, como un saco de arpillera con botellas vacías". Así, según el secretario de Estado de Seguridad, la tragedia se produjo cuando "personas personas cansadas y excitadas se adentran en el mar sin orden ni concierto, convencidas de que atravesarán ese trayecto con el agua a la altura del pecho". 

Tras su intervención, Gaspar Llamazares cargó contra él por incurrir en "la negación de los hechos y la mentira", un "papelón" que a juicio del diputado de Izquierda Unida debe ser rectificado por Interior. "Usted elude que no hubo pánico", añadió el portavoz de Izquierda Abierta, quien consideró que el uso de material antidisturbios fue "imprudente". Martínez tampoco reconoció quién decidió disparar y se limitó a decir que "no hubo una orden imperativa".

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Los vídeos y audios, que reproducen las comunicaciones entre los guardias civiles durante la tragedia, sólo aclararon otro aspecto polémico de la actuación del cuerpo armado: las expulsiones en caliente. Tal y como muestra una de las ocho grabaciones proyectadas durante la comparecencia, las entregas ilegales de inmigrantes a las fuerzas de seguridad marroquíes fueron practicadas a través de una puerta de la valla fronteriza, justo después de la llegada de los inmigrantes a la Playa del Tarajal. El resto de los vídeos, grabados por varias cámaras desde diferentes localizaciones, refleja cómo un grupo de unas doscientas personas se dirige hacia el perímetro fronterizo y, acto seguido, se desvía hacia la playa; la recogida de cadáveres en el lado marroquí y el lanzamiento de piedras a la zona española.

La selección de las grabaciones por parte de Interior ha indignado a Xabier Mikel Errekondo. "Han muerto quince personas y no saben cómo, dónde ni cuándo. No sé a qué ha venido usted aquí", le espetó el diputado de Amaiur. "¿Dónde están el audio y los vídeos de los disparos de las pelotas de goma y los botes de humo? Tengo la sensación de que nos están tomando el pelo de manera burda", zanjó Errekondo.

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Tanto él como Llamazares aludieron al informe de la ONG Caminando Fronteras que revela, a partir de entrevistas realizadas a médicos e inmigrantes, que los supervivientes presentaban heridas causadas por el material antidisturbios. El secretario de Estado, en cambio, aseguró que ninguno fue alcanzado ni presentaba lesiones, pues el objetivo de los disparos fue delimitar la línea divisoria con España y buscar un efecto "disuasorio". Pese a que, según él, los guardias civiles no tiraron a dar, informó de que a partir de ahora los agentes tienen prohibido disparar pelotas de goma hacia el mar.

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