Euskadi Urkullu pedirá a Sánchez otra política penitenciaria para un nuevo tiempo
El lehendakari será recibido este lunes por el presidente español en La Moncloa. Sobre la mesa estará la situación de los presos de ETA tras el final de la violencia, así como el cumplimiento del nunca cumplido Estatuto de Autogobierno.
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BILBAO,
Mano tendida para un tiempo inédito. El lehendakari Iñigo Urkullu aterriza este lunes en Madrid para encontrarse en La Moncloa con el presidente Pedro Sánchez, una reunión que hasta hace algo menos de un mes ni el nacionalista vasco ni el socialista madrileño hubiesen imaginado. Ahora, ante un nuevo escenario en la política estatal y con ETA ya disuelta en Euskadi, el jefe del Ejecutivo de Vitoria buscará compromisos que permitan reforzar la convivencia.
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Será el encuentro más especial, pero no el primero. Urkullu y Sánchez se reunieron por primera vez el 27 de julio de 2015, cuando el lehendakari recibió en la sede del Gobierno Vasco al entonces recién electo secretario general del PSOE. En aquella ocasión, ambos hablaron sobre las bases que podrían tener los futuros acuerdos entre el PNV y la formación socialista, además de tratar una posible –y nunca concretada- reforma constitucional.
Justo dos años después, en julio de 2017, ambos líderes volvieron a encontrarse en Ajuria Enea. En esa ocasión también tomaron parte en el encuentro la responsable del PSE, Idoia Mendia, y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar. No era casualidad que estuvieran en la foto: desde hacía algunos meses, socialistas y peneuvistas gobernaban juntos en el Gobierno Vasco, Diputaciones y un amplio número de alcaldías. Con ese amparo, el líder del PSOE invitó entonces a Urkullu a explorar posibles acuerdos de colaboración en el Congreso para hacer frente al entonces gobernante PP.
Las cosas son hoy radicalmente distintas. El anfitrión, esta vez, será Sánchez. O mejor dicho, el presidente Sánchez. Será el primer encuentro institucional del nuevo mandatario con un jefe autonómico, y el elegido ha sido Urkullu por tratarse Euskadi de la autonomía con estatuto más antiguo. No obstante, la reunión está cargada de simbolismo por un hecho muy claro: el PNV, ese mismo partido que salvó al gobierno de Mariano Rajoy aprobando sus Presupuestos, luego se encargó de hundirlo al apoyar la moción de censura.
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¿Se convertirá ahora el PNV en uno de los amigos del gobierno del PSOE?
¿Se convertirá ahora el PNV –o mejor dicho, sus cinco diputados en Madrid- en uno de los amigos del gobierno del PSOE? ¿Prestará sus votos para facilitar la aprobación del techo de gasto primero y de los Presupuestos después? A falta de una confirmación oficial de Sabin Etxea –oficina central del nacionalismo-, lo cierto es que las relaciones entre ambos partidos parecen inquebrantables en Euskadi –donde mantienen su acuerdo de gobierno a pesar de las discrepancias en asuntos vinculados con el derecho a decidir- y se encaminan a consolidarse en el ámbito estatal, por lo que la reunión de este lunes en Madrid cobra aún mayor interés.
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Autogobierno y presos
En ese contexto, Urkullu se presentará en La Moncloa “sin una agenda preestablecida”, aseguraron a Público fuentes del Ejecutivo vasco. Según ha podido confirmar este periódico, el lehendakari planteará –entre otras cuestiones- “el cumplimiento del Estatuto de Gernika”, una norma que se aprobó en 1979 y que aún hoy no ha sido respetada y acatada en su totalidad por los sucesivos gobiernos centrales, lo que provoca que casi cuarenta años después exista un amplio número de transferencias pendientes de ser abordadas.
Este tema forma parte hoy de la agenda del Parlamento Vasco. Allí avanzan los trabajos de la ponencia de autogobierno, dedicada a fijar las bases, el contenido y la hoja de ruta de un nuevo estatuto. Hasta ahora, sólo ha habido acuerdos entre PNV y EH Bildu, lo que ha provocado críticas por parte del PSE y Elkarrekin Podemos. El PP, que también discrepa con la cercanía entre abertzales, entiende directamente que el estatuto no debe ser ni siquiera reformado.
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"Fue Felipe González quien puso en marcha a principios de los años noventa la dispersión y el alejamiento de los reclusos de ETA"
Además del autogobierno, habrá otro asunto clave en el encuentro entre Urkullu y Sánchez: la política penitenciaria de excepción que se aplica contra los presos vascos condenados por terrorismo. De hecho, fue otro presidente socialista, Felipe González, quien puso en marcha a principios de los años noventa la dispersión y el alejamiento de los reclusos de ETA. Esas medidas se mantuvieron durante los años siguientes e incluso siguen vigentes en la actualidad, con ETA ya desarmada y disuelta.
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En esa línea, el lehendakari tanteará a Sánchez para determinar si, efectivamente, el nuevo gobierno del PSOE está dispuesto a modificar la política penitenciaria, adaptándola al nuevo escenario de paz que se vive en Euskadi. Durante las últimas semanas, miembros del Ejecutivo socialista han manifestado su voluntad de hacer cambios en este asunto, lo que se plasmaría en un acercamiento paulatino de los presos a cárceles próximas al País Vasco, algo que se haría de forma “individualizada”.
A día de hoy existen 230 presos en cárceles españolas, situadas en su mayoría a cientos de kilómetros del País Vasco. Además, 14 reclusos con enfermedades graves siguen en prisión. Los presos también se topan con el muro de Instituciones Penitenciarias a la hora de buscar progresiones de grado, lo que les impide acceder a los beneficios contemplados en la legislación actual. Según han denunciado los abogados Onintza Ostolaza e Iñaki Zugadi, el 95% de los presos de ETA sigue clasificado en primer grado, considerado como el régimen carcelario más severo.
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Fuentes del Gobierno Vasco apuntaron que el lehendakari planteará “la necesidad de una nueva política penitenciaria, siempre dentro de las posibilidades de la legislación actual”. Su socio de gobierno, el PSE, respalda este reclamo, según confirmaron fuentes de ese partido a Público.
Durante los últimos días se habló en varios medios sobre la posibilidad de que Urkullu presente la misma propuesta que ya formuló en su momento a Rajoy, dirigida básicamente a acercar a los presos de ETA a cárceles situadas a una media de 250 kilómetros de Euskadi. No obstante, las fuentes consultadas por este periódico señalaron que Urkullu “no tiene previsto entregar nada” al presidente español. Será después de la reunión cuando el mandatario vasco comparecerá ante los medios. Hablará en Madrid, pero se le escuchará con atención en Euskadi.