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Interior cree que el ataque a Blanquerna no es como "para generar alarma social"

"No conviene que se le dé mucha publicidad", dice el ministro ante la indignación de la oposición, que le reclama más contundencia contra los grupos de extrema derecha

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El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha respondido a las críticas de la oposición por no perseguir a los grupos de extrema derecha y haber previsto sucesos como el ataque al centro cultural Blanquerna en Madrid el día de la Diada, diciendo que "no hay que darle mucha publicidad" al asunto y que "no hay que generar una alarma social que es absolutamente inadecuada porque no responde a la realidad".

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Así se ha expresado el ministro en una comparecencia en el Congreso en el que varios grupos de la oposición le han pedido que ilegalice los partidos que alimentan la ideología fascista. En concreto, Izquierda Unida presentó la semana pasada dos iniciativas pidiendo más contundencia al Gobierno. Esta mañana, el diputado Ricardo Sixto reiteró su preocupación por la "labor de prevención", y una investigación de unos grupos que "incitan al odio y la violencia".

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Por su parte, el diputado de Esquerra Republicana, Joan Tardà, ha destacado que en este tipo de actos "no hay medias tintas" y por ello ha emplazado de forma directa al ministro ha aclarar si está "con el fascismo o contra el fascismo" igual que él insta a los demás a situarse "con ETA o contra ETA". Según Tardà, el Gobierno no puede mirar a otro lado porque si no se actúa contra estos grupos "se pagará caro". En su opinión, esto "va a ir a más y habrá más dolor", por lo que ha solicitado al ministro "frenar la catalanofobia". En el mismo sentido, el portavoz de CiU, Jordi Jané, ha cuestionado el hecho de que el Ministerio no dispusiera de información de los servicios de Inteligencia del Estado, que apuntaran a que un ataque de este tipo se estaba gestando. Por ello, le ha pedido al ministro que "no baje la guardia" y que se pongan en marcha medidas preventivas para que ataques de esta magnitud "no se vuelvan a repetir".

Fernández Díaz se ha defendido diciendo que no se debe generar "una alarma social que es absolutamente inadecuada porque no responde a la realidad. No quiere decir que bajemos la guardia pero no generemos una alarma social". Pero también ha aprovechado la ocasión para comparar el ataque a Blanquerna con los escraches. "No hay mal que por bien no venga porque esto sirve para recordar, por ejemplo, que en Catalunya se han producido en lo que va de año 31 agresiones a sedes y dirigentes del PP, los escraches a diputados del PP, o que en Euskadi algunos grupos que ahora están en las instituciones han promovido reacciones de odio contra otras personas".

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"Esto está pasando. Ojalá de este mal podamos extraer otros bienes. Soy de los convencidos de que no hay mal que por bien no venga", ha reiterado, al tiempo que ha pedido a los grupos "contención" y "prudencia" para que las diferencias entre partidos no se conviertan en "un caldo de cultivo para los extremistas". "En ese caldo de cultivo es donde nacen determinadas patologías", ha advertido.

El ministro ha vuelto a indignar a la oposición y Sixto le ha recriminado tener "diferentes varas de medir" porque IU nunca se ha negado a condenar ataques a las sedes de partidos. Así, ha aseverado que "no hay dos orillas", sino que todos están "en el mismo barco", para "condenar los ataques a la libertad de expresión".

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Por su parte, el diputado del PSC y exdelegado del Govern en Madrid, Joan Rangel, ha afirmado este jueves que todavía "planean muchas incógnitas" sobre el ataque . Rangel ha defendido la "profesionalidad" de los cuerpos policiales pero se ha cuestionado si la Brigada de Información que efectuó rápidamente las detenciones "tenía información previa" sobre si los hechos se podían producir. "¿Cómo es posible que nadie lo impidiera", ha continuado, "¿dónde estaba la Policía?". Rangel ha criticado a Fernández Díaz porque "no fue un hecho aislado, sino un acto más de la escalada de violencia de grupos fascistas".

"El espacio común de los demócratas debería ser la defensa de los valores democráticos y la lucha contra las acciones que las conculquen", dijo el diputado, que ha insistido en que "justificar, amparar o entender alguna de tales situaciones, nos lleva a una situación muy delicada".

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