Elecciones 26-M La estrategia del PP de cara al 26-M: rebajar el tono para desmovilizar a la izquierda
Los 'populares' consideran que a Pedro Sánchez le funcionó el discurso del miedo ante "las tres derechas", especialmente hacia Vox, por lo que el líder del PP ha dejado fuera polémicas cuestiones -como el aborto- que trataban de disputarles.
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madrid,
Debilitado por la debacle electoral del partido en las elecciones generales, el PP afronta las próximas elecciones autonómicas, municipales y europeas del 26-M con temor. Los conservadores corren el riesgo de perder feudos 'populares' como la Comunidad de Madrid, Castilla y León o Murcia ante un PSOE que trata de aprovechar el rédito de su holgada victoria el 28 de abril y con Ciudadanos aspirando al 'sorpasso' en plazas clave. Por ello, la formación que preside Pablo Casado ha girado su discurso hacia un "centro", utilizando un tono "moderado" que muchos de sus barones reivindicaban desde hace tiempo.
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Históricos 'populares' y fuentes cercanas a Casado confirman a Público que el cambio de estrategia responde a una lógica de bloques. Consideran que a Pedro Sánchez le funcionó el discurso del miedo ante "las tres derechas", especialmente hacia los de Santiago Abascal, por lo que el líder del PP ha dejado fuera polémicas cuestiones -como el aborto- que marcaron la campaña anterior y con las que trataban de disputar con Vox.
Los análisis confeccionados a posteriori por los 'populares' concluyen que Sánchez logró sacar a muchos votantes de la abstención, y que esto, sumado a la fragmentación del voto de "centro derecha", les perjudicó electoralmente, por lo que estas semanas han rebajando el tono para intentar desmovilizar a la izquierda, un electorado más dado -con datos en mano- a quedarse en casa.
El cambio discursivo en el PP se ha manifestado de formas diversas tras el 28 de abril. En la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Ejecutivo mantenido dos días después de la noche electoral, Pablo Casado llamó, por primera vez, "extrema derecha" a Vox e introdujo algunos cambios de personal: Cuca Gamarra e Isabel García Tejerina, ambas vicesecretarias, eran elegidas como nuevas responsables de campaña en sustitución de Javier Maroto, número tres de la formación.
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Cabe recalcar también que el expresidente José María Aznar -muy contrario a la tesis de "la moderación" - ha desaparecido del mapa esta nueva campaña - desde FAES alegan que ya tenía planificado un viaje a EEUU- y es, precisamente, el anterior presidente del PP, Mariano Rajoy, quien adquiere el protagonismo en esta ocasión. Una de las críticas más escuchadas en privado tras la catástrofe electoral ha sido que Casado no ha presumido lo suficiente de la defensa de la gestión Rajoy en contraposición a un hipotético Gobierno socialista con Unidas Podemos.
A ello se suma que este martes el PP ha cambiado la lona de "Valor seguro" por una de "Hay partido" sin la cara de Casado, que está ubicada en la sede Génova. Desde la formación conservadora alegan que "desprende el sentido épico de la victoria de quien da la vuelta al marcador" pero la lectura es muy obvia, las siglas y, al parecer, la imagen del líder del PP, no juega a su favor. Aun así, han incluido las caras de sus candidatos a las elecciones del próximo 26 de mayo, Dolors Monserrat, José Luis Martínez-Almeida e Isabel Ayuso, y también de Casado, en los laterales junto al lema "Hay partido".
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"La victoria el 28-A puede confiar al votante de izquierda"
Enrique Cocero, consultor político, fundador de 7-50 Strategy, y ex miembro del gabinete de Soraya Sáenz de Santamaría, explica en declaraciones a este diario que sobre el PSOE pesará el "efecto de caballo ganador". A juicio del consultor, tal y como se está llevando la campaña, "el PSOE parece que juega más a afianzar que a ampliar", mientras que "la pérdida de influencia de Pablo Iglesias en los (hasta ahora) satélites es evidente y esto se trasluce en las distintas candidaturas, que se reivindican más".
Su reflexión ante este escenario es que la izquierda no necesita ser animada y que hay parte del voto va a favorecer al PSOE por "el efecto victoria", pero advierte de que la victoria en generales "puede hacer sentir al votante de izquierdas más que confiado, con el riesgo que ello entraña", lo cual podría ser beneficioso para las fuerzas de la derecha, que tratarán de reeditar un pacto al igual que en Andalucía.
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El politólogo considera que Ciudadanos "se siente cómodo" en la parcela lograda en el centro derecha y que va a intentar bloquearse en esa posición. Por lo que respecta a Vox, Cocero subraya que la formación de extrema derecha se va a erosionar ante esta convocatoria electoral por no aportar un discurso más allá del que reivindicaron la pasada campaña.
"Lo que defienden son valores más que asumidos por sus votantes y pierden una gran oportunidad al no explotar la parte más allá que, por ejemplo, Donald Trump, sí supo explotar y que es el pragmatismo: muy crudo, pero pragmatismo y reivindicación de la clase media conservadora", analiza.
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Por último, en cuanto a la situación del Partido Popular, el analista defiende que la formación de Pablo Casado "tiene la parte más complicada ya que está entre ambos y necesita elegir bien el lado que quiera recolonizar". Cocero coincide en que los primeros estadios de la campaña de las generales fueron "un intento de asaltar el espectro más conservador que, luego, se ha visto ineficiente porque ese voto estaba preso".
A su juicio, Casado no debería seguir en esa línea, sino decantarse por el pragmatismo "sin necesidad de posiciones en extremo conservadoras". Cocero afirma que estas elecciones locales y autonómicas, "son una muy buena oportunidad de desarrollar esta faceta porque se está debatiendo sobre "aquello que toca a la gente más de cerca, más en el día a día".