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Galicia Los aplausos a la sanidad pública, los grandes olvidados en los votos que logró Feijóo

La holgada mayoría absoluta del barón gallego sorprendió a la plantilla que luchó en primera línea frente a la covid-19. Las movilizaciones sociales en contra de las políticas del PPdeG parecían que marcaban un rumbo fijo hacia el fin de Feijóo en la Xunta, pero terminó por convertirse en una mera utopía.

Se cumplen 60 días de aplausos en homenaje a profesionales de servicios básicos
Las protestas y denuncias por las carencias en el Servizo Galego de Saúde (Sergas) tienen años de vida y poco antes del estado de alarma habían recorrido las calles de Santiago de Compostela (A Coruña). /ADP

Alberto Núñez Feijóo revalidó el 12 de julio una cómoda mayoría absoluta con los mismos diputados que consiguió en 2016. Los estudios demoscópicos ya lo habían colocado como el claro vencedor en las elecciones gallegas después de haber reforzado su mandato por la gestión de la pandemia, pero una pequeña esperanza para las plataformas, asociaciones y sindicatos que luchan contra la precariedad del Sergas asomó durante los primeros minutos de escrutinio: una amplia horquilla echaba a Feijóo de la presidencia, la misma que terminó por encogerse y cerrarse hasta fijarlo de nuevo cuatro años más en la Xunta con un 48% de votos.

Las protestas y denuncias por las carencias en el Servizo Galego de Saúde (Sergas) tienen años de vida y poco antes del estado de alarma habían recorrido las calles de Santiago de Compostela (A Coruña). No era la primera vez que la capital gallega acogía una manifestación multitudinaria en contra de las políticas sanitarias del PPdeG, como tampoco la desacreditación de la misma por los populares, que la tomaban como una campaña de desprestigio proveniente de la oposición. Las peticiones de las profesionales siguen siendo las mismas que ya en 2019 se gritaron en Compostela, pero aquel 10 de febrero Feijóo se encontraba en la plaza madrileña de Colón junto a Ciudadanos y Vox mirando para otro lado.

La plataforma SOS Sanidade Pública, la que encabezó en febrero esas concentraciones, explica a este medio que la gente "agradeció" durante el golpe más duro del coronavirus la labor de los sanitarios pero que Feijóo "ha sabido venderlo", ya que se aprovechó de la situación gallega porque el virus llegó tarde y bajo el estado de alarma, lo que impidió su expansión. "Feijóo sabe venderse muy bien, la gente desconoce la privatización larvada que hizo", prosiguen desde SOS Sanidade. Por ejemplo, la entrega del Hospital Álvaro Cunqueiro a la gestión privada o el centro de Povisa (Vigo), un hospital concertado que recibe 75 millones anuales del Gobierno gallego.

Una de las principales críticas de los colectivos de sanitarios y fuerzas políticas de izquierda es el recorte del 21% en Atención Primaria, uno de los ámbitos más castigados por el Sergas. La Consellería de Sanidade pone por bandera que este 2020 Galicia cuenta con el presupuesto más alto para la sanidad pública, unos 4.109,6 euros. El 32% del total, según la Xunta, se destina para Atención Primaria, pero lo que no especifica es que en esa partida se incluye también el gasto farmacéutico de recetas, igualmente aquello generado por atención hospitalaria. De esta manera, y de ahí a que discrepen los médicos, la cantidad real que se destina es poco más de un 13%, que dista de la cifra recomendada por la literatura científica para un sistema de salud eficaz.

Los servicios de Atención Primaria fueron recortados en un 21%, siendo uno de los sectores más castigados del Sergas

La falta de medios es visible día a día en los centros de salud gallegos por la sobrecarga de trabajo para el personal médico, que puede llegar a atender a 60 pacientes por día, y por las listas de espera eternas para los dolientes de incluso un año, aliciente para que muchos terminen recurriendo a la privada. De hecho, el Sergas traslada unas listas de espera con trampas, ya que, a la hora de presumir de su cortedad, la Xunta contabiliza solo a las personas que poseen ya fecha fija de atención y no la eterna cola de pacientes que están esperando a ser llamados para programar su cita.

El colapso en los ambulatorios no termina por resolverse por la ausencia de contratación, por ello los que están en los centros trabajan por los que faltan. Asimismo, influye en esto la tasa de reposición, que ha supuesto que desde el inicio de la crisis en 2008 de cada 10 jubilaciones se cubra un sólo puesto, medida que pretenden tumbar plataformas como la Conferencia Intersindical Galega (CIGA). La secretaria de CIGA-Saúde, explica a Público que el comportamiento del voto en estas elecciones "no se corresponde con las demandas que se hicieron públicamente" y que la gente "no relaciona" la cruda situación en los centros de salud con Alberto Núñez Feijóo, aunque sea más que palpable.

En 2018, una dimisión en bloque del área sanitaria de Vigo lo puso de manifiesto. Fueron 22 jefes de Atención Primaria los que abandonaron su puesto para "dignificar la profesión" y la respuesta del Ejecutivo autonómico fue instar al "diálogo" y comunicar que existía un problema de falta de médicos en las listas de contratación, ya que ante las malas condiciones que les ofrecen, prefieren buscar trabajo fuera de Galicia. Algo similar ocurrió con el cierre del paritorio de Verín (Ourense), puesto que una de las justificaciones de la Xunta para la suspensión del servicio radicaba en que no había pediatras dispuestos a acudir al hospital comarcal, pero el origen de esa ausencia fue la falta de contratos dignos para las profesionales.

Lo mismo se extiende para enfermería. La ratio de enfermeras por cada 1000 habitantes se sitúa en 8,8 en la media europea, en España es de 6,5 y en Galicia todavía menor, en un 5,3, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). De ahí surgió la plataforma Enfermeras Eventuais en Loita, que denuncian la concatenación de cientos de contratos que pueden ser de un día. La temporalidad se incrementa con unas oposiciones que discriminan a la promoción libre y priman al personal fijo, por lo que las profesionales pueden estar 20 años opositando sin obtener plaza siendo penalizadas si no acuden a cubrir esos contratos.

Desde que Feijóo gobierna hay 900 camas menos en servicio que hace una década según datos del Instituto Galego de Estadística (IGE) y hay casos de muertes de pacientes esperando en los pasillos del Sergas o a una ambulancia. También, desde que gobierna el PPdeG, Galicia lleva nueve años sin un Plan de Salud Mental. A la vez, la Xunta reparte 700.000 euros a los curas en hospitales, datos sobre los que ha pedido información este medio al Gobierno autonómico, pero de los que no ha obtenido respuesta. Cuando la situación epidemiológica por el coronavirus mejoraba en Galicia, Feijóo anunció el reparto de un bono de hostelería para el profesional sanitario, según el popular, orientado a incentivar el consumo. Por todas las carencias, peticiones y movilizaciones, la plantilla que sustenta el Sergas rechazó el premio y pidió a la gente que los aplausos en las ventanas desembocasen en las urnas.

El triunfo de Feijóo basado en los medios de comunicación

El martes 7 de julio A Mariña de Lugo llevaba un día de confinamiento y quedaban cinco para las elecciones autonómicas. Los casos ascendían a 119, siete más que cuando Alberto Núñez Feijóo declaró el estado de emergencia, pero la suspensión de los comicios en la comarca lucense pondría en evidencia la falta de anticipación y la seguridad sanitaria de la que alardeó la Xunta. Ese mismo día La Voz de Galicia, medio que recibe al año unos 876.600€ del Gobierno gallego y de los más leídos en la comunidad, tituló en su portada: "El brote del virus en el área de A Mariña, bajo control". Para la edición local el mensaje fue muy distinto: "A Mariña, con 119 casos activos, confía en frenar el brote esta semana".

"El papel que han jugado en estas elecciones los medios de comunicación clásicos y públicos ha sido esencial, eso lo maneja muy bien Feijóo", explica el periodista y presidente de la Federación de Asociacións de Usuarias e Familiares de Usuarias de Residencias (REDE), Paulino Campos. "En Ourense y Lugo, la mayor parte de la población no sintoniza otro canal que no sea la TVG", dos de las provincias que sostienen la mayoría del presidente. "Galicia tiene 23 muertos en covid por cada 100.000 habitantes. Estamos a la altura de México y Canadá y eso se ha criticado en otros medios, pero Feijóo se ha situado como un modelo a seguir, y no hay nada de lo que sentirse orgullosos", añade Campos.

La mitad de las muertes por coronavirus en Galicia tuvieron lugar en las residencias de mayores

Rede ha denunciado a las residencias privadas de DomusVi, a varios funcionarios de la Xunta, también al presidente y a la CEO Josefina Fernández, que recibió premios de la Xunta de la mano de Feijóo. La mitad de las muertes por coronavirus en Galicia tuvieron lugar en las residencias de mayores de las que todavía no hay explicación por parte de la Consellería de Política Social o del líder del PPdeG, más allá de ser una tónica general en todo el estado por la vulnerabilidad en las personas mayores. SOS Sanidade Pública, cuenta que "el sistema está pensado para que la gente que padece, padezca, y que, si alguien tiene que morir, pues que se muera, como pasó en las residencias".

La población gallega no castigó a Alberto Núñez Feijóo en las urnas, donde fue elegido como candidato a presidir el Gobierno autonómico también en A Mariña lucense, aunque con una abstención del 41%; igualmente en Verín, y pese a la movilización por el paritorio, fue el más votado, aunque perdió 1000 votos respecto 2016. Durante los próximos cuatro años las mismas figuras del PPdeG tendrán que encargarse de los problemas que arrastra la salud pública, aquellos que, en opinión de las plataformas sanitarias, continuarán también intactos.

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