Elecciones generales 10-N PP y Cs compiten por ver quién es más duro contra los independentistas en Catalunya
Catalunya es un territorio en el que Ciudadanos ha capitalizado el voto de la derecha no independentista en favor del PP. Un lugar especialmente complicado para los de Pablo Casado, donde solo consiguieron 1 escaño el pasado 28 de abril.
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madrid,
Pablo Casado y Albert Rivera se miden, de nuevo, en Catalunya. Los últimos sondeos publicados apuntan a que los 'populares' subirán con holgura en toda España el 10 de noviembre. Los más optimistas apuntan a que el PP superará la barrera de los 100 escaños -sumando más de 30 diputados respecto al 28 de abril- mientras que Ciudadanos se desplomará y caerá a la quinta posición, superado por Vox.
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Sin embargo, la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo contra la cúpula del 'procés' ha provocado todo un terremoto político, social y judicial, como se preveía. El tribunal que preside el magistrado Marchena ha imputado los delitos de malversación y sedición —no así el de rebelión— a los políticos y activistas que organizaron el referéndum del 1 de octubre, lo que ha provocado manifestaciones y disturbios durante toda la semana en Catalunya.
Una de las frases más repetidas desde hace semanas es que esta sentencia supone un antes y un después para el conjunto del país. Aunque todavía es demasiado pronto para prever las consecuencias a largo plazo, adquiere especial relevancia que se haya hecho pública en plena precampaña, con la repetición electoral a las puertas y con un Gobierno -que puede cambiar de color- en juego.
Catalunya es un territorio en el que ha sido precisamente Ciudadanos el que ha capitalizado el voto de la derecha no independentista en favor del PP. Un lugar especialmente complicado para los de Pablo Casado después de la gestión de Mariano Rajoy al frente del Gobierno desde 2011 hasta 2018, que se saldó con un único escaño, el de Cayetana Álvarez de Toledo por Barcelona, el 28 de abril.
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Las medidas de PP y Cs para atraer el voto de la derecha
Pablo Casado lleva toda la semana insistiendo al Gobierno en que aplique ya la Ley de Seguridad Nacional para que el president de la Generalitat, Quim Torra, no continúe al mando de los Mossos de Esquadra, la policía autonómica catalana. Este mecanismo supone el paso previo a la aplicación del artículo 155, que descartan por el momento. Mediante esta Ley y ante una declaración del Gobierno de "situación de interés para la seguridad nacional", el Estado tomaría el mando de todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, sin suspender la autonomía ni intervenir en otras competencias de la Generalitat.
Fuentes cercanas al líder del PP explican que el cambio de criterio de Casado -de pedir insistentemente la aplicación del 155 a ahora la Ley de Seguridad Nacional- viene porque el Tribunal Constitucional "obliga a decir hasta cuándo lo aplica". Sin embargo, hay voces conservadoras que apuntan a que lo hace para diferenciarse de Rivera y ser percibido como más "moderado".
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Álvarez de Toledo confía en agrupar el voto de la derecha no independentista en Catalunya después de que los "giros" y los "cambios de opinión" de Ciudadanos hayan menoscabado la "credibilidad"
No todos en el PP opinan de igual modo. La propia Álvarez de Toledo admitió que no podía disimular su decepción al ver que el Supremo no había condenado a los presos catalanes por "rebelión", confirmando así que se había producido un "golpe de Estado", como defendía la derecha española. La portavoz del PP en el Congreso confía en "agrupar" el voto de la derecha no independentista en Catalunya después de que los "giros" y los "cambios de opinión" de Ciudadanos hayan menoscabado la "credibilidad" de los naranjas, en sus palabras.
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Por su parte, Albert Rivera considera "insuficiente" la ley de Seguridad Nacional porque, de esa manera, "sigue Torra al frente". La tesis del líder de Ciudadanos es que hay que aprovechar que la Constitución española recoge un artículo como el 155 para aplicarlo "de verdad". "Lo utilizamos ya con Puigdemont y lo quitamos de frente de la Generalitat", dijo tras reunirse con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
El tono del jefe de filas de Cs ha ido en aumento a lo largo de la semana. El jueves comparó los incidentes ocurridos en Barcelona con las guerras en ciudades como Alepo y Bagdad. "Esto no es Alepo, ni Bagdad... es Barcelona. Estamos ante una emergencia nacional y con un presidente autonómico liderando a los comandos separatistas. El Gobierno no puede seguir paralizado ante el tsunami de violencia. Señor Sánchez, #155YA, vamos tarde", escribió en su cuenta de Twitter.
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Este viernes, tras la sucesión de altercados en Barcelona, ha comparecido para volver a pedir que se aplique el 155 de inmediato, como lleva solicitando meses. "Basta de estar acojonados, con perdón, con lo que hacen los separatistas", ha dicho.
Lluís Orriols: "El principal peligro para las democracias liberales son las pérdidas progresivas de libertades"
El politólogo y profesor en la universidad Carlos III, Lluís Orriols, apunta que "el principal peligro para las democracias liberales "no son los golpes de Estado, sino las pérdidas progresivas de libertades y derechos, normalmente aduciendo la urgencia de afrontar momentos excepcionales".
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Orriols cree que lo que los incidentes de las pasadas noches en Catalunya "son problemas de orden público" por lo que "intentarse cargarse uno de los pilares básicos de nuestra democracia" -en referencia a querer aplicar medidas excepcionales como el artículo 155, que propone Rivera o la Ley de Seguridad Nacional, por la que apuesta Casado- "es muy peligroso", aseguró en el programa Al Rojo Vivo. "Es algo que se ha vivido en otras épocas y es muy mala receta: destrozar los pilares de nuestras democracias por cuestiones de orden público".
Por el momento, Pedro Sánchez repite a todos sus interlocutores que está “todo preparado” para actuar en función de las distintas circunstancias que puedan producirse, pero que no tiene previsto tomar ninguna medida en Catalunya.