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Feijóo, el buen gestor de sí mismo

El presidente de la Xunta cultiva su imagen de brillante administrador pese a que sus políticas han provocado en Galicia una profunda reversión del Estado del Bienestar

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Feijóo, en una imagen de archivo, tras ganar las elecciones autonómicas.- EFE

A CORUÑA.-  Acababa de sentarse en el sillón central de la Mesa para dirigir la investidura del presidente del Parlamento cuando sonó el teléfono junto a él. “Hola, soy Alberto”. “¿Alberto? ¿Qué Alberto?”. “Alberto, el próximo presidente, coño, Alberto Núñez Feijoo. Te llamo para darte la enhorabuena. Y para decirte que no puedo votarte porque me lo impide la disciplina de partido”. Era el año 2009 y Feijóo acababa de ganar por un diputado las elecciones autonómicas que acabaron con el Gobierno bipartito del PSdeG y el BNG.

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“Es un hombre sin ideología, un pragmático que se va de buen gestor, cuando no lo es. Simplemente ha sido un alumno aventajado de Angela Merkel", dice Cerviño

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Allí tuvo su oportunidad para cimentar esa imagen de brillante administrador de la cosa pública, la misma que llevó a Manuel Fraga a recuperarlo para la política gallega y, finalmente, señalarlo con el dedo de la sucesión en la secretaría general del PPdeG. Esa fama lo ha colocado a Feijóo como uno de los candidatos mejor situados para un nuevo dedazo ante una hipotética sucesión de Rajoy.

El presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy da su aval al presidente de la Xunta y líder del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (d), durante la reunión mantenida hoy con jóvenes de Nuevas Generaciones en Ourense. EFE/B. Lorenzo

El exdiputado pone dos ejemplos: “Su política lingüística ha llevado al gallego a una situación que se aproxima a la era predemocrática, y además, ha sido incapaz de solucionar los problemas más graves de este país, como los que padecen la agricultura y la pesca. Pero nadie lo responsabiliza de eso”.

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El desempleo juvenil ha pasado del 28,6% al 42%; el paro registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE) ha crecido en 30.000 personas

Como resultado, la renta per cápita gallega está casi 3.000 euros por debajo de la española; la pensión media es unos 150 euros inferior (757 frente a casi 900) y la remuneración bruta de los trabajadores, cerca de 200 euros por debajo de la media.

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Feijoo durante una visita a un centro médico.- Xunta de Galicia

La imagen de buen gestor, sin embargo, sigue pegada a su rostro como la nariz de Cyrano. Y en su partido nadie lo pone en duda. “Ha habido estabilidad y buena gestión, sobre todo en lo que se refiere a los gastos y servicios públicos”, explica Pedro Puy, sobrino de Manuel Fraga y portavoz del PP en el Parlamento gallego, quien destaca que Galicia es una de las dos comunidades que ha cumplido con el programa de déficit (la otra es Canarias), lo que la dota de “autonomía financiera” no sujeta por tanto a la aprobación del Ministerio de Hacienda. Además es una de las que han tenido un menor crecimiento de la deuda pública; de las pocas que han cumplido los presupuestos en materia de ingresos tributarios, y la de mayor capacidad de inversión no financiera (el 14,6%).

La pensión media es unos 150 euros inferior (757 frente a casi 900) y la remuneración bruta de los trabajadores, cerca de 200 euros por debajo de la media.

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“También se ha hecho un gran esfuerzo en gasto social, nuestra principal prioridad. Hoy hay 41.500 personas beneficiándose de las ayudas a la dependencia frente a las 14.000 del 2009, hemos aumentado un 70% las plazas en guarderías infantiles, hemos mejorado sustancialmente la sanidad y la educación aplicando criterios de eficacia y eficiencia en el gasto, a pesar de que la inversión ha sido menor”, y hemos logrado que la desigualdad crezca menos que en el resto de España”, defiende Puy.

En Galicia sólo se repone una de cada diez plazas de médicos y personal sanitario que quedan vacantes por jubilación

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Dentro de su partido en Galicia, y en general fuera de ella, Feijóo también mantiene esa imagen de político inmaculado en una formación lastrada por casos de corrupción que a él no le han salpicado por que ha sabido fintarlos con tino. Y eso a pesar de las fotos e las que aparecía a bordo del yate de Marcial Dorado, uno de los más conocidos narcotraficantes gallegos, condenado a 14 años de prisión por tráfico de cocaína y con quien Feijóo posaba a pecho y espalda cubiertos de crema bajo el sol de las rías gallegas. “Es un especialista en no salir tocado ni siquiera de las derivadas judiciales de sus políticas”, opina Antón Gómez Reyno, también diputado saliente por En Marea-Podemos. “Tiene una capacidad asombrosa para gobernar siempre desde una posición que le permite no asumir los golpes que son culpa suya y que debería recibir él, y no otros”, abunda.

feijoo narco

Desde su primer Gobierno, Feijóo se ha rodeado de un Ejecutivo formado por profesionales y técnicos, casi nunca políticos, de perfil bajo tirando a gris, dispuestos a asumir cualquiera de esos golpes y haciendo de pantalla a la medida de la graciosa imagen del presidente-sol: el fracaso de la fusión de las cajas gallegas, la descomposición del sector lácteo, la destrucción de una industria textil que ya sólo cuenta con el monstruo Inditex como referencia; la crisis del naval; la quiebra de Pescanova, una de las empresas emblemáticas más apoyadas por la Xunta, cuyo presidente, hoy procesado por estafa, logró que el presidente en persona ordenara por teléfono que se retirara un centro de depuración de moluscos que iba a ser situado frente a una de las piscifactorías de Pescanova... Nada de todo eso parece haber sido responsabilidad del máximo dirigente de Galicia.

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Gran parte de esa estrategia se fundamenta en un control absoluto de los medios públicos y de la mayoría de medios privados de gran audiencia

“Feijóo no gobierna, se limita a devolver favores. Tuvo muchos padrinos poderosos a los que no les interesa que cambien las cosas”, narra Rodrigo Faraldo. Es el líder de Ciudadanos en Oleiros, el municipio con mayor renta por habitante de Galicia y donde esa formación obtuvo los mejores resultados de toda la comunidad en las elecciones municipales. “A Feijóo le ha pasado como a Obama. Todos esperábamos mucho más. Despertó la ilusión de que iba a modernizar por fin este país, pero al final esas ilusiones se quedaron en nada. Bajo su mandato hemos vendido un país entero con una gestión nefasta para todos salvo para él”, dice.

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