Gobierno de Aragón El Par, la derecha que repudia a Vox
Los aragonesistas regresan al Gobierno de Aragón tras cortocircuitar un pacto a la andaluza en la comunidad y para cerrar una marca de treinta años en el ejecutivo que solo PNV y Convergència superan por ahora entre los partidos de ámbito autonómico.
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zaragoza,
Esta legislatura comienza a resultar histórica para el Par (Partido Aragonés): la empezó siendo la única formación de centro-derecha que daba calabazas al trío de Colón, cortocircuitando así la viabilidad de un cuatripartito conservador para armar otro inédito de corte aragonesista y progresista con PSOE, Podemos y Cha, y, si nada se le tuerce, la cerrará relevando a Convergència como vicedecano entre los partidos de ámbito autonómico por permanencia en gobiernos, con treinta años en tres etapas.
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Tras la caída de Coalición Canaria después de 26 años en el poder en el archipiélago y la sucesión de Convergència por el PDeCat en julio de 2016, tras casi 29 en el poder (23 y medio con Jordi Pujol y apenas cinco con Artur Mas), solo el PNV, que lleva ocupando la Lehendakaritza desde 1980 con el paréntesis del trienio del PSE entre 2009 y 2012, habrá formado parte durante más tiempo que el Par de un ejecutivo autonómico.
Únicamente el PRC de Miguel Ángel Revilla con algo más de 24, ocho como socio minoritario del PP y 16 coaligado con el PSOE y ostentando la presidencia, podrá acercarse en 2023 a esa marca del Par, que llegó a dirigir el gabinete en el tránsito de los años 80 a los 90 con los conservadores y que después ha alternado sus coaliciones con estos y con los socialistas.
El centro-derecha que se aleja del trío de Colón
Estos dos partidos son, de hecho, los únicos que rompen el monolítico y cuasifrentista mapa de equilibrios políticos surgido de la última ronda electoral: las tres derechas de Colón se apoyan en solitario donde suman (Castilla y León, Madrid, Murcia y Andalucía) y el PSOE se apoya en partidos de la izquierda donde puede (Navarra, Comunitat Valenciana, Canarias, Baleares y La Rioja, además de Asturias.
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Los únicos matices, dejando al margen Catalunya y Euskadi por sus peculiaridades y las mayorías absolutas de Galicia (PP) y de Extremadura y Castilla-La Mancha (PSOE), aparecen en Cantabria y Aragón, donde dos formaciones de centro-derecha gobiernan aliadas con los socialistas.
El Par es, por ahora, el único partido de ámbito autonómico que ha dado calabazas a un 'experimento' de ese tipo
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Esos matices y el propio posicionamiento del PP, abierto a incorporar a un partido contrario al sistema de las autonomías como Vox, anticipan que, de prosperar, la fórmula España Suma apenas tendría en la práctica posibilidades de diferenciarse de una coalición del trío de Colón ni, más allá de la UPN navarra y, en su caso, del Foro asturiano, de incorporar a fuerzas locales de centro-derecha con peso en los ámbitos locales.
El Par es, por ahora, el único partido de ámbito autonómico que ha dado calabazas a un experimento de ese tipo, que era el proyecto que planteaban para Aragón las direcciones estatales de PP y de Ciudadanos; en este caso último partido, con el desacuerdo de amplios sectores de la organización autonómica.
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"Tenemos incompatibilidad manifiesta con Vox"
"Hay un asunto de incompatibilidad. Con PSOE, Cha y Podemos hemos cerrado un acuerdo de 132 medidas de base muy autonomista, de defensa de la identidad territorial y el Estatuto y de oposición a cualquier trasvase de agua del Ebro, y eso tiene una incompatibilidad manifiesta con Vox", explica Arturo Aliaga, presidente del Par y vicepresidente del Gobierno de Aragón, donde, en su quinto paso por un ejecutivo, volverá a asumir la cartera que engloba industria, energía, comercio y turismo y, en este caso, con las competencias sobre desarrollo estatutario y fondos europeos, además de varias empresas y organismos públicos.
Cada uno de los tres socios del PSOE tiene una consejería (Podemos llevará Universidad y Cha sigue en Vertebración del Territorio y Vivienda), aunque ninguna de la magnitud de la que llevará el Par, que designará a sus cargos la última semana de agosto. Eso responde a dos motivos. Uno es el giro sin el que el cuatripartito era inviable; el otro, que "aportamos un valor añadido, el del territorio", anota Aliaga.
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De hecho, la clave del pacto se ve mejor con la perspectiva aragonesa que con la estatal: PSOE y Par gobiernan juntos en más de veinte de las 33 comarcas, en las dos diputaciones en las que coinciden (coalición en Teruel y apoyo en Huesca) y en numerosos ayuntamientos. "El PSOE nos ofreció ser su socio preferente y decidimos trabajar hacia el acuerdo", añade.
"Hemos hecho lo que teníamos que hacer"
A ese acuerdo le queda, no obstante, un fleco, como es la designación de uno de los dos senadores autonómicos. "La aspiración del Par es tener voz en Madrid, pero eso se está negociando", anota Aliaga.
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No obstante, en medios políticos se da por hecho que el senador que le correspondería al PSOE y sus socios será para el Par, que de esta manera paliaría los efectos de la ruptura de su coalición para las generales con el PP, con la que tuvo en las últimas dos legislaturas dos senadores sobre un acuerdo programático que se tradujo en varias enmiendas en los Presupuestos del Estado para atraer inversiones.
"La aspiración del Par es tener voz en Madrid, pero eso se está negociando", anota Aliaga
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A esa ruptura le siguió una opa hostil del PP a varias decenas de candidatos del Par en las municipales, entre ellos algunos como los condenados de Manchones que acabó de deteriorar las relaciones entre ambas formaciones. "En abril tomamos una decisión estratégica, ir con el PP a las generales nos provocaba una pérdida de identidad para las autonómicas y las municipales de mayo. Además, estábamos ante un escenario extraño. Por eso preferimos centrarnos en Aragón", explica.
Tras las elecciones, el Par, que cayó de seis a tres diputados pero mantuvo con más de 650 de sus casi mil concejales de 2015 esa mala salud de hierro que lleva décadas situándolo en el eje del tablero político local, descartó acercarse al trío de Colón.
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"Poner toda la carne en el asador para formar un Gobierno que dependiera de los tres votos de Vox era muy arriesgado. Mira lo que pasó en el Ayuntamiento de Huesca", anota Aliaga. "El Par ha hecho lo que tenía que hacer para no perder nuestra identidad, que es una posición aragonesista y totalmente constitucionalista", añade.