Más incertidumbres que certezas a dos meses de la asamblea fundacional de Sumar
Los de Yolanda Díaz celebran su asamblea fundacional en marzo con las incógnita de cómo integrar a todos los partidos de la coalición y cómo fomentar la participación ciudadana.
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madrid,
Todos los 23 de marzo Sumar celebrará el aniversario de su fundación. Es lo que tiene el hecho de que los partidos políticos vengan al mundo mediante nacimientos planificados, que antes incluso de existir de manera formal ya saben cuál será la fecha para celebrar su existencia. Este día los de Yolanda Díaz celebrarán su asamblea fundacional y, a dos meses de que llegue esa jornada, esta es la única certeza acerca del proceso.
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Todavía no se sabe qué será Sumar ni hacia qué evolucionará la coalición de partidos de la denominada izquierda alternativa que se presentó por vez primera a las elecciones del 23J. La legislación española estipula que las coaliciones se extinguen después de los procesos electorales, por lo que, formalmente, ni siquiera hay un Sumar jurídico que sostenga el proyecto político respaldado por la quincena de formaciones que decidieron coaligarse de cara a los comicios.
De momento, Yolanda Díaz, la líder de este espacio, ha desplegado un grupo promotor y un grupo ejecutivo que pondrán las bases organizativas y políticas del proyecto a través de la elaboración de una serie de ponencias. Estos grupos están conformados por miembros de las formaciones que se coaligaron en el 23J y que actualmente forman parte de un mismo grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados.
La construcción de Sumar responde a dos desafíos que se hacen cada vez más difíciles a medida que se acerca el 23 de marzo. El primero es el de dar un paso más en la integración de las organizaciones políticas que se coaligaron en las generales para avanzar hacia una unidad estructural.
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El principal escollo en este sentido reside en que no todos los partidos tienen el mismo objetivo o interés. Mientras formaciones como Más País han avanzado hacia una disolución de sus estructuras en Sumar, otras como Izquierda Unida apuestan por un modelo de coalición estable que integre a los partidos en una suerte de federación, un bloque histórico frente a la derecha y a la ultraderecha.
Construir un movimiento ciudadano
Y otras organizaciones (sobre todo las que despliegan su acción política en un territorio concreto) tienen ciertas reticencias con este proceso de integración. Más Madrid, por ejemplo, apuesta por que Sumar sea su referencia a nivel estatal, siempre que se respete la autonomía y la existencia de su partido como el proyecto referencial en la Comunidad de Madrid.
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Por otro lado, Compromís ni siquiera apuesta de momento por que Sumar sea su referencia en el ámbito estatal más allá de la coalición parlamentaria del Congreso. Las diferencias acerca del alcance de la unidad política y organizativa son palpables entre los diferentes partidos, y es tarea del grupo promotor de Sumar resolver esta cuestión.
El segundo gran desafío reside en la aspiración que tiene Díaz para que Sumar sea un movimiento ciudadano. Al principio, se planteó que la dificultad podía residir en la confección de estructuras que pudieran maridar la arquitectura orgánica (los partidos) con el movimiento ciudadano, los instrumentos de participación que lograran aunar estas dos dimensiones.
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Sumar asegura que tiene un censo de 70.000 inscritos
Pero todavía ni siquiera se ha dado el paso previo, el de confeccionar ese movimiento que tenga la capacidad de reactivar a la ciudadanía e involucrarla en el proceso. Lo que sí existe es un censo elaborado por Sumar, tras el proceso de escucha protagonizado por Díaz, con 70.000 inscritos.
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Se trata de personas que dieron sus datos a esta plataforma por diversos motivos (para contribuir económicamente, recibir información electoral, etc), pero que no se han constituido a nivel formal como censo.
A dos meses de la celebración de la asamblea fundacional de Sumar, las organizaciones que conforman la coalición están inmersas en la fase de diseño de un proyecto que aspira a la unidad orgánica de la izquierda transformadora y a ser un instrumento de politización de la ciudadanía.