El Gobierno esconde su entusiasmo ante la crisis del PSOE
No negociarán el referéndum
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MADRID.- La crisis del PSOE abre dos escenarios favorables para el PP: la posible abstención de los diputados díscolos a otro intento de investidura de Mariano Rajoy o la repetición de elecciones, con la previsible caída de los socialistas y, quizá, la subida de los conservadores hasta casi rozar la mayoría absoluta. Pero hoy la vicepresidenta del Ejecutivo en funciones se ha esforzado por ocultar su entusiasmo al respecto.
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Santamaría: "Que gobierne Rajoy es la opción que más respeta el resultado de las urnas, pero no depende sólo de nosotros"
Tampoco aclaró si estaban a la expectativa de que la ruptura en Ferraz afecte también al grupo parlamentario socialista en el Congreso. "No entramos a valorar qué cambios puede haber del otro lado", zanjó, insistiendo, simplemente, en que el Ejecutivo mantiene "la misma posición" de siempre: "Que gobierne Rajoy es la opción que más respeta el resultado de las urnas, pero no depende sólo de nosotros, sino de que se logre el acuerdo con otros partidos. Y nosotros no nos metemos en la situación de otros partidos", insistió.
Del mismo modo, utilizó respuestas ambiguas para responder sobre quién es ahora su interlocutor en el PSOE. Rajoy mostró su "respeto institucional" a Pedro Sánchez el pasado lunes, cuando afirmó que él seguiría siendo la persona a la que llamaría para negociar "mientras siga siendo el secretario general del PSOE". "No voy a zascandilear", concluyó entonces el presidente en funciones de forma rotunda.
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Hoy, en cambio, Sáenz de Santamaría dejó ese tema en el aire. Por un lado, aseguró que no tiene por qué haber ningún cambio al respecto. Por otro, negó que esa respuesta signifique que siguen considerando a Pedro Sánchez su línea directa con el PSOE. "El Gobierno respetará al interlocutor que decida el PSOE", matizaron después fuentes de Moncloa, que se mantuvieron en el limbo entre Sánchez y los críticos. "El Gobierno no quiere, ni puede ni debe inmiscuirse en las crisis internas de otros partidos", concluyeron.
No negociarán el referéndum
Con más vehemencia respondió la vicepresidenta a los resultados de la cuestión de confianza de la que el president de la Generalitat salió ayer airoso. En dicho debate en el Parlament, Carles Puigdemont volvió a proponer un referéndum de independencia para 2017, una fecha que, dijo podría ser negociable en caso de que el Estado central esté dispuesto a pactarlo.
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Más amable se mostró, en cambio, al explicar las negociaciones que el PP ha llevado a cabo para dicha modificación, así como para el resto de medidas económicas "urgentes" que están pactando con grupos parlamentarios y dirigentes autonómicos. En ellas se incluye, dijo, a los partidos nacionalistas (PNV, PDC y ERC): "Estamos en negociaciones con ellos porque son responsables de Gobierno en sus Comunidades y también con los grupos parlamentarios porque esta situación de bloqueo tiene que poner en valor lo que significa ser diputado o senador", mitineó Montoro. No obstante, se negó a aclarar si había habido acuerdo pleno para llevar a cabo la reforma aprobada hoy. "Ha habido buen eco porque todos entienden que es necesario; nos cubrimos porque es mejor para todos", concluyó.