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Entrevista al diputado de ERC Jordi Salvador: "Pedimos una auditoría para saber cuánto dinero se ha malgastado de la hucha de las pensiones"

El que fuera líder sindical en Tarragona señala que el Pacto de Toledo es un "teatro" y "está politizado". Además, defiende que el sistema público de la Seguridad Social es de los "mejores del mundo", pero lamenta que el Estado haya "metido la mano" en la caja de las cotizaciones para sufragar otros gastos: "Es un fraude de ley".

Jordi Salvador
El diputado de ERC, Jordi Salvador i Duch, a la salida del Congreso tras finalizar la segunda sesión de votación para la investidura de Pedro Sánchez en enero del 2020. — J. Hellín / EUROPA PRESS

PILAR ARAQUE CONDE

El diputado de ERC Jordi Salvador ha defendido a capa y espada la abstención de su grupo al pacto de Pacto de Toledo, cuyo acuerdo fue ratificado el pasado 19 de noviembre por una amplia mayoría en el Congreso de los Diputados. El informe de evaluación y reforma del Pacto de Toledo contiene una serie de recomendaciones que sentarán las bases de la futura reforma de las pensiones, una cuestión que el Gobierno ya aborda con los agentes sociales

En una entrevista con Público, el que fuera líder sindical en Tarragona señala que el Pacto de Toledo es un "teatro" y "está politizado". Este acuerdo "parte del mantra repetido por los políticos y los medios de comunicación" sobre la supuesta insostenibilidad del sistema de pensiones de la Seguridad Social: "No se habla de saqueo, del cuadro productivo, de la desindustrialización de España ni de los pésimos contratos de los trabajadores. Pero sí se habla de que el sistema no es sostenible para legitimar los recortes y ayudar a los bancos", apunta. El diputado añade que "este falso relato abre la puerta de par en par a un plan de pensiones privado", y sobre esto opina: "Lo que el Estado tiene que hacer es garantizar que las pensiones sean públicas y suficientes".

Para Jordi Salvador, el sistema público de la Seguridad Social es de los "mejores del mundo". "No es bueno, es muy bueno. En los peores momentos de la crisis ha aguantado", apostilla. Pese a esto, el diputado lamenta que el Estado haya "metido la mano" en la hucha de las pensiones para sufragar otros gastos. "Es una caja que no es del Gobierno ni del Estado, sino de los trabajadores, donde ponemos nuestro dinero". Y es que, Salvador entiende que "todo lo que sea de beneficencia tiene que cargarse en los Presupuestos Generales del Estado, no de esta hucha".

En este sentido, este diputado de ERC defiende que "es democrático pedir a la Seguridad Social cuánto dinero se ha gastado en conceptos que por ley no debería de haber pagado". Por ello, él y su grupo insisten en pedir una "auditoría para cifrar esos gastos impropios y saber cuánto dinero se ha malgastado de esta hucha". "Hemos contribuido a pagar nuestras pensiones y crear una parte importante del Estado de bienestar. Sin embargo, hemos pagado y estamos pagando el doble: las pensiones y otras cosas que no nos correspondería pagar a los trabajadores", reclama.

Salvador recuerda que, según el Banco de España, la deuda de la Seguridad Social con el Estado supera los 72.000 millones de euros. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? "En la recomendación número uno del Pacto de Toledo se constata y se acepta pasivamente el saqueo de las cotizaciones, aunque con eufemismos", responde. En esta línea, el diputado alude al informe que el Tribunal de Cuentas emitió el pasado mes de agosto. El auditor cifró en 103.690 millones de euros el dinero que el Estado, entre 1989 y 2013, cogió del instituto público para atender otros gastos que nada tenían que ver con las cotizaciones sociales.

"Hay un fraude de ley", comenta este antropólogo. "La ley general de la Seguridad Social, en su artículo 109.ahh lo veo, perfecto, gracias dice que en caso de que los ingresos no fueran suficientes para pagar los gastos, el Estado debería hacer una transferencia a fondo perdido para sufragar estas pérdidas", algo que, según el parlamentario del grupo republicano, no sucede. "El Estado se lo da en forma de préstamos".

Por ello, estima que la reforma más urgente es la que hace referencia a la recomendación número uno del Pacto de Toledo, la cual señala: "Consolidar la separación de fuentes y restablecer el equilibrio financiero, de forma que las cotizaciones sociales se destinen exclusivamente a financiar las prestaciones contributivas". Por ello, Salvador apunta: "Es imprescindible que la parte no contributiva de las pensiones la pague el Estado y desde este momento, se terminará el problema. Si se cumple la número 1, se acaba el discurso. Y a partir de aquí es un aviso a navegantes de lo que se puede perder".

El diputado de ERC se alegra de que el Pacto de Toledo vuelva a recoger la revalorización de las cotizaciones en base al IPC, una medida que el Gobierno de Mariano Rajoy suprimió en 2013. De hecho, saca pecho porque su grupo, junto a Unidos Podemos, ya reclamó esta propuesta en 2017. "Nos han dado la razón años después", celebra.

No obstante, Salvador recela del punto que alude al aumento del período de cotización para calcular la pensión. Es más, en la negociación del Gobierno con los sindicatos, varios medios indicaron que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que dirige José Luis Escrivá planteó subir a 35 años el tiempo cotizado, una información que el departamento niega, pero que los agentes sociales ya han rechazado de plano.

Sobre esto, Jordi Salvador comenta: "Cada vez que una recomendación dice que hay que estudiar o analizar si hay que aumentar el periodo de cotización, a mi se me enciende una luz. Cuando se dice esto, el ministro puede decir lo que quiera porque lo dice el Pacto de Toledo". Y argumenta: "La tendencia es que se valore toda la vida laboral y cada Pacto de Toledo ha abierto la puerta a esta idea, a ampliar la edad. Y esto lo que hace es recortar las pensiones".​

Este profesor, que sueña con volver a dar clase para contar su experiencia como político y sindicalista durante las dos últimas crisis, la de 2008 y la actual derivada de la pandemia, reconoce que hay una "posibilidad histórica" para hacer "cambios sociales valientes". "Ha quedado al lado una derecha que no es homologable a la europea ni a la catalana. Y ante esta derecha hace falta una socialdemocracia valiente", clama.

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