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Los soberanistas ven el juicio contra Mas como una oportunidad para mostrar que no abandonan su camino

Ninguna coacción

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Miquel Buch (ACM), Jordi Sànchez (ANC) y Jordi Cuixart (Òmnium Cultural) muestran el cartel de la manifestación del 6 de febrero. | M.D.

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BARCELONA. La movilización que tendrá lugar el próximo 6 de febrero, en solidaridad con el ex presidente Artur Mas y las consejeras Irene Rigau y Joana Ortega, será la primera oportunidad para demostrar en la calle que el movimiento soberanista "no abandona su camino".

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Así lo ha explicado el presidente de la Assemblea Nacional Catalana, Jordi Sànchez, que en compañía de otros representantes de entidades de la sociedad civil, Òmnium Cultural y Associació Catalana de Municipis, ha informado sobre la convocatoria a la ciudadanía a manifestarse en contra del proceso judicial abierto en contra de quienes impulsaron el proceso participativo del 9 de noviembre de 2014, en el que partiparon 2.3 millones de personas.

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El lunes 6 de febrero, a las 8:15 de la mañana, es la fecha señalada para el inicio del juicio contra Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega. "No son las mejores coordenadas para la movilización", ha reconocido Sánchez, pero a pesar de ello, las entidades soberanistas citadas, junto a la Associció de Municipis per la Independència, pretenden que a la puertas de la sede en la que se celebre la vista tenga lugar una concentración multitudinaria.

"El 6 de febrero nos juzgan a todos". "No comprendemos este juicio y no nos gusta". "Los millones de personas que acudieron a las urnas el 9N, votaran lo que votaran, estarán sentados en el banquillo de los acusados". "El 6F no es un juicio a tres personas", ha afirmado Jordi Sánchez, al tiempo que realizaba un llamamiento a la ciudadanía a participar en la movilización de protesta.

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El presidente de la Assemblea Nacional Catalana ha justificado el llamamiento de las entidades afirmando que resulta "inaceptable" que el presidente de un país y compañeras de su gobierno "se sienten en el banquillo de los acusados" por haber hecho posible que cerca de dos millones y medio de personas pudieran expresar su opinión en las urnas el 9-N de 2014.

Jordi Cuixart, de Òmnium Cultural, ha enmarcado el llamamiento en un contexto de movilización permanente. El próximo 6 de febrero, según él, se ha de levantar "un gran clamor, en defensa de nuestras instituciones y de nuestros representantes", para demostrar al mismo tiempo la voluntad decidida de votar también en el referéndum previsto para este año.

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Y Miquel Buch, de la Associació Catalana de Municipis, ha valorado que el 9N fuenun acto de rebeldía importante en el que Artur Mas "se la jugó". "Ahora es el momento de darle apoyo y de demostrar que se le juzga injustamente", ha dicho. "Cuando se gire nos ha de encontrar a todos".

Ninguna coacción

Los organizadores de la convocatoria no contemplan la posibilidad de que nadie considere la movilización como una forma de coacción ni que alguien prevea ningún tipo de actuación en contra de los que participen en la concentración. "Solo contemplamos la posibilidad de una manifestación pacífica, normal, sin incidentes, como siempre", ha insistido Sànchez.

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Tanto el presidente de la Assemblea Nacional Catalana como el de Òmnium han manifestado respeto por quienes anuncian un nuevo agrupamiento de las fuerzas contrarias al independentismo. "Son pocos y es normal que se agrupen", han dicho. "Somos una sociedad plural", han afirmado, pero también han advertido que aunque "trabajen para evitar" que este año tengan lugar el referéndum anunciado, ahora es evidente que la consulta se realizará.

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