La expulsión de ERC en el 2006 y la salida de Unió en el 2015, los dos precedentes de ruptura del Govern
Maragall echó a los consellers de Esquerra por la decisión del partido de hacer campaña por el "no" en el referéndum del Estatut, mientras que la voluntad de Artur Mas de concurrir a las elecciones del 2015 con un programa explícitamente independentista provocó la salida de Unió y la posterior ruptura de CiU.
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barcelona, Actualizado:
El cese de Jordi Puigneró como conseller y vicepresident de la Generalitat hace muy complicada ahora mismo la continuidad en el Govern de Junts per Catalunya. En caso de que la salida se acabara llevando a cabo, sería la tercera vez que se rompe el ejecutivo catalán desde la restauración de la Generalitat en 1977. Los dos precedentes se remontan al 2006, cuando el entonces president, Pasqual Maragall , expulsó a los consellers de ERC; y en 2015, cuando Unió decidió salir abriendo el camino de la inminente desaparición de CiU, la histórica coalición que formaba con CDC.
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Aragonès anunció la destitución de Puigneró en una comparecencia este miércoles por la noche, fundamentalmente porque éste no le comunicó la intención de Junts de plantearle una cuestión de confianza durante el debate de política general. Esto se tradujo en una pérdida de confianza en Puigneró que, para Aragonès, hacía imposible su continuidad en el ejecutivo.
La decisión de ERC de hacer campaña por el 'no' en el Estatut llevó a Maragall a echar al partido del Govern
Como decíamos, hasta ahora solo en dos ocasiones alguno de los socios del Govern ha salido del ejecutivo. La primera sucedió en el 2006 y supuso la estocada final del primer tripartito, formado por el PSC, ERC y la entonces ICV-EUiA, que presidía Pasqual Maragall. El 11 de mayo, el también dirigente socialista anunció el cese de todos los consellers de ERC. La razón de la expulsión del partido del Govern fue la decisión de los republicanos de hacer campaña por el "no" en el referéndum sobre el nuevo Estatut, una decisión tomada a instancias de sus bases.
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La salida de Esquerra dejó al Govern herido de muerte y semanas más tarde se convocarían unas nuevas elecciones, que finalmente se celebraron el 1 de noviembre y que comportarían la formación de un segundo Govern tripartito, con los mismos socios, pero en este caso encabezado por José Montilla, en esa época el todopoderoso primer secretario del PSC.
El final de CiU
El segundo precedente es mucho más reciente y data del 17 de junio de 2015, cuando Unió Democràtica (UDC) decidió salir del Govern de CiU que formaba con Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y que presidía Artur Mas. En plena ola creciente del Procés, la razón fundamental era que el sector más oficialista de Unió -encabezado por su histórico líder, Josep Antoni Duran i Lleida- rechazaba que CiU se presentara a las elecciones del 27 de septiembre de ese año con un programa explícitamente independentista. En el Govern la principal representante de Unió era Joana Ortega, que ocupaba el cargo de vicepresidenta.
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Fuera del Govern y sin CiU, Unió vería abocada a la pérdida de presencia institucional ya la desaparición
La decisión sería el primer paso hacia la ruptura definitiva de la coalición de CiU, que había funcionado durante casi cuatro décadas. El 27 de septiembre de aquel año, CDC concurriría a los comicios bajo la marca de Junts pel Sí en coalición con ERC, mientras que Unió se hundiría en las urnas y no obtuvo ningún diputado. La formación democristiana se rompió internamente y sufrió la escisión de su sector independentista, que después formaría Demòcrates de Catalunya.
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La pérdida de presencia institucional abocaría a Unió a la desaparición definitiva en el 2017, arrastrando una enorme deuda económica. La antigua CDC también desaparecería con problemas económicos -en su caso derivados de la sentencia judicial de un escándalo de corrupción, el caso Palau de la Música-, pero su espacio mutaría primero en el Partit Demòcrata y, posteriormente, en la actual Junts, si bien por el camino sufrió nuevas escisiones. Pero esto ya es otra historia.