EUSKADI Incertidumbre y enredos: así es la "caótica" desescalada de Urkullu para justificar las elecciones en julio
El Gobierno Vasco emprende un confuso cambio de fase que provoca un aluvión de críticas. En la oposición creen que todo responde a su intención de organizar la cita con las urnas dentro de dos meses, algo que carece de respaldo. El portavoz del Ejecutivo autonómico admite que se maneja ya la posibilidad de aplazar la convocatoria hasta octubre.
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De repente sonó el timbre. Después de varias semanas de distanciamiento social, Jon pasó por casa de sus padres. Quería saludar a su ama, que cumplía años en plena desescalada. Sería, técnicamente, una pequeña celebración de menos de diez personas. Cuando ya estaba sentado en la sala, se enteró de que podría ser multado por ello: contrariamente a lo que se había publicado en las horas previas, el Gobierno Vasco acababa de anunciar que no se podían celebrar reuniones familiares de hasta diez personas. Ni Jon, ni su madre, ni nadie de este portal de un municipio vizcaíno entendía absolutamente nada.
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Esta historia es tan real como los desbarajustes, confusiones y cadenas de mensajes de Whatsapp que han dominado el escenario social vasco durante los últimos días. Desde mediados de la pasada semana, el Gobierno de Iñigo Urkullu ha dado a conocer versiones absolutamente contradictorias sobre las cosas que se podrían hacer en la fase 1.
No en vano, Carlos Iturgaiz, candidato a lehendakari del PP y Ciudadanos, la bautizó como "fase 0,5". Resumía así el extrañísimo cambio de fase decretado en Euskadi por el Ejecutivo autonómico, que hasta última hora de la noche del domingo mantuvo en vilo a la población sobre cómo serían las cosas a partir de esta semana.
El lío fue de proporciones bíblicas. Primero reuniones en casa sí, luego reuniones en casa no. O mejor dicho, reuniones de hasta diez personas en casa no, pero en una terraza sí. También hubo confusión con la distancia que podían recorrer los vecinos en sus caminatas matutinas y vespertinas, si se podía pasar al pueblo de al lado, si había o no posibilidad de ir a visitar a un familiar que vive en otro municipio de la misma provincia… las preguntas se acumulaban y las respuestas, confusas, no siempre resolvían las inquietudes.
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De todo esto pueden dar fe en las redacciones de periódicos vascos, donde tuvieron que actualizar en varias ocasiones el mismo artículo sobre lo que se puede hacer y lo que no en esta fase 1. Si alguien esperaba leer la última versión de esas noticias en la terraza de un bar, se habrá topado con la dura realidad: la mayoría de los bares con terraza han decidido no abrir. La incertidumbre también reina entre los hosteleros.
No obstante, hay un sector que se lleva la palma: a día de hoy no está claro si el lunes empezará o no el regreso a las aulas, tal como había anunciado la pasada semana el Departamento de Educación. Al igual que en otras oportunidades, la consejera de esta área, Cristina Uriarte, levantó un mar de críticas entre sindicatos, asociaciones de madres y padres y centros educativos: su idea de recuperar la actividad educativa no convence prácticamente a ninguno de sus protagonistas.
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La última versión publicada por el diario El Correo (Vocento) indica que Educación dejaría la decisión en manos de los centros. Esa información, en cambio, contradice lo que el propio Departamento de Educación transmitió a Público: fuentes de esa área del Gobierno Vasco señalaban el martes por la tarde que no había cambios en los planes de regresar a las aulas el próximo lunes. En ese confuso contexto, este periódico buscó una aclaración de Educación sobre todo esto. De momento no la ha habido.
Así las cosas, el lehendakari volverá a reunirse este jueves con los representantes de los partidos políticos para terminar de deshojar la margarita de la polémica: Urkullu quiere convencerles de las virtudes de celebrar las postergadas elecciones autonómicas el 12 o 19 de julio, algo que el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, intentó matizar en la rueda de prensa semanal de este martes. El lehendakari tiene hasta el 26 de mayo como fecha límite si decide convocar las elecciones para el 19 de julio.
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"No hay una decisión adoptada en cuanto a la fecha de las elecciones. El lehendakari quiere valorar las dos opciones que hay sobre la mesa, celebrarlas en julio o en octubre, y analizar cómo son las condiciones sanitarias", afirmó Erkoreka, quien advirtió además que "es el momento de decidir" si habrá o no elecciones antes de agosto. "Si no se decide ahora, la alternativa de julio desaparece", subrayó. Se refería así a los plazos legales que deben cumplirse para convocar la cita electoral en esas hipotéticas fechas.
"A ninguna parte"
En la oposición creen que el caos en la desescalada se debe, precisamente, a los planes electorales del lehendakari. "Correr ahora no nos lleva a ninguna parte. Desescalar sin tener planes de contingencia bien definidos puede ser perjudicial", afirmó este martes la portavoz y candidata de EH Bildu, Maddalen Iriarte, en una entrevista ofrecida a Onda Vasca. "Las prisas no son buenas consejeras", repitió Iriarte, quien ya había transmitido esa recomendación a Urkullu en el pleno de la Diputación Permanente del pasado viernes.
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Por su parte, la postulante de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, citó lo ocurrido el lunes en el Hospital de Cruces, donde el lehendakari fue recibido con gritos de "fuera" y abucheos por parte del personal sanitario, para destacar que se trata de "un ejemplo de esa situación de tensión que se está generando" en Euskadi. "La fase 0,5 en la que nos ha instalado el PNV está provocando un profundo desasosiego", añadió Gorrotxategi, quien subrayó que "no es el mejor clima para pensar en unas elecciones".
"El Gobierno Vasco naufraga", escribía por su parte Iturgaiz en Twitter. En tal sentido, el candidato del PP y Ciudadanos advertía sobre un "caos en lo sanitario, económico y laboral", al tiempo que citaba las "puyas" entre PNV y PSE, socios en el Gobierno Vasco y rivales de cara a una nueva cita con las urnas.
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De hecho, en las últimas horas ha habido declaraciones de miembros de la formación socialista que reprocharon al lehendakari su manera de gestionar el cambio de fase. "Mejor dar pasos con garantías que intentar vender que vuelve una normalidad que no es tal. Así no", apuntó desde las redes sociales Eneko Andueza, secretario general del PSE de Gipuzkoa. Entre confusiones y contradicciones, Urkullu no ha conseguido convencerle de su particular desescalada.