Elecciones generales 10-N Del veto a Sánchez a ser la "solución" para desbloquear: los giros de Cs ante el 10-N
A Rivera le han salido mal los cálculos. Estaba convencido de que el acuerdo entre el PSOE y UP acabaría produciéndose con el fin de evitar la repetición electoral. Y que Sánchez sería investido gracias a ERC. Jugada maestra, pensó
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madrid,
A Albert Rivera le han salido mal los cálculos. El presidente de Ciudadanos estaba convencido de que el acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos acabaría produciéndose con el fin de evitar la repetición electoral. Y que Pedro Sánchez sería investido gracias a los votos de Esquerra Republicana. Jugada maestra, pensó. Con un PP debilitado y tras haber subido 25 diputados respecto a 2016, Rivera se veía como el "verdadero" líder de la oposición durante toda la legislatura. ¿Su principal baza? Atacar a Sánchez por ser investido gracias a los votos de los partidos independentistas y consolidarse como única alternativa posible.
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Sin embargo, la desconfianza mutua entre los socialistas y los de Iglesias acabó pesando demasiado. Y nadie se atrevió a ceder. Rivera intentó evitar la repetición, a cinco días de la disolución de las Cortes, a cambio de tres condiciones para facilitar su abstención. Sánchez las ignoró. "Ya se cumplen", adujo como única respuesta el presidente del Gobierno. Y, contrariamente a lo que el líder de Ciudadanos hubiera querido, con una reciente reforma en sus dependencias del Congreso y consciente de que su partido sufriría ante una nueva convocatoria, las elecciones fueron convocadas.
En Cs defendían que la oferta 'in extremis' al PSOE caducaba y que volvían al punto de partida, con el PP como socio prioritario y el veto a Sánchez
Tras el anuncio oficial, Rivera aseguró que su partido volvía al punto de partida de febrero, con el PP de Pablo Casado como "socio prioritario" y Pedro Sánchez, vetado de nuevo. "Ha sido un movimiento excepcional", decía el dirigente de Cs, "los planes de Ciudadanos no han cambiado". Tampoco la estrategia. Desde la dirección nacional aseguraban que su 'no' a Sánchez era el motivo de su crecimiento electoral y que levantar este veto no debía ser ratificado por la Ejecutiva de nuevo -a no ser que alguien lo pidiera expresamente- a pesar de los problemas del pasado, que se saldaron con dimisiones del núcleo duro de Rivera.
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Sin embargo, en el primer gran mitin de precampaña celebrado el pasado sábado, al que acudieron algunos dirigentes de la formación -aunque no todos- Rivera anunció que su partido sería la "solución" si hubiera de nuevo un bloqueo. Una decisión que tomó de manera unilateral y de la que informó a parte de su Ejecutiva apenas dos horas antes de anunciarlo ante la prensa. El líder de Cs apuesta ahora por "un gran acuerdo nacional entre moderados, entre constitucionalistas·.Una condición, la de "constitucionalista", que no adjudicaba a Sánchez en el pasado.
"No soy fan de Pedro Sánchez pero la pregunta es: ¿le damos importancia a Sánchez o a las reformas?"; "Nadie va a llevar a cabo reformas sin pacto. No voy a decir aquí lo que discrepo de Sánchez, pero ¿serviría de algo?; "Hacer política es priorizar. Menos hablar de Torra, Franco y el aborto y más de los problemas reales". Han sido algunas de las frases que hemos podido escuchar los últimos días en boca del presidente de Ciudadanos. Un giro discursivo que Rivera no admite, pero que repasando la hemeroteca es innegable.
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"No vamos a pactar con Sánchez"
El 18 de febrero, tras el veto aprobado en la Ejecutiva, el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, dijo en una rueda de prensa en la sede: "En las próximas elecciones generales no habrá pactos ni con PSOE ni con Sánchez". El 25 marzo, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, aseguraba: "Nosotros lo tenemos muy claro. No vamos a pactar con Sánchez ni con el PSOE de Sánchez". El 3 abril, era el propio Rivera el que lo dejaba claro: "Sánchez es el problema, el obstáculo. No es compatible con nuestros valores. Que Sánchez se apañe con sus socios". Y tras las elecciones, el 24 de junio, era la portavoz del Congreso, Inés Arrimadas, la que reiteraba su negativa: "Nosotros nos presentamos diciendo sí a Eespaña y no al 'sanchismo'. Y las urnas nos han reconocido esa claridad con el no a Sánchez".
"La banda de Sánchez y su plan"
En el pleno de investidura celebrado a finales de julio, el dirigente de Ciudadanos cargó duramente contra el presidente del Gobierno en funciones. Le acusó, desde la tribuna del Congreso, de tener un plan- bautizado como el "plan Sánchez"- y de formar parte de una "banda" junto a "populistas y separatistas" que negociaban "en la habitación del pánico". Finalmente, la investidura no salió adelante, pero Rivera continuó con el mismo discurso, que a día de hoy ratifica.
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El 9 de septiembre, Rivera aseguraba que el PSOE se había "podemizado": Son lo mismo. Forman parte del conglomerado del plan Sánchez y su banda". 10 días después, en una entrevista en la Cope, seguía sosteniendo que Sánchez pactaba con "los que quieren romper España", a pesar de que las negociaciones estaban rotas desde julio.
"Sánchez es un peligro, está fuera del constitucionalismo"
A pesar de haber propuesto las tres condiciones para "desbloquear" la semana anterior, el 23 de septiembre, tras una Ejecutiva, la portavoz nacional de la formación, Lorena Roldán, aseguró que Sánchez había "borrado al PSOE del constitucionalismo". Una idea que ya había repetido Rivera en pasadas ocasiones y que su líder en Catalunya reafirmaba.
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Los dirigentes de Ciudadanos han repetido también en varias ocasiones que Pedro Sánchez "es un peligro". Quien había hecho especial hincapié en esta idea es Arrimadas, que cesó de repetirlo en sus intervenciones públicas y entrevistas. "Tenemos un peligro público al frente de España. Hay que respetar lo que han elegido nuestros votantes y ninguno de ellos nos ha votado para investir a Sánchez", aseguró el 29 de abril en Espejo Público, solo un día después de las elecciones generales.