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El Govern relanzará la mesa de diálogo tras la victoria judicial de Puigdemont en Italia

La puesta en libertad del expresident en Cerdeña evita lo que podía haber sido el colapso de la legislatura tanto en el Parlament como en el Congreso. La nueva victoria de Puigdemont contra las euroórdenes del Supremo da impulso a Junts y a su estrategia de confrontación jurídica internacional contra el Estado español.

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El expresident catalán Carles Puigdemont, a su salida del juzgado de Sardinia (Cerdeña). — Guglielmo Mangiapane / REUTERS

barcelona, Actualizado:

"Exilio 6-justicia española 0". Así de expresivo se mostraba con Público un destacado dirigente de Junts per Catalunya después de que Carles Puigdemont fuera puesto nuevamente en libertad esta tarde en Cerdeña por decisión de la juez italiana que tenía que decidir sobre la euroorden de entrega emitida por el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena.

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La juez decidió suspender la extradición a la espera de la decisión que debe emitir el Tribunal General de la Unión Europea sobre la inmunidad. I además la policía italiana hizo caso omiso sobre la petición de detención de los otros dos europarlamentarios de Junts, los exconsellers Toni Comín y Clara Ponsatí.

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La citada fuente hacía referencia a cómo se han ido sumando los casos en tribunales europeos (Alemania, Bélgica, Escocia, TGUE, Suiza o ahora Italia) que han supuesto un revés tras otro para el Supremo en su empeño de detener y encarcelar al que era el president de la Generalitat durante el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre de 2017.

Según la defensa de Puigdemont, "ahora ya es una obsesión". El propio Puigdemont lo argumentó de forma contundente este lunes en Cerdeña, tras comparecer en el juzgado: "El Estado español utiliza la justicia, la imparcialidad de la cual es un pilar del estado de derecho y la democracia, para perseguir objetivos políticos y eso lo deja fuera del marco europeo", aseguró el expresident.

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Euforia en Junts

La euforia en Junts es total después de lo que llaman "la batalla de Sasari" y no solo por la lógica emoción de que el presidente y líder del partido, Carles Puigdemont, haya quedado en libertad. Sus dirigentes no esconden también el rédito político que les comporta el nuevo episodio judicial que definen como "una gran victoria".

Un episodio que ha supuesto una evidente plataforma de proyección para Junts, pero que además refuerza su posición contraria a la mesa de diálogo. Lo explicita con total acritud ni más ni menos que el vicepresident del Govern, Jordi Puigneró. "Los gobiernos pasan, pero el Estado siempre queda", ha afirmado Puigneró en unas declaraciones matinales en Catalunya Ràdio.

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Y "mientras algunos intentan dialogar con el Gobierno español, otro está agrietando las estructuras del Estado", ha afirmado en una clara alusión a sus socios de ERC, contraponiendo la confrontación de Puigdemont (que asegura "agrieta las estructuras del Estado como son la justicia o la monarquía") con la mesa de diálogo.

"Hoy es un día de contraste entre la Europa libre y democrática de Cerdeña y la cerrada y excluyente que desobedece a los tribunales europeos como es España", ha señalado, por su parte, el secretario general de Junts, Jordi Sànchez.

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A pesar de la disparidad de estrategias que mantienen Junts y ERC, los dos dirigentes juntistas aseguran que el Govern tiene garantizada la estabilidad. No en vano el president de la Generalitat viajó hace diez días a Cerdeña durante la detención de Puigdemont, y este lunes la consellera de la Presidència y mano derecha de Aragonès, Laura Vilagrà, encabezaba la delegación de ERC que ha viajado a Sasari.

En realidad, la puesta en libertad del expresident en Cerdeña ha generado un respiro de alivio en los dos socios del Govern. Tanto Junts como ERC tienen claro que la entrega a España de Puigdemont hubiera tenido consecuencias impredecibles que ninguno de los dos partidos desean.

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Esquerra instará a avanzar en la mesa de diálogo

Este escenario, además de suponer un fuerte golpe para Junts que quedaría descabezada de su carismático líder, hubiera cambiado totalmente el escenario político actual. "La entrega de Puigdemont podía haber generado el colapso de la legislatura" aseguran desde Junts, un escenario que también avalan en ERC, que admiten que no solo hubiera quedado afectada la política catalana, sino que también la legislatura española hubiera sufrido un vuelco considerable con la imposibilidad de cruzar determinados puentes en la relación del Gobierno español del PSOE y Unidas Podemos con los independentistas catalanes, especialmente con Esquerra.

Precisamente por eso, después del susto de Cerdeña, desde ERC instan a Pedro Sánchez a avanzar en la mesa de diálogo y llegar a acuerdos que puedan reducir el impacto de una situación de este calado, que "puede hacer volar los últimos puentes en pie", aseguran.

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Fuentes próximas a la presidencia de Esquerra se muestran convencidos de que "los torpedos judiciales contra el diálogo" continuarán y "el independentismo debe prepararse para ello". Y los republicanos reafirman que la única vía posible es la mesa de diálogo, "no porque confiemos en el partido socialista -asegura un estrecho colaborador de Junqueras-, sino porque es la única vía que nos puede dar un cierto aval internacional·. Para ello, dicen los republicanos, "hace falta unidad estratégica en el independentismo para ser más fuertes en la negociación" e instan a Junts a fijar una delegación en los términos fijados por Aragonès (miembros del Govern) e incorporarse a los trabajos de la mesa.

Desde Junts recuerdan además que "no hay solución posible al conflicto sin nosotros y sin Puigdemont, por lo que es imprescindible solucionar la situación de los exiliados", e instan al Gobierno español y por derivada al propio Aragonès, a aceptar los nombres que Junts ha puesto sobre el tapete para sentarse a la mesa, incluyendo dos expresos como Jordi Sànchez y Jordi Turull.

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Pero Esquerra se muestra firme en su estrategia, que resumen en "a más represión, más necesaria es la vía dialogada". "Defendemos explorar al máximo la vía dialogada -afirma la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta- como fórmula para conseguir la amnistía y la autodeterminación".

Acelerar los trabajos de la mesa de diálogo

La detención de Puigdemont en Cerdeña, aunque breve, ha tenido un gran impacto en el Palau de la Generalitat. Aunque desde la presidencia reconocen que la situación se ha reconducido gracias a la liberación del expresident, Aragonès planteará a Pedro Sánchez la necesidad de acelerar los trabajos de la mesa de diálogo.

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Es cierto que los acuerdos al respecto incluyen que no se estipulará ningún tipo de calendario, pero crece el convencimiento en ERC que será necesario fijar algún tipo de acuerdo que muestre el avance en la vía del diálogo frente a un 2022 plagado de juicios a altos cargos de los partidos independentistas y a centenares de personas corrientes. Algunos de ellos, con demanda de años de cárcel. Sin olvidar que el futuro de Puigdemont y del resto de dirigentes que residen en el extranjero (entre ellos la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en Suiza) pende de un fino hilo judicial por mucho que de momento sea bastante resistente a las fortísimas presiones del Tribunal Supremo español.

ERC insiste en que la solución más efectiva sería la aprobación en el Congreso de la ley de amnistía que plantea el Parlament, pero frente a la tajante negativa del PSOE recuerdan el compromiso en la desjudialización del conflicto a que se comprometió Pedro Sánchez y que explicita en el Gobierno español la parte de Unidas Podemos con una reforma del delito de sedición que se mantiene encallada en el trámite parlamentario por falta de impulso político, a la espera del momento oportuno, aseguran algunas fuentes parlamentarias por el temor que provoca en los socialistas aprobar una medida como esta.

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La detención de Puigdemont en Cerdeña pudo ser una bomba de destrucción masiva para el diálogo pero puede convertirse en un acelerador del mismo. O al menos, así se intentará desde el Govern, que pretende relanzar el proceso de negociación con el Gobierno español con la mirada puesta en finales de 2023. Un momento crucial que inquieta por lo que podría suponer una victoria electoral en las elecciones generales de PP y Vox.

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