Equo cumple dos años consolidado como el referente político verde
Los ecosocialistas registran un repunte en la perspectiva de voto y en el número de simpatizantes. Sus principales retos siguen siendo la implantación territorial y, sobre todo, conseguir representación institucional.
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La "biodiversidad política" de Equo regresa este miércoles al mismo olivar del centro de Madrid en el que nació hoy hace dos años. La formación ecosocialista está de aniversario en uno de sus mejores momentos: por fin ha conseguido que algunas encuestas empiecen a contabilizar su voto y que, como en el caso de Madrid, les hagan rozar el 5% necesario para conseguir representación; su coportavoz estatal, Juantxo López de Uralde, se ha situado como uno de los políticos que los ciudadanos perciben como más capaces de sacar a la clase política de una de sus etapas de mayor desprestigio; y desde su entrada en el Partido Verde Europeo, no ha parado de crecer su número de simpatizantes.
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Pero sobre todo Equo, que nació de la suma de unas 30 organizaciones políticas ecologistas de todo el país, ya se ve como el referente verde de la política española. "El movimiento verde estaba disperso, había una gran atomización y todo el mundo utilizaba la palabra verde en su denominación, pero ahora ha quedado claro que somos nosotros los verdes en España", celebra López de Uralde en declaraciones a este diario. Inés Sabanés, coportavoz de Equo Madrid, insiste en que la implantación del partido va "más allá del ambientalismo". "Tiene que ver con la ecología política, con un modelo de desarrollo, con los derechos, con la equidad social y con el modelo de consumo", remacha.
La consolidación de la condición verde de Equo llegó, en todo caso, apenas hace unas semanas, con la ya mencionada aceptación entre sus filas por parte de los verdes europeos. Esa es la última "gran satisfacción" del líder ecologista. Pero las primeras de estos dos años de vida fueron para él la jornada del 4 de junio de 2011 cuando culminó el proceso de conversaciones que germinó en la constitución del partido, y el "duro trabajo" del congreso constituyente de julio de 2012, que facilitó la creación de los estatutos tras una "negociación horizontal".
Para Sabanés, lo más positivo ha sido el "activismo" de los compañeros con los que se ha encontrado desde su llegada a Equo tras su paso por IU. "Es un equipo solvente y comprometido", destaca, por su parte, la coportavoz federal, Reyes Montiel. Si se les pregunta a todos ellos por un momento amargo, no dudan: las elecciones generales de noviembre de 2011 en las que, a pesar de las expectativas, los ecosocialistas no consiguieron representación -el diputado Joan Baldoví lo es por Compromís-Equo, si bien el pertenece a la primera-.
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Después concurrieron también a las elecciones autonómicas celebradas desde entonces en Andalucía, Asturias, Euskadi y Galicia, pero el hecho de no lograr representación en las mismas no le dolió tanto al coportavoz de Equo. "Estábamos dándonos a conocer", reconoce. De hecho, el partido se encuentra a sus dos años inmerso en su expansión territorial. La semana pasada, por ejemplo, se celebró el congreso constituyente de la formación ecosocialista en Castilla y León, y el 15 de junio tendrá lugar el de la agrupación en Galicia. También tienen ya organizaciones autonómicas en Madrid, Andalucía, Asturias, Murcia y Euskadi. En todo caso, disponen de representación orgánica en todas las provincias españolas.
Uralde reconoce que el principal escollo del partido es que siguen siendo "desconocidos" para la "gran opinión pública". Afirma que en los principales núcleos urbanos, sus campañas de visibilidad sí han causado efecto en su expectativa de voto, pero asume que en el resto no sucede lo mismo. "A la gente se llega a través de la televisión y de la radio", señala, algo que parece seguir siendo inaccesible para una formación que no acepta créditos bancarios y que subsiste gracias a las aportaciones de sus militantes. Los afiliados, que son apenas 2.000, pagan unas cuotas que van desde los 50 hasta los 120 euros anuales.
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Al margen de las cifras de la militancia, manifiestamente mejorables, los máximos responsables de Equo consideran que "lo más significativo", lo que puede según ellos permitir hacerse una impresión general acerca de la repercusión de su proyecto, es el número de simpatizantes. Estos últimos son quienes se han inscrito en la página web de los ecosocialistas y quienes reciben los boletines y los planteamientos del partido. En los últimos meses, la cantidad de los que apoyan a los ecologistas ha ido aumentando en un promedio de entre 200 y 300 personas al mes, alcanzando ya las 20.000 personas.
Sus principal objetivo no puede ser más claro: "conseguir representación institucional", coinciden Uralde y Sabanés. Y la fecha también la tienen en mente: la de las elecciones al Parlamento Europeo de 2014. Allí no cabrán los reproches hacia la legislación electoral, ya que los comicios son de circunscripción única, y por eso en Equo están esperanzados en poder incorporarse en la próxima legislatura al Grupo Verde del Europarlamento.
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Otra de sus pretensiones es dejar claro que ellos ya aplican los elementos de renovación de los partidos que ahora estudian otras formaciones. "No estamos exigiendo mínimos, estamos aplicando máximos", destaca Sabanés. Se refiere al hecho de que ya existan consultas directas para elegir los cargos orgánicos del partido, así como la aplicación de la máxima transparencia interna. Montiel añade que la ecología política "es el arma más eficaz para luchar contra el poder establecido porque la gente es más soberana" Y Uralde confía en que se constituya como "el gran partido de la ciudadanía".
El segundo aniversario concluirá esta tarde a las 19.00 horas, con una celebración en el mencionado Olivar de Castillejo de Madrid.