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El independentismo recupera parte de la fuerza en la calle en la Diada y presiona al Govern a días de la mesa de diálogo

Pese al baile de cifras, la manifestación de la Diada supera las expectativas previas. Un año más, las llamadas a la unidad marcan el acto organizado por la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural.

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barcelona, Actualizado:

Un año más, el independentismo ha vuelto a llenar las calles de Barcelona durante el 11 de septiembre, Diada Nacional de Catalunya. Como era de prever, las cifras de manifestantes han quedado lejos de los momentos álgidos del Procés, pero la movilización organizada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Assemblea de Municipis per la Independència (AMI) ha superado las expectativas, con una asistencia que oscilaría entre las 108.000 personas contabilizadas por la Guardia Urbana y las 400.000 que ha anunciado la ANC. En cualquier caso, es un número más que remarcable en un contexto marcado todavía por la pandemia de la Covid-19.

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Las entidades han cumplido así su primer objetivo, que implicaba reiniciar la movilización en la calle, sobre todo para presionar al Govern, que la próxima semana retomará —un año y medio después— la mesa de diálogo con el Ejecutivo estatal para abordar el conflicto político.

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En un 11 de septiembre marcado por el reciente anuncio del Gobierno de paralización del proyecto de ampliación del aeropuerto del Prat y por la inminente mesa de diálogo, las llamadas a la unidad independentista han sido constantes. Un clásico, por otra parte, de cada 11 de septiembre, donde partidos y, sobre todo, entidades abogan por dejar atrás los reproches y establecer una hoja de ruta común. Sin embargo, está en el aire qué pasará a partir de la próxima semana: ERC y JxCat asistirán claramente divididos a la cumbre con el Ejecutivo estatal y la CUP, la tercera formación independentista, directamente se movilizará en contra.

Los parlamentos de los presidentes de la ANC, Òmnium Cultural y la AMI han puesto punto y final a la manifestación, que ha arrancado a las 17:14h en la plaza Urquinaona y que ha llenado completamente la Via Laietana —que ha sido escenario de una cierta tensión entre algunos, pocos, manifestantes y los cuerpos policiales en torno a la Jefatura de la Policía Nacional— y ha terminado alrededor de la Estación de Francia.

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"Al Govern le exigimos hechos, que deje de mirar permanentemente al Estado esperando concesiones que no vendrán nunca"

Elisenda Paluzie, la presidenta de la ANC, ha sido la encargada de cerrar las intervenciones, enviando un mensaje claro al Govern sobre lo que piensa la entidad de la mesa de diálogo: "Al Govern le exigimos hechos, que deje de mirar permanentemente al Estado esperando concesiones que no vendrán nunca". Para añadir que "el derecho de autodeterminación nos la tenemos que ganar con los hechos, no se mendiga ni se pide al Estado represor, se ejerce; como lo ejercimos en el referéndum del 1 de octubre".

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En una intervención de un tono marcadamente unilateral y, por tanto, crítico con la apuesta de ERC, también ha reclamado explícitamente al presidente del Govern, Pedro Aragonés, que "haga la independencia". La presidenta de la ANC ha reivindicado una "unidad estratégica independentista" que considera "posible" y ha insistido en las demandas al Govern diciéndole que "aproveche todos los márgenes que tiene para avanzar en soberanías", como la económica o la energética, porque "hay que prepararse para la ruptura". "Haga la independencia y nos tendrá al lado", ha rematado.

Cuixart reclama una estrategia compartida

Previamente intervino el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que después de ser indultado ha podido asistir a los actos del 11 de septiembre por primera vez desde 2017. Cuixart ha pedido a los asistentes comprometerse "a seguir presionando a los partidos y a las instituciones, a los de allá y a los de aquí" y ha exigido a los partidos independentistas que "hagan de una vez por todas una estrategia compartida".

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Cuixart: "Si queremos vivir en democracia, necesitamos independencia"

Además de volver a proclamar que "lo volveremos a hacer y no nos detendremos hasta que seamos libres", ha asegurado que "si queremos vivir en democracia, necesitamos la independencia", para insistir en que España no tiene "ningún" proyecto para Catalunya, "sólo represión, represión y más represión".

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El alcalde de l'Ametlla de Mar (Tarragona) y presidente de la AMI, Jordi Gaseni, también ha hecho una demanda de unidad: "Debemos poder entendernos, tenemos que encontrar la manera de seguir avanzando". También ha celebrado el éxito de asistencia de la manifestación: "Hemos llenado, [y es un] mensaje hacia España y hacia los que no querían que hubiéramos llenado: ¡que se jodan!".

Los partidos, pendientes de la mesa de diálogo

La inminente mesa de diálogo ha copado parte de las intervenciones de los partidos independentistas. ERC mantiene que su simple existencia es un "éxito" y ha vuelto a reclamar unidad para acudir a ella con la máxima fortaleza. En concreto, su portavoz, Marta Vilalta, ha hecho un llamamiento a "traducir la fuerza ciudadana" de la Diada en una "alianza para hacer imbatible el referéndum" y ha añadido que trasladarán a la mesa "la fortaleza del independentismo a la calle y los grandes consensos" en la negociación para reivindicar el derecho a la autodeterminación, una cuestión que el PSOE ya ha avisado que no piensa abordar.

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Las palabras de Vilalta van en la línea de lo que transmitió el presidente del Govern, Pedro Aragonés, en su discurso institucional de este 11 de septiembre.

De una manera más matizada que Laura Borràs, que directamente ha acusado al PSOE de "boicotear" la mesa de diálogo, el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, ha reiterado el enorme escepticismo de su formación hacia el espacio de negociación, que se reunirá en Barcelona el jueves o viernes de la próxima semana

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Sànchez, que ha querido reducir las enormes diferencias entre los dos socios del Govern a "acentos diferentes que ponen voluntad en avanzar de manera coordinada para ganar el derecho a la autodeterminación", ha remarcado que Junts es "escéptico" con la mesa, pero que será "leal" para mantener el acuerdo de legislatura con ERC y la CUP y, por tanto, le darán un margen de dos años.

Ahora bien, ha remarcado la poca confianza que tienen en sus filas en un Gobierno que "no cumple" y, por tanto, se puede esperar "poca cosa". El último ejemplo, en su opinión, es la retirada del proyecto de inversión en el aeropuerto del Prat, confirmada esta semana. La CUP se ha mostrado muy crítica con la mesa de diálogo y ha pedido al Govern que, directamente, no abandone la confrontación con el Estado. "No tenemos necesidad de dialogar con el Estado sino la necesidad de negociar cómo hacemos efectivo el derecho a la autodeterminación y la amnistía", ha expresado uno de sus portavoces, Edgar Fernández.

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