Gemma Isabel Alcalá Garcés, esposa del comisario jubilado José Manuel Villarejo, se ha mostrado aparentemente tranquila en el juicio en su contra, por dos piezas de la macrocausa 'Tándem', en las que se juega 82 años de prisión por delitos cohecho y revelación de secretos, entre otros. Alcalá se ha presentado como una "licenciada en Periodismo", que llegó a ser administradora de varias empresas del grupo Cenyt, presidido por su marido, por un "favor" que le hizo, en un momento, a principio de los años 2000, cuando Villarejo "viajaba mucho a países de riesgo", ha dicho.

Según Gemma Alcalá, Villarejo "se quedaba más tranquilo si yo era nombrada administradora, por si él no volvía, no dejaba de ser una empresa familiar", ha dicho refiriéndose a Cenyt, un conglomerado empresarial a través del cual el comisario facturó ingentes cantidades de dinero realizando encargos en los que se valía de su condición de policía en activo. Según la Unidad Central de Seguridad Privada del Cuerpo Nacional de Policía, ninguna de la veintena de empresas que formaban parte del grupo, "están inscritas ni lo han estado en el Registro Nacional de Seguridad Privada para realizar la actividad de seguridad privada".

Alcalá ha negado haber tomado decisiones respecto a las empresas de las que oficialmente era la administradora. "Yo era administradora de derecho", pero ha negado serlo en la práctica. "Las decisiones las tomaba el equipo directivo de cada empresa y él [por Villarejo] como presidente tomaba la última palabra. Yo tenía funciones de carácter administrativo, como las responsabilidades de la plantilla, asesoría laboral, me encargaba de eventos, marketing y redes sociales, en eso me considero una profesional", ha dicho. 

Sin embargo, Gemma Alcalá está imputada en varias causas relacionadas con las actividades de su marido. En las piezas 2 y 3 de la macrocausa 'Tándem', por las que está siendo juzgada en la Audiencia nacional, la Fiscalía cree que ella fue una pieza importante del engranaje por el que varios empresarios pagaron por datos reservados procedentes de las bases de datos policiales en sus encargos a Villarejo.

Sobre el proyecto 'Land', encargado por Susana García Cereceda, presidenta de Procisa, dueña de la urbanización de lujo 'La finca', para espiar a su entorno familiar, entre otras cosas, el juez instructor cree que Gemma Alcalá, administradora de Cenyt, formaba parte de la organización criminal de su marido y participó activamente en este encargo. Según la Fiscalía, tuvo acceso a los datos de ubicación y tráfico de llamadas de la viuda del padre de García Cereceda. También se la acusa de haber cobrado los cheques procedentes de Procisa. Sobre la legalidad de esos fondos, ha dicho que no conocía su origen, "pero tampoco necesitaba explicaciones, pues serían de los trabajos que realizaba la empresa". 

"Entre mis labores estaba la de mandar a traducir, porque yo no sé inglés", ha dicho para justificar que le llegó a su correo electrónico el informe de antecedentes penales de Jaime Ostos en Estados Unidos, cuñado de Susana García Cereceda.

También participó presuntamente Gemma Alcalá, que no ha querido contestar más preguntas que las de la Fiscalía y las de su letrado, en el proyecto Iron, que versa sobre el encargo realizado a Villarejo por parte del despacho Herrero y Asociados para neutralizar a un despacho rival. 

La esposa de Villarejo fundó en 2014 el digital Información sensible, a través del cual Villarejo intoxicaba informativamente respecto a operaciones en las que participaba o para beneficiar o perjudicar a sus clientes. Desde este medio se filtró la grabación entre agentes de Asuntos Internos y agentes del CNI sobre el pequeño Nicolás. Por esos hechos, Gemma Alcalá está siendo investigada. También lo está por haber intentado vender información confidencial, estando Villarejo en prisión, sobre casos por él investigados.