“ERC ya ha cedido en todo lo que tenía que ceder”
El exconseller de Cultura de la Generalitat,Joan Manuel Tresserras cree que el giro de CiU hacia el soberanismo y el apoyo prestado a Artur Mas ha desgastado a Esquerra por su flanco izquierdo.
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BARCELONA.- “La dimensión del fenómeno Podemos en Catalunya no se puede desvincular de la atomización de la izquierda radical y del efecto que produjo en el 2012 el desembarco convergente en el soberanismo”. Así valora Joan Manuel Tresserras la fuerza y la implantación que ha conseguido en tan poco tiempo la organización que lidera Pablo Iglesias en la sociedad catalana.
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Para sumar a más gente es necesario “abrir el abanico al máximo”, afirma, e imagina un escenario con tres listas “soberanistas”. Una que podría agrupar a la CUP, al Procés Constituent y quizás a sectores de ICV, otra que Esquerra podría compartir nuclearmente” con los disidentes del PSC e ICV, y la que pueda presentar CiU con sectores afines. “Las tres dispondrían de un nutrido entorno de personalidades de perfil independiente y amplio reconocimiento social”, explica.
“Estamos en otra fase, en la que hay que acumular fuerzas y obtener el mandato democrático inequívoco que el 9-N quiso anticipar”.
“David se ha ganado un respeto generalizado”, dice Tresserras, y añade que si él fuera Iglesias, “analizaría detalladamente cómo la CUP ha construido su organización y ha obtenido un sólido arraigo”, “desde abajo hacia arriba”.
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"Mucha gente joven no querría votar a una lista ‘unitaria’ en la que figuraran determinados candidatos de Convergència, asociados a políticas, actitudes y recortes”
“La gente no entendería que se deje pasar el tiempo”, explica Tresserras, quien además indica que “el actual compás de espera inquieta a los sectores más involucrados en el movimiento cívico soberanista y a los propios entornos de los partidos, que demandan urgencia, claridad y unidad en las cuestiones fundamentales”. “No convocar elecciones ahora, supondría subordinar la política catalana al calendario y a la lógica generales de la política española”. Supondría “perder la iniciativa”, asegura.