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Feijóo sume al PP en contradicciones al intentar ahora tapar la gestión de Mazón en su estrategia contra el Gobierno

Génova improvisa su estrategia en función de lo que más daño puede hacer a Sánchez. 

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Alberto Núñez Feijóo, durante una rueda de prensa el 4 de octubre. — Gustavo Valiente / Europa Press

madrid,

Con el PSOE decidido a templar el debate político y no entrar todavía en la confrontación con el Partido Popular por la gestión de la DANA, los de Alberto Núñez Feijóo no encuentran el tono ni el mensaje. En las últimas dos semanas, las contradicciones y los bandazos han sido la tónica en un PP nervioso y agitado por el temor a que la catástrofe de València y el cuestionamiento de su compañero de partido, Carlos Mazón, les arrastre.

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El jueves 31 de octubre, con el país todavía conmocionado y sin ser consciente todavía del alcance de la tragedia, Feijóo se adelantó a Pedro Sánchez y visitó el centro de coordinación de emergencias junto al president de la Generalitat. Aquél día enseñó sus cartas: "Un presidente autonómico gestiona en función de la información que recibe. Y la información que se recibe son informaciones que dependen de organismos con competencia exclusiva del Gobierno central", dijo señalando a la AEMET y a la Confederación Hidrográfica del Júcar.

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Pocas horas después, Mazón le dejó completamente solo en esa estrategia exhibiendo unidad y colaboración con el presidente del Gobierno. Para un sector del PP fue un error que Feijóo disparase los cañones en ese momento y el líder de la oposición pareció asumir el fallo cuando cuatro días después, el lunes 4 de noviembre, compareció en la sede nacional del partido y dejó a un lado los señalamientos: "Es momento de arrimar el hombro e ir todos a una. No voy a caer en nuevas críticas al Gobierno. No me merece la pena", dijo.

Ese día pidió también que se declarase la emergencia nacional, lo que implicaba quitar el mando a Mazón para dárselo al Gobierno, e ignoró al president de la Generalitat. El silencio sobre el barón valenciano fue atronador durante días y, como contó este periódico, en el PP tienen claro que su supervivencia política será difícil.

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Sin embargo, en los últimos días Génova ha dado síntomas de incomodidad con la imagen de soledad de Mazón que estaban proyectando y han buscado disimularla. Un bandazo al que ni siquiera se ha sumado todo el comité de dirección del PP. Tras la multitudinaria manifestación del sábado contra Mazón, Juan Bravo, vicesecretario de Asuntos Económicos del partido, salió el domingo a decir que el PP estaba "con los valencianos y con su presidente". Un apoyo público que llevaba escrito.

Pero un día después, en la misma sala de prensa, el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, se negó a repetir esa frase o cualquier otra similar. Sémper esquivó las tres preguntas al respecto y se limitó a decir que "ya habrá tiempo para hacer todo tipo de análisis". Fuentes de la dirección de Feijóo matizaban después que el apoyo a Mazón era "total". Las críticas al president valenciano recorren el partido de arriba a abajo, a todos los niveles y en todos los territorios, pero Génova quiere desviar el foco al Gobierno y para ello necesita escenificar un cierre de filas que en ningún caso es real.

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El entorno de Feijóo también trasladó que el presidente del PP le había pedido rebajar el tono y en esas coordenadas se pronunció Sémper. "Nosotros no vamos a entrar en el barro ni vamos a contribuir a que la política española se emponzoñe más", dijo el portavoz popular en la habitual rueda de prensa tras el comité de dirección del partido de este lunes. "No vamos a practicar el acoso y derribo al actual Gobierno", añadió.

Menos de veinticuatro horas después, Feijóo recuperaba el tono y el mensaje del jueves 31 de octubre y cargaba contra el Gobierno —al que calificó de "fallido"—, contra la Confederación Hidrográfica, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica —aseguró que había cometido una "negligencia" en el seguimiento de los caudales y los avisos el día de la DANA—, y contra la ministra Teresa Ribera, cuya actuación tachó de "lamentable". Horas después, la cúpula de Feijóo celebraba como un éxito político el haber retrasado su designación como vicepresidenta y comisaria de Competencia de la Comisión Europea.

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Génova improvisa su estrategia en función de lo que más daño puede hacer al Gobierno central y deja un reguero de contradicciones a su paso. Además, Feijóo ha acabado por hacer suyas las excusas de Mazón en su intento de responsabilizar a Sánchez de la gestión de la DANA y, pese al distanciamiento entre él y el barón valenciano, el líder de la oposición está asumiendo un relato cuestionado tanto por la sociedad valenciana como por el PP. La inquietud entre las filas populares ante las consecuencias de esto para todo el partido cada vez es mayor.

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