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España en la comisión de descolonización de la ONU: silencio sobre el Sáhara y palabras para Gibraltar

Los representantes españoles no intervienen desde 1975 en este espacio para hablar del conflicto saharaui pese a ser antigua colonia y estar considerada 'de iure' como potencia administradora. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, volvió a reunirse esta semana en Madrid con el enviado especial de Naciones Unidas, Staffan de Mistura. 

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El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, y el enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, en una imagen de archivo. — Ministerio de Exteriores

MADRID, Actualizado:

La ONU y el Sáhara Occidental han vuelto a tener protagonismo en los últimos días tanto en España como en la sede de la institución, en Nueva York. Por un lado, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se reunió de forma sorpresiva en Madrid el pasado martes con el enviado especial de Naciones Unidas para este conflicto, Staffan de Mistura. Por otro lado, la Comisión de Descolonización de Naciones Unidas ha celebrado una nueva sesión sin que los representantes españoles intervengan para hablar del conflicto. 

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En la ciudad estadounidense se han desarrollado desde la pasada semana varias jornadas de la Comisión Política Especial y de Descolonización (Cuarta Comisión). La ONU sigue incluyendo al territorio del Sáhara Occidental en su listado de "no autónomos". Un hecho que genera que el conflicto saharaui sea uno de los temas tratados en las intervenciones tanto de los Estados como de otros participantes de la sociedad política o civil interesados. 

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A comienzos de la semana se difundió un vídeo en el que se veía al representante español renunciar a su turno de palabra. Otros países como Nicaragua, México o Perú, entre otros, mostraron su posición en apoyo a la autodeterminación del pueblo saharaui y las relaciones con la República Árabe Saharaui Democrática. Fuentes de Exteriores explicaron entonces a Público que la intervención española no se había anulado, sino que se había aplazado a otro momento. 

La realidad es que España nunca ha decidido en las últimas décadas intervenir en estas comisiones para hablar del Sáhara Occidental, según corroboran varias fuentes especializadas. Lo dejó de hacer en el año 1975, pocos días después de ceder la soberanía del Sáhara a Marruecos y Mauritania en los llamados Acuerdos de Madrid. Una cesión que fue declarada nula por la propia ONU. 

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Sí lo hace para hablar sobre otro de los temas recurrentes en este espacio: Gibraltar. De hecho, y como bien adelantaba el Gobierno, al día siguiente el embajador de España ante la ONU, Agustín Santos, tomó la palabra usando el derecho de réplica para contestar al primer ministro gibraltareño, Fabián Picardo, que había intervenido antes. 

La intervención de Santos sobre el peñón fue en la línea de la posición histórica que mantiene el Gobierno respecto a este asunto. "No cabe otra solución al contencioso de Gibraltar que un proceso de descolonización negociado entre España y el Reino Unido en los términos establecidos por el Derecho Internacional elaborado en esta comisión de Naciones Unidas", señaló. 

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Según la ONU, Gibraltar es hoy un territorio no autónomo pendiente de descolonización. Como tal, no forma parte del territorio del Reino Unido, que es su potencia administradora y es responsable de sus relaciones exteriores. España considera ilícita y contra el derecho internacional la ocupación del territorio aunque es un conflicto que se ha vivido latente y con baja intensidad pese a la sucesión de episodios llamativos de tensión. 

Mientras tanto, la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de enviar una carta al rey Mohamed VI de Marruecos el pasado mes de marzo, puso de nuevo en el foco político al Sáhara. El Ejecutivo rompía una tradicional "neutralidad" oficial entre las partes para pasar a avalar los planes de autonomía marroquíes sobre el territorio saharaui. La opción "más seria, realista y creíble", consideran en Moncloa. 

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El terremoto político que se desató continúa todavía. Mientras las relaciones con Marruecos han empezado a retomarse, con Argelia están congeladas. También con el Frente Polisario, representante legítimo del pueblo saharaui reconocido por la ONU.  

En este contexto, Sánchez participó hace unos días en la Asamblea General de la ONU. Había cierta expectación por saber qué diría el presidente sobre el conflicto, ya que las referencias se han repetido en los últimos años en ese mismo escenario aunque con matices importantes, como la eliminación del derecho de autodeterminación. El líder del Ejecutivo obvió cualquier tipo de mención a sus nuevos postulados cercanos a Marruecos. 

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Delegación canaria en protesta por el giro del Gobierno

No solo la ONU declaró que la cesión del territorio saharaui era ilegal. La propia Audiencia Nacional de España consideró en una sentencia emitida en 2014 que España seguía siendo la potencia administradora "de iure", aunque no "de facto" del Sáhara Occidental. El tribunal estaba entonces presidido por el actual ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. Hace justo un año, además, se publicó una sentencia de la Justicia europea reafirmando que el territorio saharaui no pertenece a Marruecos. 

La reivindicación de que España sigue siendo potencia administradora es una petición histórica del movimiento solidario con la causa saharaui y también de determinados juristas especializados en derecho internacional. Esta ha sido precisamente una de las motivaciones, junto al actual posicionamiento del Gobierno de Sánchez, para que una delegación canaria participe estos días en las sesiones de la mencionada comisión de descolonización. 

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Dentro de la campaña Canarias con la Autodeterminación del Pueblo Saharaui se han organizado hasta 32 personas para participar en Nueva York. Para este grupo, que está compuesto por juristas, activistas o cargos políticos de partidos como Nueva Canarias, Coalición Canaria o Podemos, España no cumple con sus obligaciones con la descolonización del territorio y critican que no participe en estas sesiones. 

Albares, Marruecos y Argelia

Toda esta agenda internacional ha coincidido también con un nuevo encuentro entre Albares y De Mistura. El enviado especial de la ONU para el conflicto del Sáhara ha cumplido ya un año en su puesto sin conseguir avances relevantes. De hecho, De Mistura todavía no ha viajado al territorio que es origen del conflicto, la antigua colonia española actualmente ocupada por Marruecos y separada por un muro minado de la zona controlada por el Polisario. 

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Exteriores, en un escueto comunicado, destacó nuevamente el "apoyo" a su papel. Algo que Albares reiteró el pasado miércoles en la sesión de control del Congreso de los Diputados. El PP le preguntó qué había hecho el Gobierno para solucionar la crisis con Argelia. El ministro no se detuvo demasiado en hablar de las relaciones argelinas pero sí en vender los éxitos logrados con el reino alauita. 

El ministro afeó a los populares sus posiciones y su falta de sentido de Estado al ponerse del lado argelinos frente a los intereses de España. "Lo que a mí me gustaría saber es cuál es su posición sobre el Sáhara Occidental", criticó al PP. Y sobre la declaración conjunta con Marruecos, enumeró lo que había conseguido: reabrir las fronteras y próximamente el paso de mercancías, incrementar el comercio en un 30% o un descenso en la llegada de migrantes. Marruecos y España tienen previsto celebrar una Reunión de Alto Nivel (RAN) en el mes de noviembre. Será un pasó más en estas nuevas relaciones, siempre con el Sáhara como telón de fondo. 

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