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Escándalo Faffe PP, Cs y Vox tratan de enfangar a Díaz y Montero al llamarlas a una comisión de investigación a las puertas de las generales

La derecha y la ultraderecha buscan dividir al PSOE de Andalucía con las comparecencias de Díaz y Montero, quienes a priori no tienen nada que ver con lo que investiga la comisión, y quieren también que nadie se 'olvide' de Griñán y Chaves, a los que también mete en la comisión

María Jesús Montero, consejera de Hacienda en Andalucía junto a Susana Díaz, cuando compartían gobierno en Andalucñia.

raúl bocanegra

El modo campaña electoral se ha activado de manera irremediable en Andalucía. Los partidos que hoy gobiernan en Andalucía, PP y Ciudadanos, con el inestimable apoyo sin fisuras de Vox, no están dispuestos a que los andaluces se olviden de los expresidentes de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán y Manuel Chaves. Tampoco lo está Adelante Andalucía.

Ambos deberán comparecer en la comisión de investigación constituida en la Cámara andaluza sobre la gestión de la ya extinta Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), que entre 2003 y 2011 gestionó más de 250 millones de euros en fondos contra el paro, después de que todos los grupos parlamentarios, a excepción del PSOE-A, solicitaran su presencia.

También deberán hacerlo la expresidenta de la Junta de Andalucía, hoy secretaria general del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, porque lo han pedido todos los partidos, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, porque lo han exigido Vox, PP y Ciudadanos. Ninguna de las dos tienen nada que ver a priori con este asunto, que está siendo investigado por un juzgado de instrucción sevillano, porque ninguna de ellas tuvo jamás mando alguno sobre la Faffe.

Mientras la Fundación estuvo en activo -el presidente Griñán fue quien acabó con ella en el año 2011-, Díaz estuvo fuera del Gobierno. Cuando entró en él, en el año 2012 como consejera de la presidencia, ya no existía la Faffe. Montero, mientras, era consejera de Salud, es decir, estaba en otros menesteres alejados de la gestión de las políticas de Empleo.

La comparecencia de Montero -y la de Díaz- obedece a la estrategia de PP y Ciudadanos, que dan por amortizada a Díaz tras su pírrica victoria -una derrota estrepitosa en realidad- del pasado 2 de diciembre y creen que existe la posibilidad de que la próxima rival electoral de Moreno sea la hoy ministra de Hacienda en funciones.

Con ello, PP, Vox y Ciudadanos buscan provocar, además de un desgaste personal de la ministra, bien valorada en Andalucía, por el mero hecho de comparecer en una comisión que investiga un rosario de irregularidades, con visitas a burdeles a cuenta del erario público incluidas, contradicciones en el PSOE de Andalucía.

Es decir, lo que persiguen, entre otras cosas, la derecha y la ultraderecha es que algunos de los miembros del PSOE defiendan más a Díaz que a Montero y que otros hagan exactamente lo contrario: defender más a Montero que a Díaz. Esa es la trampa que esconde la comparecencia de Montero: la de ahondar en una paz socialista que hoy se nuclea en torno al presidente Pedro Sánchez y que muchos creen mentirosa.

El "ritual andaluz"

La expresidenta de la Junta, Susana Díaz, dio por hecho este lunes que le iba a tocar acudir a la comisión. "Forma parte del ritual electoral andaluz”, dijo. Ella y los expresidentes Chaves y Griñán ya tuvieron que acudir al Senado en unas bochornosas sesiones a las puertas de las elecciones autonómicas.

En contrapartida a la solicitud de comparecencia de Díaz, los socialistas andaluces solicitaron la de Moreno con la idea de ridiculizar las intenciones de PP, Ciudadanos y Vox. "Con el mismo criterio de pedir mi citación, irá también Juanma Moreno. Yo no estaba y él tampoco”, dijo el lunes pasado Susana Díaz.

Sin embargo, Díaz acabará por comparecer, mientras que Moreno no parece que vaya a hacerlo, habida cuenta de que para que alguien acuda los partidos deben votarlo por mayoría simple. En resumidas cuentas, por esa comisión van a desfilar aquellos y solo aquellos que quieran la derecha y la ultraderecha.

En la Faffe, tanto la Cámara de Cuentas, como la Guardia Civil y la Fiscalía han hallado un amplia casuística de malas prácticas -subvenciones sin justificar, gasto de dinero público en prostíbulos, contrataciones fraudulentas- que se investigan desde hace unos años por la vía penal en el juzgado de instrucción 6 de Sevilla.

Valgan dos ejemplos de lo que se verá en el Parlamento. Por un lado, la investigación judicial ya ha descubierto que los directivos de la Faffe realizaron contratos “indiciariamente irregulares” al menos por un importe de 9.465.332 euros. “La fundación habría adjudicado la mayoría de los contratos tramitados entre los años 2008, 2009 y 2010 mediante procedimientos de adjudicación simplificados, adjudicación directa, general y simplificados con y sin publicidad, que según la normativa tendría carácter excepcional”.

Por otro, Fernando Villén durante seis años, entre 2004 y 2010, Villén gastó al menos 31.969 euros en 43 pagos en los prostíbulos Don Angelo, Club Top Show, Sala Deluxe, La Casita, y Bahía Dos. En la Faffe, los directivos tenían acceso a trece cuentas corrientes y ocho tarjetas de crédito: dos Visa, cinco American Express y una Mastercard. La Guardia Civil tiene documentado que Villén al menos efectuó pagos con esas tarjetas para "gastos personales" por importe de más de 80.000 euros.

Así, en esa comisión de investigación, además de los expresidentes y de la ministra, la ciudadanía verá en ella al dueño del burdel Don Ángelo y al propio Villén tratando de explicar esos injustificables gastos.

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