Globos espías de China, ¿motivo para no investigar asuntos sustanciosos?
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madrid,
"Desearía que fueran ovnis, pero no son ovnis. Es solo la vieja estrategia de pánico, una atractiva molestia que garantiza que los reporteros especializados en la seguridad nacional se dediquen a investigar la chorrada de los globos en lugar de los presupuestos o la voladura del Nord Stream…hasta la próxima vez". Esto lo tuiteó Edward Snowden, el exagente estadounidense que hizo público el programa de vigilancia masiva de la Agencia Nacional de Seguridad. Lo escribió este lunes, aparentemente tras observar, durante más de dos semanas la intensísima cobertura mediática del avistamiento, derribo, sobrevuelo de los globos aerostáticos chinos sobre EEUU y otros países.
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Los medios de comunicación empezaron a hablar de ello a finales de enero, cuando una nave aerostática sobrevoló las islas Aleutianas. EEUU denunció que se trataba de un globo espía procedente de China. Pekín, a su vez, reconoció su procedencia, pero dijo que se trataba de una nave de investigación meteorológica que se desvió de su ruta por los vientos. "No entendemos qué pasó, lo sentimos mucho, aquí estamos investigando el clima".
Se tomó la decisión de derribarlo, pero no resultó fácilmente derribable, por la altura a la que volaba y por el riesgo de lo que pudieran hacer sus restos. Hubo que esperar que se desviara hacia el océano y allí, enviar un avión de combate. El primer misil lanzado contra el globo falló, pero el segundo finalmente derribó al presunto espía. Según informó Bloomberg, cada misil usado para derribar la nave cuesta 439.000 dólares. Lanzar dos de estos desde un avión que cuesta otros 200 millones de dólares, para derribar un globo aerostático que costaría unos 70-90 mil dólares.
Cuando finalmente cayeron los trozos de la nave, se pusieron a analizarla, informaron que tenían antenas, que supuestamente servían para interceptar comunicaciones, paneles solares y poco más. Según afirmaron en el FBI, la evidencia que recuperaron era "extremadamente limitada". Es decir: todavía no se han podido establecer con precisión las funciones del globo.
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En medio de todo esto, emergió el expresidente Donald Trump con su clásico imperecedero "esto conmigo no pasaba", "esto pasa porque Biden es un inútil" (no es literal, ojo, aquí estoy haciendo una traducción muy libre de lo que ha dicho Trump). Pero la CNN accedió a un informe clasificado de la Fuerza Aérea de EEUU y reveló que durante la Administración Trump sí que habían aparecido globos semejantes en los cielos de EEUU, pero se enteraron de ello a posteriori, porque el sistema antimisiles no los había detectado a tiempo. Algo que Donald Trump, desde luego calificó de fake news.
Así las cosas, los globos chinos volvieron a aparecer en los cielos de América del Norte, incluyendo Canadá, los volvieron a derribar, de alguno dijeron que tenía forma octogonal. También llegaron a América del Sur, a Colombia y Uruguay, concretamente. Mientras, China siguió insistiendo en que se trata de meras naves meteorológicas, el Pentágono le puso algo de chispa al asunto, refiriéndose a todo eso que derribaron como a "objetos voladores no identificados".
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Y mientras VanHerck y el Pentágono dudaban, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aparentemente ya hizo su propia investigación, y salió a comunicar los resultados: la aparición de esas naves en los cielos de EEUU es el resultado de que China, junto con Rusia, está intensificando sus actividades de espionaje. Por lo tanto, tenemos que intensificar todo lo que hacemos para contrarrestar esa amenaza. Y por si faltaba algo o alguien en esta historia, esperen que apareció Taiwán, diciendo que ellos también habían detectado decenas de globos antes y que formaban parte de un extenso programa militar en el marco del cual recopilaban datos atmosféricos para su uso en los sistemas de misiles y radares.
Para cerrar el círculo de acusaciones, Pekín denunció que EEUU había enviado al menos diez naves aerostáticas a sus cielos el año pasado. Algo a lo que EEUU contestó a lo Trump: "Fake news". Todo esto pasó en las últimas dos semanas, empeoró las ya de por sí deterioradas relaciones entre China y EEUU y planteó muchas preguntas.
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En caso de ser cierto y de que se tratase de globos de espionaje: ¿qué pasa con el sistema antimisiles que no los detecta? Un país enemigo puede enviarte centenares de esos globos baratos. ¿Y cuántos misiles de esos millonarios y cuántos aviones de combate necesitarás para derribarlos? Si algunos de ellos pueden volar a 12.000 metros de altura, suponen peligro para la aviación civil. Así que ¿podría un país enemigo, si quisiera, bloquearte toda la comunicación aérea, enviándote varios de estos? Muchas preguntas, pocas respuestas.
Y en esto tienen experiencia de varios años. ¿Recuerdan el mega escándalo del supuesto ataque sónico, del que Washington acusó a Cuba hace unos seis años? En aquel momento los diplomáticos estadounidenses en La Habana se quejaron de un zumbido en los oídos y de vértigos, lo que le llevó a EEUU a abrir toda una investigación y a acusar a Cuba (y a otros países, por cierto) de ataques acústicos contra sus funcionarios.
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Cuba lo negó enfáticamente, llevó a cabo su propia investigación, insistió en que no había evidencias de ningún tipo. No sirvió de nada, el síndrome de La Habana fue ampliamente difundido por medios, se han escrito toneladas de artículos sobre microondas dirigidas, ultrasonidos y agentes infecciosos. Hasta que en 2022 se hizo público un informe preliminar de la CIA en el que descartaron la conspiración de países extranjeros detrás de todo ello.
No podemos descartar que, una vez más, la CIA esté intentando desviar la atención con ese reciente informe sobre el síndrome de La Habana. Pero por nuestra experiencia, hemos de decir que no suelen desviarla no culpabilizando a nadie de los males de sus ciudadanos o del mundo en general.