Guerra PP La derecha mediática y su relación con Casado: así se han posicionado desde su llegada hasta apostar por Ayuso
La guerra interna del Partido Popular se ha jugado gran parte del tiempo en los medios de comunicación. La relación de diferentes comunicadores y cabeceras con el todavía presidente nacional de los populares ha pasado por varias etapas desde que ganó las primarias en 2018. Periódicos como 'El Mundo' o 'ABC' pidieron directamente su cabeza.
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madrid,
La guerra interna del Partido Popular (PP) se ha jugado gran parte del tiempo en los medios de comunicación. Los comunicadores conservadores y algunas cabeceras han tenido un papel muy importante en el enfrentamiento entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso que ha acabado con la cabeza del presidente nacional de los populares. Al todavía líder del PP se le han ido agotando los apoyos poco a poco, tanto internamente como de forma externa. Editoriales de periódicos tan relevantes en la derecha mediática como ABC y El Mundo pidieron su dimisión directamente a finales del pasado fin de semana. Y las informaciones publicadas sobre supuesto espionaje han marcado el paso de la agenda en este final del conflicto. La relación de diferentes medios de comunicación con Casado ha pasado por varias etapas.
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En julio de 2018, tras la abrupta salida de Mariano Rajoy meses antes, el PP celebraba por primera vez en su historia unas primarias para elegir a su presidente. Hubo dos vueltas. En la primera, donde votaba solo la militancia, se impuso Soraya Sáenz de Santamaría. En la segunda, ya con los compromisarios, ganó Casado. "El PP ha vuelto", proclamaba. Durante la última etapa del Gobierno de Rajoy había existido un cierto divorcio entre algunos comunicadores habituales del ecosistema mediático de la derecha y el PP. Pedían volver a las esencias.
El caso más paradigmático, sobre todo viendo su evolución hasta hoy, es el de Federico Jiménez Losantos. El comunicador de EsRadio, crítico por la tibieza de Rajoy, se felicitaba por la victoria de Casado. Y ponía el foco en "ideas que no estaban previstas", como "defender a la persona por encima cuotas" y que "el PP tiene que proteger a la persona y a su familia". "Es la primera vez que hay un discurso de un candidato con contenido", proclamaba en su programa. Casado, efectivamente, derechizó el partido de Rajoy y puso encima de la mesa algunos asuntos como retroceder en la ley del aborto.
Para Losantos, Casado criticaba "el sorayismo" que invadía "los medios progres" y otros de derechas. El comunicador cargaba específicamente contra cabeceras como El Mundo, considerando que se posicionó con la exministra de Rajoy. A ella, Losantos le dedicó sonadas críticas. "Que esta señora haya mandado en España demuestra lo mal que estaba de la cabeza quien le dejaba mandar. Ella demostró que no tiene cabeza para nada", afirmó en las ondas.
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Entusiasmados también estaban algunas figuras de referencia en la derecha mediática como la periodista Isabel San Sebastián, columnista de medios como ABC. Algunas de sus frases, muy reveladoras, tras ganar las primarias: "La victoria de Casado es la victoria de la libertad, la vida, la familia, la unidad nacional y la regeneración. La victoria de la esperanza (...) Casado, a diferencia de otros y otras, nunca ha tenido complejos (...) La derrota de Soraya es la derrota del arriolismo, de Villalobos y su defensa del derecho al aborto, de la política fiscal de Montoro, implacable con las clases medias, y del apaciguamiento con el separatismo".
Más comedido se mostraba otro histórico peso pesado de la derecha mediática como Carlos Herrera. El comunicador de la Cadena COPE mantuvo muy buena relación con Rajoy (le concedió su última entrevista como presidente y la primera tras salir de la política). "La P de primarias coinciden con la P de peligro", dijo en uno de sus editoriales radiofónicos de aquellas fechas de 2018 a cuenta de la inestabilidad que podría generarse en el partido. Herrera fue el elegido por Casado la pasada semana para una entrevista en la que fue durísimo contra Ayuso y que muchas voces en el partido consideran uno de los principales errores que cometió.
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Por su parte, los editoriales de los tres principales diarios impresos conservadores nos revelan algunos asuntos interesantes. En El Mundo, ya saben, acusado de "sorayista" por Losantos, apuntaban que Casado "representa una renovación quizá paradójica, puesto que ha enarbolado el retorno a un discurso fuerte de resonancias aznaristas". "El compromiso de Casado con la unidad de España, la defensa de la Constitución, el apoyo a la familia o la apuesta por una economía menos intervencionista y la rebaja de impuestos, todas ideas esgrimidas en el discurso de proclamación, forman parte de ese acervo del PP que su nuevo líder reivindica", decían ya con él como ganador.
Jiménez Losantos o Isabel San Sebastián alababan los "valores" de Casado, que rompían con la tibieza de Rajoy
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En ABC también se alegraban de los "valores" que pregonaba el nuevo líder en su editorial tras vencer este en las primarias. "El ciclo de neutralidad ideológica se ha acabado en el PP y eso es algo que hay que agradecer a su nuevo líder. España necesita una confrontación de ideas real, no maquillada", señalaban. Por su parte, en La Razón se sumaron a las alabanzas al discurso de Casado que defendió "ideas y principios imprescindibles, compartidos por una mayoría de españoles". "Los que demandan un empuje ideológico, que se priorice la política sin olvidar la economía, que se ponga en valor el partido de la libertad, de las personas, de la vida, la familia, la unidad de España o la lucha contra el terrorismo", reflejaba su editorial.
Moción de censura y relación con Vox
Las relaciones con Vox han marcado a Casado y a todo el PP. Tras su salida, seguirá siendo un punto clave para el futuro de los populares. Un hito especialmente relevante en este sentido fue la moción de censura presentada por los de Santiago Abascal contra Pedro Sánchez en octubre de 2020. Desde la derecha mediática, y desde el propio PP, se interpretó como una acción contra Casado.
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El comunicador Losantos comenzó ahí a abrir una grieta con el líder popular. Calificó su estrategia contra Abascal de "suicidio asistido". "Pocas veces me he sentido tan engañado y escandalizado. Ese ya no era el Casado que fingió ser y creímos que era, un carácter algo débil pero excusable por ser buena persona, sino alguien tan carente de escrúpulos como Sánchez", decía. Pedía, además, ya en aquellas fechas, un congreso para renovar el partido, que consideraba estaba beneficiando a Sánchez por romper con Vox.
Para Carlos Herrera, la estrategia sí fue la adecuada, al menos en el fondo del asunto. Señalaba que se había quedado con el centro político. "Hizo un discurso de derecha liberal luciendo moderación y vendiendo centrismo que, oigan, ahora mismo le hace estar en una nube", afirmó. "Casado, que era la víctima propiciatoria de esta moción de censura, vio el hueco y leyó bien el partido, como dice la gente del fútbol", añadió.
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La derecha mediática, salvo Losantos o 'El Mundo', aplaudieron la estrategia contra Vox en la moción de censura de 2020
Los editoriales de los tres principales medios impresos de la derecha dejaron también pinceladas interesantes. En El Mundo consideraron que el vencedor había sido Sánchez. "Una escenificación tan rotunda de división en el espectro del centroderecha no hace sino apuntalar al actual Gobierno", criticaban a Casado. "Casado no puede estar satisfecho si su giro le complica aún más las cosas para ahormar una alternativa con posibilidades de gobernar", añadían.
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En La Razón sí aplaudían la estrategia del PP. "Muy hábilmente, Casado desmontó la estrategia de la que Sánchez ha vivido hasta ahora en su relación con el primer partido de la oposición, desvinculándose de Vox y dejándolo aislado", señaló su editorial. Y en ABC, el análisis editorial era parecido. Señalaban que el discurso duro de Vox y la respuesta de Casado dejaba "campo libre" al PP que debía saber aprovechar en su espacio electoral. "Una derecha constructiva", que es la única con opciones reales de formar Gobierno.
De la entrevista de Aguirre a pedir la cabeza de Casado
Ya en la actualidad, la lucha en el PP permanecía muy soterrada antes del verano pasado. Se habían conocido ciertos roces entre Génova y la Puerta del Sol (sede del Gobierno regional) por la confección de las listas para el 4 de mayo. Pero ese tipo de disputas son totalmente habituales en todos los territorios y en todos los partidos políticos. La presidenta madrileña, en su máximo pico de popularidad, arrasó electoralmente. De puertas para fuera, nadie ponía en duda que debía ser ella la que presidiera el PP de Madrid, pendiente de renovación. Incluso Teodoro García Egea la apoyaba en público.
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Pero en septiembre "todo cambió". Eso señalaban con frecuencia desde Sol. Y ahora ya se sabe por qué. Desde Génova deslizaban, siempre a través de los medios de comunicación, ideas como que querían romper con un pasado de corrupción en el PP de Madrid. Que no querían ser como el PP de Esperanza Aguirre, donde ella, además acaparaba todo el poder. Y entonces llegó uno de los primeros hitos claros de esta crisis. La expresidenta madrileña concedía una entrevista a El Mundo en la que cargaba duramente contra algunos "niñatos y chiquilicuatres" de Génova cercanos a Casado.
A partir de ahí, decenas de filtraciones casi diarias de diferentes asuntos relacionados con el Congreso del PP de Madrid. Se llegó a publicar que Ayuso podría ir incluso a los tribunales si Génova no convocaba el cónclave. La sucesión de acontecimientos desató una guerra total en el partido, que ya no se ocultaba.
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Tras las mencionadas informaciones sobre un supuesto espionaje, la presión fue creciendo de manera progresiva para Casado. La batalla final, que probablemente supuso la estocada a Casado, se jugó también en los medios. El líder del PP elegía a Carlos Herrera para defender sus posiciones en directo e insistir en la actitud corrupta de Ayuso. La presidente intervenía por teléfono minutos después en el mismo programa para retarle a presentar pruebas.
El dirigente del PP se quedaba solo también mediáticamente. "Se le acusa de corrupción sin pruebas", vociferaba Eduardo Inda en uno de los programas matinales televisivos de los últimos días. "Se lo habían inventado", insistía. "No han podido ser más tontos, llaman a detectives y les dicen que no", añadía sobre la estrategia de Génova frente a la presidenta madrileña.
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Losantos también ha sido muy duro contra Casado y, especialmente, García Egea. El comunicador ha llegado a pedir perdón por haber apoyado al presidente del PP. "En general, tengo olfato, pocos chascos me he llevado como con este sujeto". Y pidió su salida. "De las tres puñaladas que Casado ha infligido a tres símbolos de la resistencia a Sánchez, Cayetana, Abascal y Ayuso, la tercera y última propinada personalmente ante Carlos Herrera, ha sido la más ruin, y la que mejor refleja la auténtica faz del todavía presidente del PP", señaló en su programa. Es más, llegó a afirmar que debería incluso sentarse frente al banquillo por mentir sobre Ayuso.
Las principales cabeceras y comunicadores han pedido la dimisión de Casado de forma directa tras acusar a Ayuso
San Sebastián tardó poco en posicionarse de forma clara. El viernes 18 ya señaló en su columna de ABC que Casado no servía y criticaba las "insidias" vertidas contra la mandataria madrileña. La periodista llevaba ya días, especialmente tras las elecciones en Castilla y León, pidiendo la salida de García Egea. Por último, la puntilla clara en el panorama mediático la pusieron sendos editoriales de ABC y El Mundo. Ambos pedían la dimisión de Casado. "El tiempo de este equipo que sucedió al de Mariano Rajoy se ha agotado. No hay solución de continuidad. Casado debe marcharse hoy mismo", decía la primera cabecera en un editorial urgente lanzado poco después de la manifestación a las puertas de Génova.
La Razón, periódico dirigido por Francisco Marhuenda, no llegó a tanto, aunque fue modulando su posición. El jueves 17 pedía directamente que el partido llegara hasta el final para investigar a Ayuso, alabando la sensibilidad de Génova frente a la corrupción aunque deslizando críticas en su estrategia. Al día siguiente su editorial desviaba la atención hacia el Gobierno de Pedro Sánchez y sus usos de los contratos de emergencia. El sábado 19 pedía diálogo entre Ayuso y Casado y el domingo 20 pedía no tomar decisiones precipitadas. Luego alabó las decisiones tomadas por Casado al convocar su Junta Directiva Nacional. Y finalmente, asumía la derrota del líder pidiendo unidad en torno a Feijóo.
De quien también ha tenido cierto respaldo Casado ha sido de Pedro J. Ramírez, director de El Español. El periodista puso el foco en la presunta corrupción de Ayuso aunque acabó reconociendo que caía "víctima de su propia debilidad e inconsistencia, y la de su equipo". Su frágil liderazgo y los escasos apoyos mediáticos han sido claves para que salga de su cargo.