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Diputados y senadores en constante "quita y pon"

JUAN ANTONIO BLAY

La reciente dimisión del diputado del PP por Teruel Carlos Muñoz Obón tras conocerse que cargó al Congreso viajes a Tenerife para visitar a su novia, conocido a raíz de estallar el escándalo de su compañero de filas José Antonio Monago, ha supuesto su sustitución por una integrante de la candidatura que figuraba en segundo lugar entre los sustitutos.

La asignación de tan solo tres escaños a esta circunscripción ha provocado que por una serie de circunstancias dos sustitutos entren como diputados por la renuncia de los tres integrantes de la lista inicial. María del Carmen Fortea Millán, del partido regionalista PAR coaligado al PP y militante del sindicato socialista UGT, es la última incorporación a la Cámara baja.

¿Es normal su caso? No es habitual, y menos todavía las circunstancias que le rodean al ser simplemente una 'sustituta' en la candidatura formal que figuraba en la papeleta a disposición de los electores. Pero la llegada de Fortea Millán no es, en cualquier caso, una rara avis. Los casos de 'infidelidad' de diputados y senadores hacia sus respectivas cámaras suelen ser más habituales de lo que en principio puede parecer.

En cada legislatura, el Congreso de los Diputados y el Senado registra entre un 15% y un 20% de relevos respecto a los miembros que son electos inicialmente y toman posesión cuando se constituyen ambas cámaras. Este 'baile' de sustituciones se ha producido desde la legislatura Constituyente, entre 1977 y 1979, hasta la actual, la X Legislatura constitucional que se inició tras las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011.

En estos momentos la Cámara baja, que tiene 350 miembros, registra 55 relevos. El de Fortea Millán no será la última sustitución porque el diputado socialista Alfonso Guerra, el único parlamentario que mantiene tal condición desde las primeras elecciones democráticas de 1977, ha anunciado su renuncia que hará efectiva antes de finalizar el año. Entonces serán 56 los relevos producidos en los tres años que lleva consumidos la actual legislatura.

Es una cifra ligeramente superior al 15% de la composición del Congreso de los Diputados. Por ahora un porcentaje que se encuentra en la media de las anteriores legislaturas. La Constituyente fue la legislatura con diputados más 'fieles': apenas 11 de los inicialmente electos fueron sustituidos en los dos años escaños que duró. A partir de ahí el 'baile' de nombres se disparó.

En la I Legislatura, también con Adolfo Suárez en La Moncloa, ya fueron 42 los diputados relevados. La llegada de las mayorías absolutas de los socialistas en la II, III y IV Legislaturas provocó 40, 44 y 39 relevos, respectivamente. La inestabilidad de la siguiente legislatura, la V, entre 1993 y 1996, supuso un salto en las sustituciones de diputados: nada menos que 57.

La llegada de Aznar supuso un mayor aumento de este fenómeno. Las dos legislaturas en la que estuvo en el poder el PP registraron unas cifras elevadas: 59 relevos en la VI Legislatura, entre 1996 y 2000, y el récord en la siguiente, la de su mayoría absoluta, con nada menos que 66 sustituciones. Entre ambas cifras se coloca la legislatura pasada, la IX y última de Zapatero en el poder: 63 relevos en la cámara baja; sin embargo, en su primera legislatura en La Moncloa el Congreso registró un cifra inferior de cambios, con 'apenas' 49.

La llegada de uno de los dos partidos mayoritarios hasta ahora al poder hace que se 'tire' de sus diputados electos para formar parte del Gobierno y de las instituciones y empresas que dependen de él, desde una secretaría de Estado - es compatible, pero no habitual hacer ese 'doblete' - hasta una delegación del Gobierno en una autonomía, pasando por un variopinto mosaico de situaciones. Pero también afecta a los grupos de la oposición en los que algunos diputados no se encuentran cómodos en esa labor.

De los 55 relevos que se han producido en esta legislatura hasta el momento 34 corresponden al grupo parlamentario popular. Los nombres son variados: desde Federico Trillo para ir a la embajada de Londres hasta los secretarios de Estado Jaime García Legaz y Álvaro Nadal, jefe del departamento de Economía de La Moncloa. O los más conocidos casos de Miguel Arias Cañete y Alberto Ruiz-Gallardón, entre otros.

En el grupo socialista algunas de sus 15 'bajas', sin contar con la anunciada de Guerra, también han sido llamativas: Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano, José Blanco, Fernando Jáuregui, Inmaculada Rodríguez Piñero - estos cuatro últimos para ir al Parlamento Europeo - o los ex ministros José Antonio Alonso, Leire Pajín, Cristina Narbona, Francisco Caamaño, Carme Chacón y Antonio Camacho. Los casos de Josu Erkoreka, ex portavoz del grupo del PNV - al Gobierno vasco - y Mercé Pigem - al Consejo General del Poder Judicial - también son significados entre los grupos minoritarios.

En el Senado los casos tampoco son escasos. En esta cámara hay que tener en cuenta que no pocos relevos son consecuencia de las designaciones que hacen los respectivos parlamentos autonómicos que han ido variando en función de la población de cada comunidad (se designa un senador territorial por comunidad más otro por cada millón de habitantes o fracción). Entre los electos, cuatro por cada circunscripción excepto en Baleares y Canarias que son por cada isla, y los territoriales la actual composición suma 266 senadores.

Pues bien, en los tres años de esta legislatura ya se han producido 27 sustituciones y 8 designaciones de parlamentos autonómicos, lo que suma 35 cambios. Esa cifra supone una renovación de caras de casi el 15% sobre la composición inicial. Un porcentaje inferior al que se alcanzó en la legislatura pasada cuando fueron 58 los relevos, prácticamente el 22%. Eso sí, hay que tener en cuenta que hubo elecciones autonómicas en mayo de 2011 que generaron muchas nuevas incorporaciones casi al final de la legislatura.

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